La lecci¨®n francesa
Los europeos deber¨ªan regocijarse si gana Macron, pero luego deben ponerse a trabajar
Aun con la candidata nacionalista y populista Marine Le Pen todav¨ªa en carrera, muchos observadores tienen esperanzas genuinas de que el ganador de la primera ronda de la presidencial de ma?ana, Emmanuel Macron, sea el pr¨®ximo presidente de Francia.
Con una victoria de Macron, Europa evitar¨ªa una vez m¨¢s la autodestrucci¨®n. Una presidencia de Le Pen casi con certeza traer¨ªa consigo el fin de la Uni¨®n Europea. Sacar a Francia de la eurozona conducir¨ªa al colapso del propio euro. Luego, el mercado com¨²n y otras instituciones centrales de la UE se caer¨ªan por efecto domin¨®. Europa se sumergir¨ªa en el abismo y se perder¨ªan 60 a?os de progreso pol¨ªtico, econ¨®mico y social.
Europa eludir¨¢ ma?ana probablemente este escenario de pesadilla por el momento ¡ªes decir, por los pr¨®ximos cinco a?os¡ª. Aun as¨ª, para evitar un desastre futuro, los l¨ªderes europeos deben aprender las lecciones correctas a partir de la elecci¨®n francesa de este a?o.
Los europeos deber¨ªan regocijarse si gana Macron, pero luego deben ponerse a trabajar
El inter¨¦s de Europa es que Macron, si gana la presidencia, no fracase. El futuro de la UE, y particularmente el de Alemania, depende de una presidencia exitosa de Macron que saque a Francia de su prolongado malestar econ¨®mico y resuelva su crisis de identidad paralizante.
Una Francia d¨¦bil, econ¨®micamente estancada y pol¨ªticamente insegura plantea un serio peligro para todo el proyecto europeo, porque una Francia que permanezca en ese estado inevitablemente sucumbir¨¢ al tipo de nacionalismo antieuropeo que representa Le Pen. Al mismo tiempo, una Francia fuerte y segura de s¨ª misma es necesaria para la supervivencia a largo plazo de la UE.
Que la presidencia de Macron sea un ¨¦xito depender¨¢ de su capacidad para curar las divisiones sociales de Francia, restablecer su dinamismo econ¨®mico y enfrentar su alto desempleo, especialmente entre los j¨®venes. No deber¨ªamos perder de vista el hecho de que casi la mitad del electorado franc¨¦s vot¨® por candidatos euroesc¨¦pticos y antiestablishment en la primera ronda. La UE no puede sobrevivir muchas m¨¢s elecciones con ese tipo de resultado, de manera que una actitud de ¡°aqu¨ª no pasa nada¡± ya no es una opci¨®n.
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El pr¨®ximo presidente franc¨¦s tendr¨¢ que restablecer el crecimiento econ¨®mico. Y lo mismo puede decirse para los otros Estados de la eurozona. Despu¨¦s de la elecci¨®n de Alemania en septiembre, el Gobierno tendr¨¢ que tomar la iniciativa e implementar una pol¨ªtica econ¨®mica m¨¢s robusta, a menos que quiera ceder el escenario a nacionalistas que destruyan la UE.
Si bien Alemania ha presentado argumentos v¨¢lidos en defensa de su excedente fiscal y externo, su modelo econ¨®mico actual no ha logrado estimular un crecimiento suficiente en la eurozona como para estabilizar la moneda ¨²nica. Lograr este objetivo exigir¨¢ un nuevo consenso entre el norte y el sur de Europa, liderado por Alemania y Francia.
Tambi¨¦n exigir¨¢ que Alemania finalmente tome algunas medidas decisivas en cuanto a satisfacer las necesidades econ¨®micas de Francia, y disipe la ilusi¨®n de que la UE puede sobrevivir bajo un r¨¦gimen de liderazgo exclusivamente alem¨¢n. La UE solo puede ser dirigida por un eje franco-alem¨¢n fuerte que trabaje en concierto con otros Estados miembro. Esa tambi¨¦n es una lecci¨®n perdurable que los l¨ªderes europeos deber¨ªan extraer de la elecci¨®n francesa.
Macron tendr¨¢ que evitar la trampa en la que cayeron sus antecesores Nicolas Sarkozy y Fran?ois Hollande. Ambos intimaron demasiado con la canciller alemana, Angela Merkel, y no pudieron confrontar al Gobierno alem¨¢n cuando fue necesario hacerlo. Si Francia hubiera hecho m¨¢s por desafiar la oposici¨®n de Alemania a los eurobonos, los populistas antieuropeos tanto en la izquierda como en la derecha no habr¨ªan ganado el impulso pol¨ªtico logrado en los ¨²ltimos a?os. Un conflicto constructivo en Europa a veces es necesario. Sin ¨¦l, aquello que la UE representa se mantiene oscuro.
A medida que la elecci¨®n presidencial francesa se acerca a su conclusi¨®n, la descripci¨®n de Europa como una ¡°comunidad de destino¡± sigue siendo v¨¢lida, inclusive despu¨¦s de 60 a?os. El 7 de mayo, Francia decidir¨¢ no solo su propio destino, sino tambi¨¦n el de la UE. Los europeos deber¨ªan regocijarse, pero luego deben ponerse a trabajar.
Joschka Fischer, ministro de Relaciones Exteriores y vicecanciller de Alemania entre 1998 y 2005, fue l¨ªder del Partido Verde alem¨¢n durante casi 20 a?os.
? Project Syndicate, 2017.
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