Los cient¨ªficos ya saben hacer sangre
Dos investigaciones logran generar las c¨¦lulas precursoras de la sangre en la placa de cultivo
Crear sangre parece un ingenio arcano de los alquimistas, una quimera ilusoria, una novela de Dan Brown. Pero los cient¨ªficos han dado un gran paso hacia la creaci¨®n de c¨¦lulas de la sangre a partir de c¨¦lulas madre. Lo han hecho con c¨¦lulas humanas, aunque el ¨²ltimo paso implica trasplantar las c¨¦lulas precursoras de la sangre (c¨¦lulas madre hematopoy¨¦ticas) a la m¨¦dula ¨®sea de ratones. El trabajo tiene implicaciones para el tratamiento de la leucemia, y tambi¨¦n para el cribado de nuevos f¨¢rmacos.
Darwin en las venas
Puede parecer que la sangre es un problema biol¨®gico menor en comparaci¨®n con, por ejemplo, hacer un coraz¨®n, con todas sus c¨¦lulas musculares (miocitos) latiendo en ondas coordinadas, o un cerebro, con sus circuitos sofisticados y su complejidad organizada en un objeto tridimensional. Y es cierto que la sangre, y los trasplantes de m¨¦dula que la renuevan en algunos pacientes de leucemia, han sido pioneros en la prehistoria de la terapia celular. Pero eso se debe m¨¢s a su facilidad de uso cl¨ªnico que a su simplicidad.
La sangre, en realidad, es mucho m¨¢s compleja de lo que parece. Sus leucocitos, o c¨¦lulas blancas, encarnan un microcosmos darwiniano del que casi nunca somos conscientes. Cuando se nos cuela en la sangre alg¨²n agente infeccioso, los escas¨ªsimos leucocitos que, por casualidad, le reconocen, se las apa?an para activarse y proliferar m¨¢s que los dem¨¢s. Ello requiere un sistema de reconocimiento y respuesta gen¨®mica de complejidad mareante, y que seguramente ha evolucionado a partir de un antiguo virus. Eso est¨¢ a un paso de la magia.
Dos grupos de cient¨ªficos, del Hospital Infantil de Boston y el Weill Cornell Medicine de Nueva York, han conseguido mediante estrategias distintas derivar de c¨¦lulas madre un tipo especial de ellas especializado en generar las c¨¦lulas sangu¨ªneas, desde los gl¨®bulos rojos que trasportan el ox¨ªgeno de los pulmones a los tejidos hasta el equipo diverso de linfocitos (o gl¨®bulos blancos) que constituyen nuestro sistema inmune. Es un avance que muchos hab¨ªan intentado antes sin ¨¦xito. Y pone a tiro de piedra la creaci¨®n de sangre humana al servicio de la medicina.
Los bi¨®logos del desarrollo sab¨ªan ya que una sola c¨¦lula madre hematopoy¨¦tica (generadora de sangre, literalmente) puede generar toda la notable variedad de linfocitos que discurren por nuestras venas y nos permiten sobrevivir a las infecciones por virus y bacterias, adem¨¢s de los gl¨®bulos rojos. Esas c¨¦lulas madre, o precursoras de la sangre, residen en la m¨¦dula ¨®sea. Es all¨ª donde se origina todo el contenido celular y la sabidur¨ªa de nuestra sangre. Durante toda la vida. A esto se debe la capacidad curativa de los trasplantes de m¨¦dula.
¡°La capacidad de manufacturar c¨¦lulas madre hematopoy¨¦ticas en el laboratorio entra?a una promesa enorme para la terapia celular¡±, dicen en Nature Carolina Guibentif y Berthold G?ttgens, cient¨ªficos de c¨¦lulas madre del MRC (Medical Research Council brit¨¢nico) y la Universidad de Cambridge, no relacionados con el estudio. Estos dos investigadores subrayan tambi¨¦n los obst¨¢culos que a¨²n separan la fabricaci¨®n de sangre de la pr¨¢ctica cl¨ªnica.
Tiene utilidad para el tratamiento de la leucemia y el cribado de nuevos f¨¢rmacos
En primer lugar, solo uno de los dos trabajos presentados en Nature (1 y 2) aborda una evaluaci¨®n del riesgo de que las c¨¦lulas precursoras de la sangre (hematopoy¨¦ticas) creadas con estas t¨¦cnicas puedan generar c¨¦lulas cancerosas, y solo por un tiempo limitado. Los investigadores han comprobado que sus c¨¦lulas no generan leucemia (el c¨¢ncer de las c¨¦lulas de la sangre) durante las 20 semanas posteriores al trasplante en ratones. Los analistas creen que hay que ampliar ese estudio m¨¢s tiempo.
En los poqu¨ªsimos casos en que la terapia g¨¦nica (infectar a un paciente con el gen correcto que le falta), como en el tratamiento de los ni?os burbuja, se ha dado alg¨²n caso de leucemia inducida por la propia terapia. Para insertar el gen correcto en las c¨¦lulas del paciente, el vector m¨¢s eficaz hasta la fecha ha sido un retrovirus, un familiar del VIH (el agente del sida) que, como parte de su ciclo vital, se inserta en el genoma de su hu¨¦sped. Seg¨²n d¨®nde se inserten, estos retrovirus pueden causar la activaci¨®n de alg¨²n gen del c¨¢ncer, y causar as¨ª una leucemia.
Sus c¨¦lulas no generan leucemia durante las 20 semanas posteriores al trasplante en ratones
En cualquier caso, como recuerdan Guibentif y G?ttgens, las nuevas t¨¦cnicas de edici¨®n gen¨®mica, como la flamante CRISPR, pueden lograr insertar los genes correctos sin necesidad de retrovirus, ni de ning¨²n otro virus. CRISPR hace su trabajo y desaparece despu¨¦s. Ello, junto a su gran eficacia y facilidad de uso, le ha convertido en la estrella de los laboratorios de gen¨¦tica de medio mundo.
Quedan, por tanto, problemas t¨¦cnicos importantes que resolver. Pero ya son solo esos problemas t¨¦cnicos los que nos separan de la creaci¨®n de sangre en el laboratorio. La ciencia est¨¢ clara como el agua de una garganta fr¨ªa.
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