El bajo coste es imparable
Al no lograr derrotar a las nuevas l¨ªneas a¨¦reas, las viejas glorias decidieron imitarlas
Europa, a estas alturas, ya ha sido (pr¨¢cticamente) conquistada. De modo que puede dar comienzo el asalto final a los cielos de todo el globo. El primer frente va a ser la guerra, a golpe de tarifas a precios de saldo, por los vuelos transatl¨¢nticos. La larga marcha de las l¨ªneas de bajo coste se est¨¢ preparando para su en¨¦simo salto cualitativo. La crisis de Alitalia ha confirmado lo que todos hace ya tiempo que hab¨ªan entendido: se trata del modelo ¡ªpor lo menos aqu¨ª en el Viejo Continente¡ª que lleva todas las de ganar. Quien se enfrente a estas compa?¨ªas sin ser capaz de cambiar de piel antes est¨¢ condenado a la derrota, incluso antes de despegar.
La aerol¨ªnea italiana, demasiado peque?a para competir en trayectos de largo recorrido con Lufthansa, Air France, etc¨¦tera, lo ha intentado. Pero el resultado est¨¢ a la vista de todos: un desastre. Alitalia y sus bancos asociados han quemado 2.000 millones en ocho a?os, dejando a la compa?¨ªa al borde del colapso. Ryanair es la primera l¨ªnea a¨¦rea de Italia con 32 millones de pasajeros, 10 m¨¢s que su rival. Y hoy, m¨¢s de la mitad del transporte a¨¦reo italiano (era el 35% en 2007) est¨¢ cubierto por operadores de bajo coste.
Alitalia y sus bancos asociados han quemado 2.000 millones en ocho a?os
Los grandes de los cielos se limitaron a desde?arlos durante alg¨²n tiempo, amparados en la mina de oro de los beneficios garantizados por el auge de los vuelos de larga distancia. Pero no hicieron bien sus c¨¢lculos: en la ¨²ltima d¨¦cada, sus rivales de bajo coste crecieron un 10% anual, tres veces m¨¢s que ellos. Vuelo tras vuelo, comenzaron a ganar terreno en las rutas europeas: en 2002 cubr¨ªan el 8% del mercado, hoy en d¨ªa, el 43%. Y cuando hace algunos a?os las viejas aerol¨ªneas tradicionales despertaron de su letargo estrat¨¦gico, la suerte ya estaba echada. Ryanair (117 millones de pasajeros en 2016) hab¨ªa desbancado a Lufthansa (109) en el trono de la mayor compa?¨ªa europea. En Polonia, Espa?a, Italia, Irlanda y ahora tambi¨¦n en Reino Unido, las empresas de bajo coste gestionan m¨¢s de la mitad del tr¨¢fico a¨¦reo. Y al no conseguir derrotarlas, las viejas glorias de los cielos de la UE decidieron imitarlas. Iberia y British lanzaron Vueling; Lufthansa, con Eurowings y sus maniobras en torno a Air Berlin, est¨¢ intentando defender el mercado interior de la ofensiva, aparentemente imparable, de los ¡°piratas del aire¡±. Las huelgas de pilotos bloquearon en 2014 los proyectos de Air France, que ahora vuelve a intentar poner en marcha su divisi¨®n light.
El riesgo es que el parche llegue demasiado tarde. Y en que los operadores tradicionales se concentren en defender lo indefendible ¡ªlos vuelos de corto y medio recorrido, donde la partida, a causa de los costes estructurales de sus competidores, a menudo est¨¢ perdida desde un principio¡ª sin percatarse de que sus oponentes est¨¢n tratando de arrebatarles su gallina de los huevos de oro: los vuelos de largo recorrido. En Asia, la ofensiva ya ha comenzado: Air Asia y Cebu Pacific vuelan ya con servicios de bajo coste (tarifas bajas, flotas de aviones iguales para reducir los gastos al extremo y todos los extras de pago) en largas distancias de entre seis y ocho horas. La pr¨®xima batalla, mucho m¨¢s candente, se librar¨¢ por las rutas entre Europa y EE?UU, las m¨¢s rentables.
Boeing y Airbus, olisqueando las posibilidades de negocio, producen modelos superecon¨®micos para vuelos trasatl¨¢nticos
Algunos pioneros como WOW Air ya han arrojado el guante sirvi¨¦ndose de aeropuertos secundarios. Por ahora no se va m¨¢s all¨¢ de lo experimental, pero el punto de inflexi¨®n est¨¢ cerca. Boeing y Airbus, olisqueando las posibilidades de negocio, se est¨¢n concentrando en la producci¨®n de modelos (como el 737 Max de Seattle) superecon¨®micos, pero con la autonom¨ªa de combustible necesaria para vuelos transatl¨¢nticos. La compa?¨ªa Norwegian est¨¢ dot¨¢ndose de una amplia flota de 787 con la que pondr¨¢ en marcha en breve una red de ofertas de bajo coste mucho m¨¢s grande desde varios pa¨ªses europeos. Y est¨¢ negociando un acuerdo con Ryanair que consienta la integraci¨®n de las dos ofertas en una alianza que podr¨ªa revolucionar de nuevo el mercado mundial de la aviaci¨®n.
Las grandes compa?¨ªas, escaldadas por su infravaloraci¨®n del fen¨®meno en los ¨²ltimos 15 a?os, est¨¢n tratando de evitar que les pillen de nuevo a contrapi¨¦. Hay algunas, como IAG, que est¨¢n estudiando (nombre en c¨®digo Level) un servicio transatl¨¢ntico de coste reducido. Muchas, especialmente en Am¨¦rica, remodelan el interior de los aviones para ofrecer billetes baratos, mediante el cobro incluso como extra del equipaje de mano. El contagio del modelo de bajo coste se propaga. Y quienes lo celebran (y dictan la ley con sus decisiones) son, por una vez, los consumidores.
Ettore Livini es periodista de La Repubblica.
Traducci¨®n de Carlos Gumpert.
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