La ret¨®rica clim¨¢tica de la UE huele a chamusquina

Perd¨®n, pero Trump siempre la tiene m¨¢s grande. La mentira, la ofensa, la embestida. El muro. Una de las vertientes inquietantes de la nueva presidencia en Estados Unidos es que ofrece incontables verg¨¹enzas ajenas tras las que esconder las propias. En su hipocres¨ªa resabiada, Europa ha estado rauda en aprovechar el recurso. La pol¨ªtica clim¨¢tica es un ejemplo de ello.

¡°Lamentamos que EEUU d¨¦ marcha atr¨¢s en el pilar fundamental de su pol¨ªtica clim¨¢tica¡±: la respuesta europea no se hizo esperar cuando Trump anunci¨® recientemente la retirada del Clean Power Plan ¨Ctorpedeando de facto los compromisos adquiridos por su pa¨ªs en 2015 durante la Cumbre del Clima en Par¨ªs-. Miguel Arias Ca?ete (Comisario europeo de Acci¨®n por el Clima y Energ¨ªa, big MAC en los c¨ªrculos de las negociaciones clim¨¢ticas) sabore¨® la ocasi¨®n: ¡°Ahora no queda claro c¨®mo EEUU va a cumplir con su compromiso con el Acuerdo de Par¨ªs, pero el mundo puede contar con Europa, mantendremos nuestro compromiso¡±.

Sin embargo, esta semana la investigaci¨®n del Overseas Development Institute (ODI) sobre los subsidios europeos a la industria del carb¨®n ha mostrado que el rey est¨¢ desnudo. A pesar de su letan¨ªa de anuncios ¨Csiempre pomposos- sobre la llegada ¨Csiempre inminente- de la transici¨®n energ¨¦tica, el ODI desvela que los 10 pa¨ªses de la UE responsables del 84% de las emisiones de gases europeos dedican 6.300 millones de euros al a?o a promover la industria del carb¨®n a trav¨¦s de subsidios o de exenciones fiscales.

Para contextualizar la relevancia de las informaciones ofrecidas por el ODI, es importante recordar varias cosas:

1- El "carb¨®n limpio" solo es bueno como ox¨ªmoron. El carb¨®n es con diferencia el combustible f¨®sil m¨¢s contaminante, por la cantidad de gases que despide en su combusti¨®n y por las part¨ªculas y subproductos qu¨ªmicos liberados a la atm¨®sfera. ¡°Carb¨®n limpio¡± es el eslogan que la industria utiliza para referirse a la supuesta mejora de los procesos de generaci¨®n el¨¦ctrica a partir de la quema de carb¨®n (filtros en chimeneas para reducir la salida de compuestos t¨®xicos, sistemas de recaptura de di¨®xido de carbono ¨Choy, una quimera-). En base al eslogan, los gobiernos europeos siguen destinando recursos p¨²blicos a incentivar la extracci¨®n y quema de carb¨®n, alargando la vida de una industria obsoleta e insostenible.

2- El carb¨®n es una seria amenaza para la salud. La Organizaci¨®n Mundial de la Salud lleva a?os advirtiendo: la contaminaci¨®n del aire es la principal causa ambiental de muertes prematuras. Por lo inabarcable de las cifras, nos hemos insensibilizado ante el ¡°airepocalipsis¡± chino (1,2 millones de muertes prematuras por la contaminaci¨®n atmosf¨¦rica en 2010) provocado en gran medida por la industria del carb¨®n. El estudio del ODI tambi¨¦n arroja datos alarmantes sobre Europa: cerca de 23 mil casos de muertes prematuras al a?o por los contaminantes procedentes de la quema de carb¨®n en medio urbano.

3- El carb¨®n es una v¨ªa muerta para la generaci¨®n de empleo. La miner¨ªa del carb¨®n en Europa lleva d¨¦cadas en un declive que no tiene marcha atr¨¢s. Lo mismo ocurre en EEUU a pesar de los espejismos sembrados por Trump. Esta realidad econ¨®mica conlleva un reto social que los gobiernos deben gestionar. Que la transici¨®n hacia un modelo energ¨¦tico clim¨¢ticamente sostenible ha de ser tambi¨¦n una ¡°transici¨®n justa¡± ¨Cque atienda a las necesidades de generaci¨®n de empleo digno- es algo que todos los firmantes del Acuerdo de Par¨ªs reconocieron desde el pre¨¢mbulo del texto. Por ello, cabr¨ªa esperar que gran parte del apoyo ofrecido por los gobiernos europeos a este sector fuese destinado a mitigar los impactos de la p¨¦rdida de empleo y a facilitar la reorientaci¨®n de los trabajadores (subsidios para las comunidades afectadas, fomento de las alternativas econ¨®micas, formaci¨®n profesional, apoyo a la b¨²squeda de empleo). Nada m¨¢s lejos de la realidad: seg¨²n datos del ODI, tan solo el 14% de los subsidios de los gobiernos europeos a la industria del carb¨®n se destinan a facilitar una transici¨®n justa en el sector. Mientas, la Organizaci¨®n Internacional del Trabajo estima que en las pr¨®ximas dos d¨¦cadas la econom¨ªa de bajo-carbono podr¨ªa generar hasta 60 millones de empleos. Con las pol¨ªticas p¨²blicas acertadas, la energ¨ªa renovable podr¨ªa crear alrededor de 430.000 empleos verdes en la UE.

4-Los subsidios f¨®siles son una inversi¨®n p¨²blica irresponsable. No solo por los costes socio-sanitarios y ambientales que genera la quema de hidrocarburos. Las energ¨ªas renovables (solar y e¨®lica en particular) est¨¢n reduciendo r¨¢pida y dr¨¢sticamente sus costes: ya son m¨¢s baratas que el carb¨®n en muchas regiones de Europa. El Deutsche Bank espera que en 2017 los costes de la energ¨ªa solar ser¨¢n paritarios a los de la red convencional en el 80% del mundo. Econ¨®micamente, el carb¨®n es la apuesta equivocada y los gobiernos europeos lo saben. Puesto que claramente no es por el bienestar de la ciudadan¨ªa por lo que vela la actual pol¨ªtica de incentivos en el sector energ¨¦tico, cabe la pregunta: ?los intereses de qui¨¦n prioriza el actual sistema de subsidios? En 2015 Transparencia Internacional analiz¨® los datos del Registro de Transparencia de la Uni¨®n Europea y alcanz¨® dos conclusiones reveladoras: el 75% de las reuniones de lobby reportadas por la Comisi¨®n eran con empresas privadas y el ¨¢mbito que acumulaba m¨¢s reuniones era el de clima y energ¨ªa. Un inicio de respuesta.

5. El margen de maniobra es muy estrecho, y no pertenece a Europa. Para tener alguna opci¨®n de contener el calentamiento global por dejado de los dos grados (como aspira el Acuerdo de Par¨ªs), s¨®lo podr¨ªa consumirse el 20% de las reservas de carb¨®n existentes. Es el ¡°presupuesto de carbono¡± que nos queda. No son reservas de carb¨®n lo que falta, es espacio atmosf¨¦rico limpio. Seg¨²n c¨¢lculos de Oxfam Internacional, en el escenario de pol¨ªticas actual (Business As Usual) para el a?o 2045 la generaci¨®n de electricidad a partir de carb¨®n ya habr¨¢ consumido la mitad de ese presupuesto. S¨®lo las centrales el¨¦ctricas alimentadas por carb¨®n en las siete econom¨ªas m¨¢s ricas ya emiten el doble de di¨®xido de carbono que el continente africano en su conjunto. Seg¨²n la Agencia Internacional de la Energ¨ªa, en ?frica hay m¨¢s de 600 millones de personas sin acceso a electricidad. Es a Europa -y al resto de pa¨ªses m¨¢s contaminantes- a quien corresponde en primer lugar y de manera urgente retirar el salvavidas de los subsidios a la industria generadora de la mayor huella ecol¨®gica en la atm¨®sfera.

La pr¨®xima Cumbre del G20 tendr¨¢ lugar en Alemania en Julio del 2017. Cada a?o desde 2009, la clausura de ese foro de l¨ªderes mundiales ha incluido una declaraci¨®n acerca de la eliminaci¨®n de los subsidios a los combustibles f¨®siles. La promesa nunca se cumple, pero la cantinela es ya tradici¨®n. Son unos muchachos excelentes, ?y siempre lo ser¨¢n?