¡°Las redes sociales y las nuevas tecnolog¨ªas ayudan a derribar el miedo de las mujeres ¨¢rabes¡±
Hibaaq Osman, una de las musulmanas m¨¢s influyentes, ha fundado Karama, una organizaci¨®n por los derechos de las mujeres en la regi¨®n ¨¢rabe. Cree que la democracia sin ellas no es m¨¢s que hipocres¨ªa
Ante el fot¨®grafo que le pide posar para un retrato, Hibaaq Osman suspira. "Mira, un hombre que me dice qu¨¦ tengo que hacer", bromea mientras se coloca el chal que le cubre los hombros. La fundadora de Karama [Dignidad], una organizaci¨®n con sede en Egipto que ha trabajado durante m¨¢s de 12 a?os para poner fin a la violencia contra las mujeres y por su inclusi¨®n en la vida p¨²blica en la regi¨®n ¨¢rabe, no est¨¢ acostumbrada a recibir ¨®rdenes por ellos.
Nombrada en 2009 entre los 500 musulmanes m¨¢s influyentes en el mundo, Osman lucha para que las mujeres tomen las riendas de su destino, decidiendo de manera aut¨®noma cu¨¢les son sus prioridades y c¨®mo lograrlas, y para que se conviertan en las piezas claves en los procesos de paz.
Nacida en Somalia, la fundadora de Karama ha estudiado y trabajado en diferentes pa¨ªses como Sud¨¢n, EE UU, Etiop¨ªa y Yemen. Sin embargo, la estratega pol¨ªtica, que pas¨® por Madrid para participar en un panel sobre g¨¦nero y juventud organizado por Casa ?rabe, sent¨ªa que en los pa¨ªses que visitaba faltaba algo. "Quise crear un sitio en el que debatir las ideas para incrementar la presencia de las mujeres en las esferas pol¨ªtica y social, asegurarme de que participen en la toma de decisiones e implementar buenas leyes en lugar de tener que esperar que otros les den ese poder que ellas ya tienen. Cuando las mujeres est¨¢n en el poder, las cosas cambian". La democracia sin ellas, insiste, no es m¨¢s que hipocres¨ªa.
Pregunta. ?Fue dif¨ªcil como mujer somal¨ª hacer o¨ªr su voz?
Respuesta. Las somal¨ªes no tienen miedo y toman decisiones es sus propias familias, dejando que los hombres crean que son ellos los que lo han hecho. Soy consciente de que en mi pa¨ªs intentan convencerte de que hay unas l¨ªneas que no se pueden cruzar. Pero estoy segura de que no es algo exclusivo de all¨ª. Las mujeres son el n¨²cleo de todas las sociedades, conservadoras o no, y sin ellas no hay democracia. Sin embargo, la cultura, la religi¨®n, la sociedad siempre intentan imponernos c¨®mo vestir, con qui¨¦n hablar, cu¨¢ndo salir¡ Hay que luchar para conseguir leyes y no dejarlo en manos de las religiones, que tienen que mantenerse como un asunto privado.
No es una cuesti¨®n de hablar en voz alta, sino de una manera clara Hibaaq Osman, Karama
Uno de los logros de Karama ha sido reunir a los distintos actores a escala nacional. Antes se ve¨ªa gente desde Europa u otras regiones que ya ni vive en los pa¨ªses ¨¢rabes que hablaba en nuestro nombre. Tambi¨¦n hemos trabajado para que la gente cambie la imagen que tiene de nosotras. No est¨¢ acostumbrada a ver a mujeres ¨¢rabes fuertes, contentas por seguir viviendo en sus propios pa¨ªses, hablar por ellas mismas, con confianza.
P. ?Su trabajo por los derechos de las mujeres le ha acarreado alguna consecuencia?
R. Soy una estratega. Me gusta el arte de la comunicaci¨®n. En cuanto mujer y feminista, creo que tenemos que entender a la sociedad entera: qu¨¦ piensan las personas, c¨®mo y por qu¨¦. Solo as¨ª pueden convencerse de que la nueva idea que les propones beneficia a todos. Es muy importante trabajar con las comunidades para que todos sean part¨ªcipes del cambio. No es una cuesti¨®n de hablar en voz alta, sino de una manera clara, que todos puedan entender.
P. ?Es dif¨ªcil involucrar a los hombres en la lucha por la igualdad?
Los fundamentalistas y extremistas que obligan a las mujeres a cubrirse y los que en Francia u otros pa¨ªses europeos obligan a las estudiantes a quitarse el hiyab son lo mismo para m¨ª Hibaaq Osman, Karama
R. Algunos se niegan a participar, porque creen que las mujeres les est¨¢n quitando el poder. Entonces atacan su reputaci¨®n para restarles credibilidad y prestigio. Las generaciones m¨¢s j¨®venes son ligeramente distintas, pero a¨²n estamos lejos de que la mayor¨ªa de los hombres apoye a las mujeres.
P. ?Qu¨¦ significa para usted ser feminista?
R. Estoy en contra de todos los -ismos. Feminista es una mujer consciente, capaz de luchar por sus derechos y la igualdad de g¨¦nero. Relacionar el feminismo con el hiyab es la mayor estupidez que he escuchado. Es de lo m¨¢s irrelevante. Crec¨ª con una madre que llevaba pa?uelo. Mi abuela tambi¨¦n y as¨ª algunas de mis hermanas. No hay nada mal en ello. Pero s¨ª se convierte en un problema si una mujer est¨¢ obligada o no a llevarlo. Los fundamentalistas y extremistas que obligan a las mujeres a cubrirse y los que en Francia u otros pa¨ªses europeos obligan a las estudiantes a quitarse el hiyab son lo mismo para m¨ª. Ambos est¨¢n imponiendo su visi¨®n y privando a las mujeres del derecho de elegir. ?Acaso obligamos a los hombres a quitarse la barba? Algunas feministas son muy ingenuas para entenderlo.
P. ?Qu¨¦ papel est¨¢n jugando las mujeres en los procesos de paz en la regi¨®n?
R. En Libia, lanzamos la Plataforma de mujeres libias para la paz. Gaddafi a¨²n estaba en el poder cuando se cre¨® la red. Algunas de ellas fueron asesinadas. Hicimos lo mismo en Siria y en Yemen. Las mujeres tienen que ser parte activa en las negociaciones. ?Por qu¨¦ no est¨¢n en la mesa de di¨¢logo? Sin ellas, la paz no puede ser sostenible.
Todos los logros que hemos alcanzado hasta ahora van a ser revertidos como consecuencia de los conflictos en curso. Por ejemplo, la mutilaci¨®n genital. En Somalia, se convirti¨® en un medio para dar de comer a los hijos. Me sorprende cada vez que escucho: "Tenemos que hacer algo contra el matrimonio infantil en Yemen". Las madres prefieren casar a sus hijas con un marido de 90 a?os en lugar de esperar a que las violen. Piensan que as¨ª las est¨¢n salvando. Si de verdad a alguien le importan los ni?os de Yemen, de Siria o de Somalia, entonces hay que parar la guerra y dejar de vender armas a Gobiernos irresponsables. Es una actitud muy hip¨®crita. El ¨²nico objetivo es detener los flujos migratorios. Esto es lo que ha hecho la Uni¨®n Europea, negociando con Libia. Lo peor es que los discursos de extrema derecha est¨¢n arrasando en Europa, como demuestra la creciente popularidad de la que gozan en Holanda y en Francia. Los movimientos populistas europeos son los mejores recrutadores para los extremistas. Tienen mucho en com¨²n, empezando por la misma narrativa.
P. La igualdad de las mujeres encuentra muchos obst¨¢culos en todas las latitudes. ?Las mujeres ¨¢rabes tienen que enfrentarse a problemas espec¨ªficos en comparaci¨®n con otras regiones del mundo?
R. Las mujeres a¨²n tienen grandes problemas de visibilidad y reconocimiento en espacios p¨²blicos en todo el mundo. Quiz¨¢s las sociedades ¨¢rabes son m¨¢s tradicionalistas, pero tenemos esperanza de que la situaci¨®n cambie. No nos han quitado ese fuego interior. En Egipto, veo todo el rato a mujeres que bajan a la calle para reclamar sus derechos. Las redes sociales y las nuevas tecnolog¨ªas est¨¢n ayudando a derribar el muro de miedo de las mujeres.
No s¨¦ si podemos decir que las revoluciones han sido un ¨¦xito para la visibilidad de las mujeres, pero ha sido un gran ejercicio para el futuro. Si las mujeres en el extranjero se sienten decepcionadas ante el resultado de las revoluciones para las mujeres, les invito a que miren lo que tienen en sus casas antes de quejarse. Deber¨ªan estar en la calle protestando en contra del populismo. Hay que entender que estamos avanzando hacia la justicia y los derechos humanos a nuestra manera y no hay un ¨²nico camino.
P. ?C¨®mo se est¨¢ abordando el problema del acoso sexual en Egipto?
R. Es algo muy complicado. Es un fen¨®meno que siempre ha existido, no es fruto de la revoluci¨®n, pero durante la revoluci¨®n las agresiones verbales se convirtieron en ataques f¨ªsicos. Un gobierno que no es capaz de acabar con los cr¨ªmenes de honor, con la violencia dom¨¦stica¡ ?crees que puede poner fin a un problema que ni siquiera entiende como acoso sexual? Esto ocurre cuando los parlamentarios son hombres que no est¨¢n comprometidos con la causa y no han tenido que sufrir el acoso en sus carnes. Por ello es muy importante que las mujeres se sienten en el Parlamento y participen en los procesos de toma de decisi¨®n. Democracia no significa solo elecciones. Equivale a democratizaci¨®n. Es un trabajo constante. Y sin ellas, es hipocres¨ªa.
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