Retrofantas¨ªa
Es posible que el miedo incline la elecci¨®n a la Secretar¨ªa General del PSOE a favor de Susana D¨ªaz
Dec¨ªa La Bo¨¦tie que el secreto de la servidumbre voluntaria est¨¢ en la costumbre, las pir¨¢mides de intereses y el miedo. Ahora que las costumbres cambian y los sistemas clientelares se tambalean, queda el miedo. Y es posible que, en el ¨²ltimo momento, el miedo incline la elecci¨®n a la Secretar¨ªa General del PSOE a favor de Susana D¨ªaz, que qui¨¦rase o no, ella misma se lo busc¨® con la concentraci¨®n de poderes en el acto de presentaci¨®n de su candidatura, representa el aparato del partido. A S¨¢nchez le queda la fuerza de los irritados que es lo que ha permitido su resurrecci¨®n: el feo procedimiento utilizado para echarle le ha dado una segunda vida pol¨ªtica. Pero, de momento, en Europa continental la indignaci¨®n mueve las cosas pero se queda a medio camino.
Sea quien sea el ganador no lo har¨¢ en condiciones que permitan dar por superada la crisis del PSOE y alimentar la f¨¢bula de que est¨¢n en la rampa de lanzamiento para volver a ganar al PP. Esta evidencia, ?qu¨¦ nos dice de la situaci¨®n del partido? ?No hab¨ªa en todo el PSOE un candidato mejor que los tres que se han presentado? Susana D¨ªaz es un l¨ªder territorial, con la fuerza de ser la representante de la principal federaci¨®n del partido, es decir, la primera accionista. Tiene m¨¢s poder que proyecci¨®n.
Pedro S¨¢nchez ha obtenido los peores resultados del PSOE en el r¨¦gimen actual. Y no estar¨ªa aqu¨ª si sus adversarios no le hubiesen convertido en v¨ªctima. Y Patxi L¨®pez pone las buenas maneras, insuficientes en momentos de guerra, con un estilo que recuerda la buena segunda fila del PSOE del pasado. Y dicen que no hab¨ªa nadie m¨¢s.
El PSOE no anticip¨® el desastre que llev¨® al 2008, se acomod¨® al corporativismo bipartidista, asumi¨® las brutales respuestas a la crisis (as¨ª, en 2010, empez¨® su debacle), y no quiso ver la evoluci¨®n de sus bases electorales, que ven¨ªa de lejos. Ya en el tardofelipismo empezaron a abandonarle los sectores m¨¢s din¨¢micos de la sociedad. De modo que ha afrontado las grandes transformaciones con hechuras de partido conservador y no ha sabido salir de esta trampa.
Si a¨²n conserva cierto suelo electoral, es porque la cultura de la indiferencia ha evitado que surgieran de su seno un Macron o un M¨¦lenchon para llevarse la gente a otra parte y los polos de atracci¨®n a su derecha y a su izquierda son de fuerza limitada.
?Qui¨¦n manda en el PSOE? Si lo supi¨¦ramos quiz¨¢s entender¨ªamos la suicida melancol¨ªa del bipartidismo en que est¨¢ instalado. Y que sus tenores sigan repitiendo ¡ªel ¨²ltimo Patxi L¨®pez¡ª la misma retrofantas¨ªa: "Somos la alternativa al PP. No tenemos que pactar con Podemos". Entonces, ?con qui¨¦n? Un decenio en la oposici¨®n es muerte segura.
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