TOR302, el jorobado de Torrenueva
Hallados en una localidad andaluza los restos de un chico que vivi¨® con la columna torcida 111 grados durante el Imperio Romano
Un beb¨¦ deb¨ªa ¡°ser perfecto en todas sus partes, los miembros y sentidos¡±, proclamaba Sorano de ?feso, m¨¦dico en la Antigua Roma. Si era imperfecto, ¡°no merecer¨¢ la pena criar al reci¨¦n nacido¡±, escribi¨® en su tratado Ginecolog¨ªa, publicado en el siglo II. La Ley de las XII Tablas, fuente del derecho romano, hac¨ªa una similar recomendaci¨®n a los padres: ¡°Mata con presteza a un ni?o espantosamente deforme¡±.
Hace unos 1.700 a?os, el infanticidio quiz¨¢ pas¨® por la cabeza de dos padres en la Paterna romana, hoy sepultada bajo la tur¨ªstica localidad de Torrenueva, en la costa de Granada. All¨ª naci¨® un ni?o con espina b¨ªfida, una malformaci¨®n cong¨¦nita en la que la columna vertebral no se cierra completamente, provocando problemas de movilidad y a veces de aprendizaje. Con los a?os, adem¨¢s, el chico desarroll¨® un caso grave de la enfermedad de Scheuermann, una rara deformidad estructural de la columna que aparece en la infancia y se agrava en la adolescencia. Los restos del chaval aparecieron en 2008, en plena burbuja inmobiliaria, cuando la construcci¨®n de unas viviendas de protecci¨®n oficial en Torrenueva sac¨® a la luz dos tumbas de una necr¨®polis romana. Al lado de los restos de una mujer, aparecieron los de aquel chico. Los cient¨ªficos lo han bautizado con el fr¨ªo nombre de TOR302.
¡°Era un jorobado, como el de Notre Dame¡±, resume el arque¨®logo Jos¨¦ Miguel Jim¨¦nez Triguero, que ha analizado los huesos junto a otros colegas. Su investigaci¨®n, publicada ahora, llega a la conclusi¨®n de que aquel chico romano vivi¨® con la columna torcida con un ¨¢ngulo de 111 grados. Muri¨®, por causas desconocidas, a los 16 a?os, en la transici¨®n del siglo III al IV, seg¨²n calculan los cient¨ªficos.
¡°Torrenueva era una zona ruralizada. El Imperio Romano hab¨ªa entrado en crisis y la gente huy¨® de las ciudades por la inseguridad¡±, se?ala el arque¨®logo. Las vides y los olivos monopolizaban el paisaje. La regi¨®n hab¨ªa vivido tiempos mejores. Antes, sus ciudadanos preparaban salazones, sobre todo de at¨²n, que se exportaban por el Mediterr¨¢neo. Sus talleres de alfarer¨ªa produc¨ªan ¨¢nforas para el transporte de estas salazones, vino y aceite. Pero cuando el Imperio comenz¨® a tambalearse, todo se hundi¨®. El fondeadero de barcos cerr¨® y se transform¨® en un basurero de cer¨¢mica. Y acab¨® convertido en un cementerio en el que fue enterrado TOR302.
En esa ¨¦poca de decadencia, los adinerados viv¨ªan en villas agr¨ªcolas y los pobres, en casas de adobe. ¡°En ¨¦poca tardorromana, tanto los ricos como los pobres se enterraban sin ajuar. No podemos saber de qu¨¦ clase social era el chico¡±, lamenta Jim¨¦nez Triguero. Su investigaci¨®n, reci¨¦n publicada en la revista especializada International Journal of Paleopathology, muestra que TOR302 fue enterrado boca arriba, con la cabeza orientada hacia el oeste y los pies hacia el este. La posici¨®n se repite en otras tumbas romanas del siglo IV, para buscar ¡°la resurrecci¨®n del fallecido¡± gracias al ascenso del Sol en el horizonte, seg¨²n explica el arque¨®logo, coordinador del trabajo junto al antrop¨®logo Joan Viciano, de la Universidad de Chieti-Pescara (Italia).
La Ley de las XII Tablas, fuente del derecho romano, recomendaba a los padres: ¡°Mata con presteza a un ni?o espantosamente deforme¡±
¡°La enfermedad de Scheuermann no es mortal. No sabemos c¨®mo muri¨®¡±, reconoce la antrop¨®loga forense Anabel Amores, coautora del estudio e investigadora de la Universidad Francisco de Vitoria, en Madrid. Esta deformidad de las v¨¦rtebras suele ser leve y de curso benigno, pero puede agravarse y provocar un dolor incapacitante que hace necesario un tratamiento quir¨²rgico. No hay pistas sobre c¨®mo afect¨® a TOR302. En su sepultura, sin l¨¢pida, solo se encontr¨® un broche y una aguja met¨¢lica, posiblemente complementos de sus ropajes.
La vida de las personas con discapacidad en la Antig¨¹edad atrae la atenci¨®n de los investigadores desde hace d¨¦cadas. En El ojo del observador: deformidad y discapacidad en el mundo grecorromano (Cornell University Press, 1995), el historiador brit¨¢nico Robert Garland ofreci¨® una completa investigaci¨®n sobre la ¡°dif¨ªcil situaci¨®n¡± de los griegos y romanos que ¡°no cumpl¨ªan con los exigentes criterios de su sociedad para definir el ideal humano¡±.
M¨¢s recientemente, en el volumen La discapacidad en la Antigua Roma (Brill, 2013), varios autores han estudiado ¡°las diferencias significativas en la manera en la que la discapacidad fue culturalmente vista o evaluada¡±. En el Museo Arqueol¨®gico de Hatay, en Antioqu¨ªa (Turqu¨ªa), se exhibe un mosaico que muestra a un chico con joroba y un gran pene. La obra est¨¢ catalogada como El jorobado afortunado. Quiz¨¢, TOR302 tambi¨¦n lo fue.
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