Adanismo
Si los madrile?os aprenden de sus colegas, pueden llamarle Partido del Pueblo a esta aut¨¦ntica organizaci¨®n de malhechores que se les mont¨® en la capital
Antes, hace mucho, las madres llamaban a sus hijos adanes cuando iban hechos un desastre, sin peinar o mal vestidos. Ahora, son los pol¨ªticos los que han reinventado el t¨¦rmino, aunque con otro sentido. El jefe del Partido Popular, Mariano Rajoy, lleva tiempo advirtiendo contra el adanismo, que es una enfermedad que puede ser pasajera y tiene cura, pero que tambi¨¦n puede tener efectos devastadores sobre una de las potencias del alma, que es la memoria. Y sin ella, ?qu¨¦ ser¨ªa de las otras, el entendimiento y la voluntad? Consiste en este caso en pensar que un acto es una fundaci¨®n: por ejemplo, ser honrado en las filas del Partido Popular. Todos sabemos que la mayor¨ªa de los militantes lo son, pero los jefes se empe?an, con su ejemplo, en que lo pongamos en duda.
Pablo Casado, el vicesecretario de Comunicaci¨®n del PP, hac¨ªa una justa descripci¨®n de la finca que se hab¨ªan montado los Pujol-Ferrusola en Catalu?a. Todo lo que contaba era verdad, pero su talante daba la equivocada idea de que estaba sorprendido por tanta basura y por la estupenda arquitectura mafiosa puesta en pie por la familia del expresident.
Mucho adanismo. El de Casado, que olvida que en su partido la basura de la corrupci¨®n no es del pasado, sino del presente. Y si no, basta con mirar al entorno del expresidente de la Comunidad de Madrid Ignacio Gonz¨¢lez. Un adanismo que los nacionalistas catalanes han resuelto de una manera muy eficaz: cambi¨¢ndole el nombre al partido, de Converg¨¨ncia a PDeCAT. Si los madrile?os aprenden de sus colegas, pueden llamarle Partido del Pueblo a esta aut¨¦ntica organizaci¨®n de malhechores que se les mont¨® en la capital. Y vuelta a empezar, limpios de polvo y paja. Porque votantes no les van a faltar, dada la extraordinaria fidelidad que tiene el pueblo espa?ol a los delincuentes pol¨ªticos. Bueno, no solo el pueblo (la gente), sino tambi¨¦n una buena parte de la casta: las madres de muchos corruptos es seguro que se preocupar¨ªan m¨¢s si sus hijos fueran mal vestidos o despeinados, si fueran de verdad unos aut¨¦nticos adanes.
Viniendo o estando en la derecha espa?ola (el PDeCAT es todav¨ªa espa?ol) ser un Ad¨¢n, es decir, un precursor, de la lucha contra la corrupci¨®n, debe de dar una sensaci¨®n impagable. Rajoy es un Ad¨¢n de la lucha contra la corrupci¨®n, como lo es Mar¨ªa Dolores de Cospedal. La memoria se nos ha ido.
Pero no tema nadie. Pablo Casado puede ser tildado de adanista, pero no de ir hecho un Ad¨¢n. Eso nunca.
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