Mosquitos
De forma ingenua la gente cree que nuestros secretos, confidencias, pensamientos y opiniones est¨¢n a salvo
Como mosquitos, que alegres y confiados desaf¨ªan a la ara?a, nos intercambiamos secretos por SMS, e-mails, WhatsApp, Twitter, Facebook, blogs e Instagram con la creencia de que ese caudal de im¨¢genes y palabras, algunas calientes y comprometidas, la mayor¨ªa est¨²pidas o banales, sale de estos dispositivos electr¨®nicos y se posa aleatoriamente en una nube donde permanece preservado a nuestra exclusiva disposici¨®n. De forma ingenua la gente cree que nuestros secretos, confidencias, pensamientos y opiniones est¨¢n a salvo en ese trastero celestial, puro e incontaminado, cuando en realidad esa nube es una gigantesca computadora situada bajo tierra donde la humanidad a modo de enjambre de alegres y confiados mosquitos se encuentra cada d¨ªa m¨¢s atrapada. En ella se almacenan todos los mensajes que emitimos con nuestros cacharros digitales y que las grandes empresas de comunicaci¨®n, el poder y la polic¨ªa utilizan a su conveniencia. Los secretos de nuestra vida est¨¢n secuestrados y disponibles en esa telara?a, puesto que el acuerdo de confidencialidad es pura falacia. Se trata de un robo y a la vez de una amenaza en toda regla. Imag¨ªnense que en vez de bits se almacenaran en un gran dep¨®sito general nuestras cartas y documentos escritos. Habr¨ªa que ser idiotas para creer que estar¨ªan all¨ª bien guardados sin que nadie los leyera, los utilizara o revendiera. Las redes sociales se han convertido en verdaderas redes f¨ªsicas, similares a las de las ara?as m¨¢s peligrosas que atrapan nuestros pensamientos para convertirnos en v¨ªctimas de alg¨²n depredador. Pero existe algo peor. Si dentro de mil a?os esa nube digital desapareciera por un cambio clim¨¢tico o la gran computadora universal fuera bombardeada, la humanidad sin memoria tendr¨ªa que volver al neol¨ªtico, comenzar por la pintura rupestre e inventar al final el papel y el l¨¢piz.
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