Una puerta abierta a la comunidad roman¨ª
La poblaci¨®n gitana en Bosnia registra un 95% de desempleo y el 40% de los menores est¨¢ sin escolarizar
Se columpia con fuerza como para hacer volar una largu¨ªsima melena negra que le tapa la cara en el contraviento pero deja entrever su mirada alzada en cada sensaci¨®n de ingravidez. Adna Fafulic, de 12 a?os, pasa la ma?ana en un parque con balancines, un tobog¨¢n y otras atracciones. "Jugamos muy a gusto aqu¨ª. Est¨¢ muy bonito", dice con satisfacci¨®n en Varda, un barrio de mayor¨ªa gitana de la localidad bosnia de Kakanj. Es una experiencia nueva. Donde ahora pasa las horas en un ambiente saneado, hace seis meses se levantaba en un vertedero con 300 toneladas de basura en el que tambi¨¦n jugaba, pero sobre el veneno de los residuos. Fafulic no va al colegio, como entre el 35% y el 40% de la poblaci¨®n gitana en el pa¨ªs. Y su familia no tiene casa. El?95% de la poblaci¨®n gitana est¨¢ desempleada en Bosnia, seg¨²n datos de la Organizaci¨®n para la Seguridad y la Cooperaci¨®n en Europa (OSCE).
La chica coge el bol¨ªgrafo y es capaz de escribir su nombre con paciencia porque su madre le ha ense?ado, dice t¨ªmida durante un d¨ªa especial en su barrio. A ocho familias de entre sus vecinos les entregan las llaves de ocho pisos en un programa p¨²blico de acci¨®n social. Pero a ella no le corresponde ninguna. "La hemos pedido, pero todav¨ªa no tenemos", lamenta la chica. Espera la suerte del vecino Jasmin Alimanovic, que solicit¨® uno de los pisos entregados este d¨ªa, en el que vivir¨¢ con su mujer y dos de sus hijos. Uno de ellos, Anel, de cinco a?os, tiene un glaucoma e importantes problemas de visi¨®n, una de las razones por las que ha prevalecido su acceso a las viviendas, financiadas por la Uni¨®n Europea, instituciones locales y colaboraci¨®n austriaca, alemana y bosnia.
22 a?os despu¨¦s de que se haya terminado la guerra de Bosnia, el pa¨ªs a¨²n debe gestionar la interculturalidad entre las distintas minor¨ªas que conviven. Entre su poblaci¨®n, de 3,8 millones de personas, hay un 50% de bosnios, un 31% de serbios, un 15% de croatas, seg¨²n datos de la CIA, y alrededor de 50.000 (1,3%) es de etnia gitana, informa la Organizaci¨®n de las Naciones Unidas. En concreto, en Varda, el desempleo entre la poblaci¨®n gitana alcanza el 99%, seg¨²n asegura Romic Jobriz, presidente de la Asociaci¨®n Roma Apcine Kakanj, que a?ade que en el municipio residen 289 familias gitanas, 2.040 personas. "Est¨¢ muy bien que nos faciliten casas, pero lo que queremos es trabajar", dice tajante Jobriz, cuya asociaci¨®n ayuda a gestionar la asignaci¨®n de viviendas y se esfuerza tambi¨¦n en conseguir que el 100% de los menores del barrio vaya al colegio.
Jasmin Alimanovic no es capaz de decir si la poblaci¨®n roman¨ª sufre m¨¢s discriminaci¨®n que antes de la guerra o no, pero destaca la complicaci¨®n que le supone encontrar empleo formal. "No lo s¨¦, es que por mucho trabajo que busque nunca hay sitio para m¨ª. Llevo a?os sin encontrar", asegura en su nuevo y luminoso sal¨®n, desde donde recuerda que su padre s¨ª estuvo empleado. "?l trabaj¨® toda su vida en una empresa y ahora es pensionista. Ninguno de mis cuatro hermanos hemos tenido esa oportunidad", plantea como ejemplo de la ausencia de posibilidades de vida que la etnia gitana alcanza en el pa¨ªs. "Por eso yo acepto cualquier trabajo que salga de manera informal, tengo que hacer 50 kil¨®metros para comprar las gotas y las medicinas del chico", apunta el padre, que aun agradecido por la cesi¨®n de la vivienda, asume que tambi¨¦n debe de poder pagar las facturas.
"Estas viviendas sociales son exclusivas para poblaci¨®n gitana. Los inquilinos han pasado un criterio de selecci¨®n muy exhaustivo en el que tienen predominancia personas con discapacidad o enfermedad", apunta Muris Misidevic, de la instituci¨®n Hilfswerk Austria Internacional?y coordinador de este proyecto conjunto llamado Roma Action, que consiste en habilitar 140 viviendas en total y realizar medidas socioecon¨®micas en la zona, como talleres de igualdad, registros de personas y concienciar a los gobernantes sobre la situaci¨®n de la poblaci¨®n gitana. "Los pisos son de propiedad municipal, por lo que sus inquilinos pueden ir cambiando seg¨²n se considere desde las Administraciones", a?ade Misidevic sobre este proyecto, -financiado con 2,5 millones de la Uni¨®n Europea y 327.000 euros de autoridades locales- que pretende ofrecer soluciones habitacionales a familias gitanas residentes en zonas vulnerables por inundaciones, como en Varda.
"La casa nos permite tener m¨¢s estabilidad, ahora podremos enfocarnos en darle un tratamiento a nuestro hijo", dice Alimanovic sin separarse ni un momento de Anel, que ataviado con peque?as y oscur¨ªsimas gafas de sol ovaladas, se escapa una y otra vez a tocar las lisas paredes de su nuevo hogar. La familia, que vivir¨¢ en un piso con dos habitaciones y un ba?o, espera este momento desde 2014. Hasta este d¨ªa, cuentan que viv¨ªan sin agua ni electricidad. "Mientras que las familias tienen acceso a agua potable, un peque?o porcentaje de ellos est¨¢n conectados a la red el¨¦ctrica", informan de la OSCE. Ahora la otra hija, Anela, una simp¨¢tica mellada de nueve a?os, no para de toquetear encantada los interruptores de la luz y el termo y mover entre los dedos las llaves de su nueva casa. Ella si va al colegio, y cuenta que quiere estudiar medicina para ayudar a personas enfermas como su hermano peque?o.
Est¨¢ previsto que este proyecto termine este julio, pero todav¨ªa quedar¨¢n en el barrio personas que sufran sus enfermedades entre el fr¨ªo indomable de una noche de invierno o el calor sofocante de un mediod¨ªa veraniego. Senida Vehabovic, de 40 a?os, ha nacido en el barrio y est¨¢ contenta con los ¨²ltimos cambios. ¡°Me encanta que los ni?os ya no jueguen m¨¢s en el vertedero, ahora est¨¢n m¨¢s sanos¡±, cuenta mientras observa el ajetreo de una jornada en la que ella no es protagonista. No hay llaves para Vehabovic ni para su marido, con quien cuenta que comparte habitaci¨®n junto a tres hijas. ¡°El mayor deseo de mi vida ser¨ªa tener un lugar en el que vivir¡±, a?ade durante la inauguraci¨®n de las viviendas del proyecto Roma Action durante un viaje sufragado por la Comisi¨®n Europea.
Ni media hora tardan las familias con llaves en empezar a llevar enseres desde las infraviviendas hasta su nueva residencia. Un bloque blanco de cinco plantas sin ascensor por el que suben y bajan escaleras y curiosean los vecinos de Varda. Mesas, edredones, colchas, bolsas de ropa... comienzan a desfilar por las puertas del alto edificio, desde donde se otea el asentamiento de infraviviendas. Desde arriba se ven las miradas alzadas de los sin llave. Como Senida Vehabovic, como la inquieta Adna Fafulic en su columpio. Deber¨¢n esperar a que futuros programas organizados por el Ayuntamiento y las agencias de derechos humanos promuevan nuevas acciones para solventar los derechos humanos de sus residentes. Erradicar el desempleo y la falta de escolarizaci¨®n ser¨¢ clave para el futuro de la poblaci¨®n gitana.
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