M¨¦xico, el color de los muxes

DICEN EN JUCHIT?N que San Vicente, patr¨®n de esta regi¨®n del sur de M¨¦xico, viajaba con tres costales llenos de granos que iba repartiendo por todo el pa¨ªs. En uno cargaba los granos masculinos; en otro, los femeninos, y en el tercero los llevaba mezclados. ¡°En Juchit¨¢n se le rompi¨® el tercer costal¡±, bromean en las comunidades zapotecas. Justo en la cintura de M¨¦xico, en el Istmo de Tehuantepec (Estado de Oaxaca), habitan los muxes, ind¨ªgenas nacidos con sexo masculino que asumen roles femeninos. Conocidos como el tercer sexo de M¨¦xico, se cree que el t¨¦rmino ¡°muxe¡± procede de la adaptaci¨®n fon¨¦tica de la palabra espa?ola mujer. Los zapotecos fueron en su d¨ªa una de las civilizaciones m¨¢s avanzadas de Mesoam¨¦rica. Los muxes, reconocidos ya en la ¨¦poca precolombina, son respetados en la familia tradicional, donde los consideran el mejor de los hijos, pues, a diferencia de los heterosexuales, que se acabar¨¢n independizando, ellos nunca abandonar¨¢n el hogar y ser¨¢n un apoyo incondicional, especialmente para las madres. A veces incluso, en familias sin hijas, las propias mujeres educan a uno de los varones como si de una ni?a se tratara.