?Es distinto obligar a las mujeres a ponerse un velo que a quit¨¢rselo?
Que las mujeres se cubran y los hombres no es injusto y por tanto hay que acabar con ello. Pero sin prohibiciones

He sido varias veces testigo en distintas playas de situaciones como esta: Una pareja musulmana. ?l lleva un c¨®modo pantal¨®n corto mientras que a ella le toca esconderse bajo un aparatoso burkini. Se trata de un ejemplo que evidencia con claridad la injusticia de la que escribo hoy: ?Por qu¨¦ las mujeres han de cubrirse y los hombres no? Al margen de toda connotaci¨®n religiosa, pienso que esa pr¨¢ctica refleja una inaceptable sumisi¨®n por parte de las mujeres a los hombres: O nos cubrimos los hombres y las mujeres o no se cubre nadie.
A la vez estoy en contra de prohibir el uso de cualquier tipo de velo: ?Qu¨¦ diferencia hay entre obligar a las mujeres a ponerse un velo y obligar a las mujeres a quitarse un velo? En el fondo, quiz¨¢s sea lo mismo: Privar a las mujeres de su libertad.
Pienso que determinadas prohibiciones en derechos humanos equivalen al populismo en la pol¨ªtica: Soluciones sencillas a problemas complicados que, en el largo plazo, lejos de solucionarlo, ampl¨ªan el problema.
?Qu¨¦ suceder¨ªa si una mujer es obligada por la autoridad a cambiar su forma de vestir abruptamente? Es probable que dicha mujer se sienta v¨ªctima de un abuso de poder. Eso, a su vez, podr¨ªa desembocar en acciones violentas posteriores por parte de esas mujeres en contra de los (que ellas consideran) opresores. Una serie de agresiones podr¨ªa entonces desencadenarse.
En este contexto, no creo en obligaciones ni en prohibiciones. Quisiera ver que las mujeres musulmanas se quitan el velo, ellas mismas y por propia iniciativa. Es decir, creo que el abandono de los velos por parte de las mujeres debe ser un logro y no una imposici¨®n. La historia de la humanidad est¨¢ plagada de ejemplos en los que buenas iniciativas fracasan por haber sido impuestas de forma artificial.
?C¨®mo alcanzar estos logros? Javier Solana, antiguo Secretario General de la OTAN y Alto representante del Consejo para la Pol¨ªtica Exterior y de Seguridad Com¨²n de la Uni¨®n Europea, firma conjuntamente con Strobe Talbott (exsubsecretario de Estado de Estados Unidos) un art¨ªculo publicado en el New York Times titulado La decadencia de Occidente, y c¨®mo detenerla. En ¨¦l, ellos proponen un ejemplo: "(¡) en lugar de segregar a los migrantes y solicitantes de asilo en enclaves como los de interior de la ciudad de Bruselas, o entre los suburbios de Par¨ªs, varios municipios europeos est¨¢n explorando formas de acelerar el proceso de asimilaci¨®n, proporcionando vivienda barata, educaci¨®n y capacitaci¨®n laboral".
Como complemento a las medidas propuestas en el p¨¢rrafo anterior, se podr¨ªa poner en marcha una campa?a de concienciaci¨®n. Esta campa?a tendr¨ªa como objetivo demostrar lo injusto que es el machismo y, m¨¢s concretamente, lo injusto del tema del velo. La campa?a ir¨ªa dirigida al conjunto de la poblaci¨®n europea y, de forma particular, a los hombres (ellos desempe?an un papel importante en esta coyuntura) y a las mujeres musulmanas partidarios del uso del velo.
el abandono de los velos por parte de las mujeres debe ser un logro y no una imposici¨®n
El problema es que la educaci¨®n, la capacitaci¨®n y las campa?as de concienciaci¨®n son caras. Con relaci¨®n a lo costoso de estas medidas es preciso tener en cuenta lo siguiente: A lo largo del siglo XX los diferentes pa¨ªses europeos hicieron venir a su territorio multitud de migrantes. Primero, para cubrir el agujero en su poblaci¨®n consecuente de la enorme reducci¨®n de sus tasas de natalidad. Segundo para desempe?ar los trabajos que los aut¨®ctonos ya no quer¨ªan desempe?ar. Hubiera sido ingenuo creer la integraci¨®n de esta poblaci¨®n no iba a verse enfrentada a ciertas dificultades.
Pa¨ªses como Francia cuentan hoy con una poblaci¨®n musulmana de m¨¢s de cinco millones de habitantes. Los musulmanes representan casi el 8% de la poblaci¨®n francesa. En muchos casos se trata, adem¨¢s, de ciudadanos nacidos en Francia como sus padres y (frecuentemente) como sus abuelos: Son ciudadanos tan europeos como cualquier otro.
El gasto en educaci¨®n y concienciaci¨®n debe ser entendido como la dificultad l¨®gica derivada de nuestra necesidad de acoger inmigrantes. Es, en definitiva, un gasto necesario que debemos financiar y en el que tenemos que incurrir.
Que las mujeres se cubran y los hombres no es injusto y por tanto hay que acabar con ello. Pero sin prohibiciones: ?C¨®mo entonces? Con educaci¨®n y concienciaci¨®n.
Miguel Forcat Luque es economista y trabaja para la Comisi¨®n de la Uni¨®n Europea. El prop¨®sito de este art¨ªculo fue escrito por el autor por su propio nombre y no refleja necesariamente el punto de vista de la instituci¨®n para la que trabaja. El prop¨®sito de este art¨ªculo no compromete la responsabilidad de esta instituci¨®n.
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