A Podemos le sienta bien el veto
Vetar. Qu¨¦ tentaci¨®n... verla en los otros y no verla en nosotros mismos
Podemos abre el diccionario por la palabra veto y la declina en todas las formas, menos en la de la primera persona del plural. Podemos veta tambi¨¦n, c¨®mo no. ?C¨®mo no va a vetar un partido que tiene preferencias, leg¨ªtimas, y que quiere o no quiere a gente a su lado? Vet¨® a Ciudadanos, sin ir m¨¢s lejos, cuando le toc¨® la tarea de decidir si Rajoy segu¨ªa o no en el Gobierno. No le gustaba Ciudadanos a Iglesias, era la marca blanca del PP..., hay historia larga de este episodio. Y vet¨®, consecuentemente, al PSOE de Pedro S¨¢nchez. Luego lo pintaron de otra forma, pero hicieron tanto por hacer imposible aquella alianza que el propio S¨¢nchez sinti¨® que aquella gente no quer¨ªa acordar, dijeran lo que dijeran antes, durante y luego.
?Todas las personas que Iglesias o Monedero no invitan o no vuelven a invitar a sus tertulias son vetados por Podemos? Seguro que no
Las hemerotecas, las videotecas, la memoria, en general, est¨¢n llenas de vetos de Podemos. Ahora que han sacado Pablo Iglesias y sus adalides habituales la palabra veto de paseo a alguien se le ocurri¨® colgar en las redes sociales un bonito v¨ªdeo del l¨ªder del partido morado, y enamorado, diciendo c¨®mo veta a los de izquierdas que van a sus tertulias: ?me gustan?, entran; ?no me gustan?, ni hablar.
El veto es parte de la vida... si a cualquier cosa la llamas veto. Podemos no acepta a una serie de personas en su compa?¨ªa, ni en sus tertulias ni en sus alianzas; cuando le ca¨ªa mal Izquierda Unida, Podemos se burlaba de Alberto Garz¨®n, y de ah¨ª para abajo. Si un periodista les gusta, lo usan hasta decir basta; pero cuando un periodista les disgusta hacen todo lo posible por hacerle caricaturas o ponerlo en la piqueta de las redes sociales. Podemos es capaz de interrumpir la publicaci¨®n de un libro porque al l¨ªder no le gusta la firma del pr¨®logo. As¨ª es la vida. La palabra veto es muy peligrosa, porque de pronto te salta a la cara como un espejo c¨®ncavo. A m¨ª me invit¨® Monedero a La Tuerka una vez y no m¨¢s. Iglesias nunca me invit¨®. ?Todas las personas que Iglesias o Monedero no invitan o no vuelven a invitar a sus tertulias son vetados por Podemos? Seguro que no.
Ahora han usado Iglesias y los suyos la palabra veto para resumir, a su modo, la situaci¨®n creada por la decisi¨®n del partido de retirar a ??igo Errej¨®n de la tertulia pol¨ªtica de los lunes de Hora 25. A cambio, imponen para esa misma emisi¨®n a Irene Montero. La empresa, privada y libre de invitar a su casa a quien estime oportuno, faltar¨ªa m¨¢s, es acusada de vetar... a Irene Montero. Una tertulia la organiza la direcci¨®n del programa, la direcci¨®n de la emisora, e incluye a aquellas personas que le parecen oportunas para el ritmo del programa. Esa es una libre elecci¨®n period¨ªstica; forzar a un medio de comunicaci¨®n a tener este u otros colaboradores es algo propio de otros pa¨ªses, seguramente, donde habr¨¢n aprendido estos modos los dise?adores a conveniencia de la palabra veto. Forzar, adem¨¢s, a la hora de la emisi¨®n del programa, con la presencia de la persona que se quiere imponer, es una manera muy poco natural de concebir la libertad de los medios para llevar a cabo sus prop¨®sitos profesionales.
Se piensa que ese tipo de cosas no pasan, y que no iban a pasar con la secci¨®n juvenil, m¨¢s fresca, de la pol¨ªtica. Qu¨¦ pena, pasa, y pasa ahora, est¨¢ ocurriendo. Tambi¨¦n ocurri¨® en Espa?a, durante cuarenta a?os, que el Gobierno dictaba qu¨¦ editoriales deb¨ªan publicarse, qui¨¦n ten¨ªa que comentar la pol¨ªtica nacional y qui¨¦n ten¨ªa qu¨¦ dilucidar qui¨¦n deb¨ªa dirimir lo que pasaba en el mundo.
Vetar. Qu¨¦ tentaci¨®n... verla en los otros y no verla en nosotros mismos.
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