Presidente esp¨ªa
Trump amenaza al jefe del FBI al que acaba de destituir con un tuit
El pasado fin de semana es un apretado resumen de lo que viene: la presidencia de Estados Unidos al borde del abismo; una Europa que vuelve, al comp¨¢s de Francia, y China planteando in¨¦ditos retos econ¨®micos a todo el mundo, como si hubiera ya tomado el liderazgo mundial.
Tener un presidente esp¨ªa es inc¨®modo. Sobre todo si la sospecha empieza no en pleno segundo mandato ¡ªNixon dimiti¨® por el espionaje del Watergate al Partido Dem¨®crata en 1974; hab¨ªa sido elegido en 1969¡ª sino en los primeros meses del primer per¨ªodo.
La brutalidad de Donald Trump es estent¨®rea. Amenazar al jefe del FBI al que acaba de destituir con un tuit en el que enarbola que ¡°ser¨¢ mejor [o ¡°m¨¢s le vale¡±, se admiten ambas traducciones] que no haya grabaciones de nuestras conversaciones antes de que ¨¦l empiece a filtrar a la prensa¡± es chantaje.
O chantaje fanfarr¨®n, si no hubo grabaciones. O delictivo, liberticida, porque le grab¨® ilegalmente y entonces, le llegar¨¢ el impeachment, la recusaci¨®n y la destituci¨®n.
Trump ya bordea el abismo. Nixon debi¨® renunciar solo por actuar contra el rival ideol¨®gico y por hacerlo contra la legalidad que asegura la libertades americanas. El delito de Trump, si grab¨®, es a¨²n mucho m¨¢s grave.
El jefe del FBI James Comey no era un rival ideol¨®gico (milit¨® largos a?os con los republicanos): luego todos corren peligro, que tiemble hasta el yerno.
Los micr¨®fonos no estar¨ªan en un hotel sino en la Casa Blanca: luego en los EE?UU del t¨ªo Gilito no hay lugar seguro. Y el rifirrafe cuelga de la seguridad nacional, la campa?a de Kremlin contra las elecciones norteamericanas, ¡°para denigrar¡± a Hillary Clinton, y en ¡°preferencia por Trump¡±, seg¨²n certificado conjunto del FBI, la CIA y la NSA. Luego la sospecha de que el presidente es un esp¨ªa se duplica con la de que est¨¦ conjurado con intereses de una potencia extranjera.
Simult¨¢neamente, Emmanuel Macron subraya en un Par¨ªs solemne y digno la ¡°responsabilidad de las ¨¦lites¡±, reclama no ninguna soberan¨ªa sino la ¡°interdependencia¡± y reivindica ¡°una Europa m¨¢s pol¨ªtica¡±. Y en Beijing, Xi Jinping pone de largo ante el mundo su Ruta de la Seda. As¨ª iremos.
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