El aguardiente de Steven Soderbergh

LA PRIMERA vez que visit¨¦ los valles de la Andaluc¨ªa boliviana, en Tarija, me top¨¦ con un sinf¨ªn de personajes surrealistas. Hab¨ªa un paleont¨®logo llamado Willer que pensaba que el aroma de las uvas de la zona estaba relacionado con los f¨®siles que salpicaban el suelo. ¡°En mis caminatas he observado que los f¨®siles se atomizan poco a poco y se fragmentan hasta convertirse en polvo. Y ese polvo rico en sales y minerales alimenta las parras. Por eso los vinos de ac¨¢ tienen un sabor exquisito¡±, explicaba. Hab¨ªa un se?or llamado Jes¨²s que aseguraba que en su hospeder¨ªa ¨¦l y sus ¡°disc¨ªpulos¡± beb¨ªan m¨¢s vino que el Papa y su curia en el Vaticano. ¡°All¨ª consumen alrededor de 62 litros por persona al a?o. Nosotros aqu¨ª tomamos 72¡±, bromeaba. Hab¨ªa una bodega que ofrec¨ªa unas uvas maceradas capaces de tumbar a un elefante, y tambi¨¦n un pastor evang¨¦lico que encabezaba una cruzada sin demasiado ¨¦xito en contra de los aguardientes y el vino. El fracaso de aquel mensajero de la ira de Dios era predecible: en Tarija, los vinos son casi un credo y uno de sus aguardientes es patrimonio nacional y se ha transformado en una eficaz ganz¨²a capaz de abrir las puertas hasta del star system de Estados Unidos.

El singani es un destilado elaborado con la uva moscatel de Alejandr¨ªa a alturas superiores a los 1. 800 metros.

El aguardiente m¨¢s conocido de esta regi¨®n de clima primaveral y gente sencilla es el singani, un destilado elaborado con la uva moscatel de Alejandr¨ªa a alturas superiores a los 1.800 metros. Se cree que los primeros productores fueron unos misioneros agustinos que lo utilizaban para combatir el fr¨ªo. Seg¨²n los lugare?os, se populariz¨® como ingrediente para preparar c¨®cteles a finales del siglo XIX, despu¨¦s de que unos trabajadores ingleses lo mezclaran con ?ginger ale mientras constru¨ªan una v¨ªa f¨¦rrea. Y su embajador m¨¢s conocido fuera de Bolivia es el cineasta estado?unidense Steven Soderbergh, un tipo alto y discreto con gafas de pasta y el aire informal y tranquilo de los curas de provincia.

El director de Traffic, Erin Brocko?vich y Ocean¡¯s Eleven lo descubri¨® en Espa?a de la mano de Rodrigo Bellott, un colega boliviano que lo ayud¨® en los castings para sus cintas m¨¢s latinoamericanas. Poco despu¨¦s, Soderbergh vol¨® a La Paz para rodar algunas escenas de su segundo largometraje sobre el Che Guevara y renov¨® sus votos en favor de este trago de fragancia fuerte que se parece al brandi y al pisco. Y su experiencia cuasi religiosa culmin¨® con el lanzamiento del Singani 63, una marca propia en honor al a?o de su nacimiento que se ofrece en los clubes de moda de Los ?ngeles, Nueva York y Washington.

Hace unas semanas, el cineasta volvi¨® a Tarija con dos expertos en cocteler¨ªa. Particip¨® en la vendimia. Film¨® algunas escenas con su tel¨¦fono iPhone. Qued¨® encantado con un combinado de singani y mocochinchi ¨Cmelocot¨®n pelado y deshidratado¨C que le sirvieron con una pajita en una bolsa de pl¨¢stico. Y coment¨® que Bolivia es un lugar donde se siente ¡°a salvo¡±. En el pa¨ªs donde mataron a Ernesto Guevara y sus guerrilleros, ¨¦l ha hallado un trago revolucionario.