Lo que Foster Wallace pensaba del rap

Antes cre¨ªamos que a David Foster Wallace (Nueva York, 1962-California, 2008), el autor m¨¢s reverenciado de su generaci¨®n, le gustaba el rock psicod¨¦lico. Pero muchos a?os antes de publicar La broma infinita, la novela que lo consagrar¨ªa, lo que de verdad le interesaba era el rap. As¨ª, en 1996, en un piso de estudiantes de Boston escribi¨® un ensayo con su compa?ero de hogar, el tambi¨¦n escritor (muy talentoso, por cierto) Mark Costello. El resultado del experimento a cuatro manos: un libro que ahora edita en castellano Malpaso: Ilustres raperos. El rap explicado a los blancos.

¡°?Qu¨¦ derecho tienen dos yuppies blancos a hacer un muestrario de lo que es el rap?¡±, se cuestionar¨¢ el lector. Pues esta misma pregunta se la hacen los autores en el libro y la tienen presente en todo momento. Escrito desde una ¨®ptica a menudo autopar¨®dica, pero entusiasta y libre de cinismo, se dedican a husmear en ese rap serio surgido del funk, el reggae, el hardcore y la poes¨ªa de la experiencia negra. M¨²sica negra, de y para negros. A menudo, al menos en aquella ¨¦poca, la era Reagan, entre 1980 y 1988, mirada con condescendencia por los blancos.

Foster Wallace defiende el rap sin dejar de admitir que ellos, al fin y al cabo, se pasean por el g¨¦nero como ¡°el turista que se trae su botella de agua¡±. Y se agradece que expongan su visi¨®n de Public Enemy, N.W.A o Ice-T sin ponerse a berrear en un campus universitario albino: ¡°Say it loud, I¡¯m black and I¡¯m proud¡± (dilo alto, soy negro y estoy orgulloso).

Para el recuerdo, por ejemplo, su l¨²cido y sarc¨¢stico an¨¢lisis de Walk this way, la colaboraci¨®n entre Run DMC y Aerosmith. O c¨®mo explican la fascinaci¨®n de los cauc¨¢sicos por esta m¨²sica: sus letras en primera persona son como la c¨¢mara subjetiva del asesino en las pel¨ªculas, as¨ª que por primera vez el blanco ve a las v¨ªctimas convertidas en presas y accede a la experiencia de esa otra vida (sin sufrir el peligro).

Con pr¨®logo y prefacio de Nando Cruz y del propio Costello, esta nueva conexi¨®n de David Foster Wallace con el rap ¨Cincoherente pero inteligente¨C es m¨¢s interesante que todos los paralelismos que se le han buscado hasta hoy con Kurt Cobain (por su suicidio, por su ¨¦poca, por sus pintas). Al fin y al cabo, su prosa, autorreferencial, sampleada, r¨ªtmica, con sentido del humor, ya deber¨ªa habernos puesto sobre la pista.