Gu¨ªa r¨¢pida del trabajo del futuro
El mercado laboral ha cambiado y ya se habla de una cuarta revoluci¨®n industrial en la que primar¨¢n la flexibilidad y el conocimiento. Adi¨®s oficina, bienvenida movilidad: as¨ª ser¨¢ el empleo del futuro
No hablamos de Uber, Airbnb o Amazon. O s¨ª, pero m¨¢s salvaje. Los negocios tradicionales ¨Ccomo el transporte privado, el alojamiento hotelero o las librer¨ªas¨C ya se han enfrentado a un nuevo paradigma. Sin intermediarios, ni gestiones f¨ªsicas, ni esperas. Ni siquiera la necesidad de salir de casa. Todo es realizable desde el dispositivo en el que, quiz¨¢s, est¨¦ leyendo este art¨ªculo. Ahora le toca a m¨¢s sectores: si primero fue la mecanizaci¨®n de la industria y despu¨¦s se empez¨® a ver la robotizaci¨®n en los servicios, le llega el turno a oficios m¨¢s t¨¦cnicos, como la biomedicina. Los ecos de este fen¨®meno han llegado hasta al Foro Econ¨®mico Mundial, donde lo tildan de Cuarta Revoluci¨®n Industrial. No se sabe qu¨¦ implicar¨¢, pero va a requerir una mayor flexibilidad y creatividad.
As¨ª lo ha previsto el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), creador de una suerte de gu¨ªa r¨¢pida del trabajador del futuro donde se incluyen los gr¨¢ficos que acompa?an a este texto. El estudio huye de recetas m¨¢gicas y se centra en la evoluci¨®n laboral desde la primera revoluci¨®n industrial, de finales del siglo XVIII y principios del XIX. Entonces se pas¨®, resumiendo, de una rotaci¨®n de cultivos y de una producci¨®n artesanal a la maquinaria pesada, a la automatizaci¨®n. Despu¨¦s se precipit¨® un segundo avance, marcado por la expansi¨®n de infraestructuras y telecomunicaciones. Entr¨¢bamos en el siglo XX y se le acu?o el sobrenombre de Revoluci¨®n T¨¦cnica. Esta dio pie a la Digital, a partir de los a?os 70.
Conocimiento
?Hacia d¨®nde vamos? ?Ganaremos o perderemos? Estas cuestiones son algunas de las que lanza al aire Laura Ripani, especialista de la Divisi¨®n de Mercados Laborales y Seguridad Social del BID. ¡°No conocemos las consecuencias, pero lo seguro es que va a haber una gran transformaci¨®n¡±, contesta esta argentina de 43 a?os. De momento, la agricultura, las competencias manuales de las factor¨ªas o el aprendizaje en torno a los servicios se van quedado atr¨¢s, dejando espacio a una supuesta era del conocimiento: ¡°La inclusi¨®n en este nuevo modelo va a demandar un desarrollo de las habilidades socioemocionales: flexibilidad, trabajo en equipo, iniciativa, idiomas (fundamentales ya en la econom¨ªa global) y no solo uso de la tecnolog¨ªa sino creaci¨®n¡±, enumera Ripani.
Cambio constante
La oficina tiene pinta de desaparecer. Y con ella, los horarios
Y cada vez m¨¢s r¨¢pido. En menos tiempo. Gasolineras sin personal, recepciones con robots o l¨ªneas de cajas autoservicio en supermercados. Lo estamos viviendo. A pesar de que la poblaci¨®n activa mundial era, en 2016, de 3.422 millones de personas y crecen a un ritmo de 25 millones por a?o. ¡°Si trabajas en algo rutinario, lo m¨¢s probable es que desaparezca¡±, avisa uno de los responsables de comunicaci¨®n del organismo. ¡°Conjeturamos porque no podemos hacer algo m¨¢s profundo, pero, si tuviera hijos, les dir¨ªa que se tienen que mover¡±, concede. La adaptabilidad y la formaci¨®n continua, por encima del nivel de estudios, se erigen como centro de todas las miradas.
¡°Va a ser un mercado extremadamente cambiante¡±, cuenta Carmen Pag¨¦s, jefa de la Divisi¨®n de Mercados Laborales y Seguridad Social del BID. ¡°Habr¨¢ nuevas ocupaciones de las que no hemos o¨ªdos ni hablar y en las que muchos seremos obsoletos¡±, a?ade. En este sentido, la perspectiva que dibuja se parece a la volatilidad que vivimos en la actualidad. Como los mencionados Uber, Airbnb o Amazon, la nueva etapa llega sin avisar. Pocos sabr¨ªan responder a lo que eran estas marcas hace unos meses. Muchos no sabr¨ªan vivir sin ellos en este mismo instante. ¡°Con lo digital, vivimos con la sensaci¨®n de que de repente nos invade algo y desaparece a la vez que vino¡±, anota Pag¨¦s.
Adaptaci¨®n
Lo que se ha llamado teletrabajo o empleo inteligente no ser¨¢ una alternativa, sino la norma
La f¨®rmula: el darwiniano "adaptarse o morir". O la m¨¢xima techie de Silicon Valley: Think different (piensa diferente. En realidad, lema de un anuncio de Apple). ¡°Muchos vamos a sentir que se acaba el mundo, pero hay que ver qu¨¦ sale¡±, calma Pag¨¦s, que habla con Ripani de una polarizaci¨®n laboral: ¡°Por un lado, habr¨¢ demanda de una mano de obra que supla a los robots con emociones: puede que la educaci¨®n o la salud se controlen con un aparato, pero seguir¨¢ haciendo falta la persona que d¨¦ cari?o, empat¨ªa, lo que no tiene una m¨¢quina. En el otro extremo se situar¨¢n los que aprovechen algo muy cualificado y espec¨ªfico. Los de la franja central son los que m¨¢s van a sufrir¡±.
Trabajadores a la carta
Como han ilustrado, ni una formaci¨®n superior derrumba la barrera de acceso a un empleo ni la agricultura o la manufacturaci¨®n alzan el vuelo. ¡°Ambos casos no son nuevos. Llevamos tiempo viendo el declive. Lo que llama la atenci¨®n es que el sector servicios, que llega a ser el 70% de la ocupaci¨®n en algunos pa¨ªses, pueda ser eliminado¡±, afirman. E introducen la idea de una econom¨ªa uberizada: no hay un trabajador fijo, sino alguien que cumple encargos concretos y de cuya responsabilidad se desliga la compa?¨ªa. Ya ocurre, se?alan, con decenas de oficios: lavander¨ªas, dise?adores o fontaneros.
Oficina m¨®vil
¡°Entramos en otro de los puntos clave¡±, adelantan. ¡°No es solo en qu¨¦ se va a trabajar, sino c¨®mo¡±. La oficina, aducen, tiene pinta de desaparecer. Y con ella, los horarios. Tambi¨¦n, claro, las relaciones interprofesionales o incluso la manera de ser. Pudi¨¦ndose ahorrar un local o tener que soportar horas muertas de nueve a cinco, los empresarios y los asalariados contar¨¢n con ¨Cde nuevo- flexibilidad para elegir no un equipo sino personas particulares y contratar ¡®on demand¡¯, es decir, a la carta: ¡°Ahora, una entidad paga un sueldo a un equipo en el que cada uno tiene un papel. En el futuro, la actividad ser¨¢ personalizada, pidiendo cosas puntuales. Ni siquiera se necesitar¨¢ un almac¨¦n o inventario¡±, sostienen.
Reducci¨®n de la desigualdad
?Lo bueno? Se equilibrar¨¢ la desigualdad de g¨¦nero. Las mujeres podr¨¢n formar parte de trabajos pensados secularmente para hombres, como las f¨¢bricas: ¡°Las m¨¢quinas ya no supondr¨¢n ese esfuerzo f¨ªsico que se les reservaba a ellos¡±, contesta Ripani. ¡°Y tendr¨¢n m¨¢s facilidad de combinar con el cuidado de los hijos¡±. Lo que se ha llamado teletrabajo o empleo inteligente no ser¨¢ una alternativa, sino la norma. ¡°Ya se est¨¢ viendo en los nativos digitales¡±, apuntan, ¡°que tienen una actitud mucho m¨¢s independiente¡±.
P¨¦rdida masiva de puestos de trabajo
Sin l¨ªmites. Sin fronteras. La tecnolog¨ªa ¨Cglobal e imparable¨C es la mayor culpable de esta metamorfosis. Para mal o para bien. El Foro Econ¨®mico Mundial (WEF, en sus siglas originales) cifr¨® el pasado mes de enero en cinco millones los puestos de trabajo que se perder¨¢n de aqu¨ª a 2020. Nacer¨¢n otros dos, pero ser¨¢n insuficientes. Sobre la mesa est¨¢n las actuaciones pensadas por gobiernos y patronales antes los retos que conllevan: desempleo masivo, merma de recaudaci¨®n impositiva o insostenibilidad de las pensiones, b¨¢sicamente. Se baraj¨¢ la dotaci¨®n de una renta b¨¢sica para aquellos expulsados del sistema o una concentraci¨®n de horas laborales, como propuso el empresario mexicano Carlos Slim (y hombre m¨¢s rico del mundo, seg¨²n la revista Forbes) para acabar con el paro.
Tecnolog¨ªa cotidiana
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Proveer¨¢ tambi¨¦n este cataclismo de enormes ventajas, como vemos en la nanotecnolog¨ªa o la inteligencia artificial. Lo har¨¢, no obstante, a diferentes ritmos. En Estados Unidos ya es palpable la asimilaci¨®n del nuevo modelo (v¨¦ase la procedencia de los aludidos Uber, Airbnb o Amazon). En Sudam¨¦rica se escuchan voces que claman por la urgente inversi¨®n ¡°tecnol¨®gica, socioemocional y f¨ªsica¡± entre los j¨®venes. En Europa hay cierta resistencia por ¡°vallas culturales¡±. Y en ?frica o Asia existe una aceleraci¨®n inclasificable que, en algunos casos, ha omitido alg¨²n paso de la historia (se ha pasado de lo manual a lo digital casi sin periodo t¨¦cnico).
¡°Hasta la alimentaci¨®n puede cambiar¡±, anuncian desde el BID. ¡°Porque habr¨¢ aparatos que customicen tu dieta y te digan en cada momento qu¨¦ necesitas. Y puede que se traduzca en estar m¨¢s contento, porque hasta ahora parec¨ªa a menudo que el trabajo era el que te hab¨ªa tocado y ten¨ªas que aguantarlo. En el futuro, la parte emocional va a ser muy fuerte, decidiendo qu¨¦ es lo que nos gusta¡±, concluyen.
Este reportaje ha sido posible gracias a la financiaci¨®n del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
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