Gran coalici¨®n
El presidente franc¨¦s toma una iniciativa arriesgada pero necesaria
No forman parte de la cultura pol¨ªtica francesa las grandes coaliciones de gobierno al estilo alem¨¢n. Pero si algo est¨¢ demostrando el flamante presidente de la Rep¨²blica Francesa Emmanuel Macron es su determinaci¨®n para romper las reglas de juego e inaugurar una nueva etapa pol¨ªtica y econ¨®mica que rescate a Francia (y a Europa) de su abatimiento. Su iniciativa de nombrar un Gobierno en el que est¨¢n representados pol¨ªticos socialistas, centristas y conservadores ¡ªadem¨¢s de profesionales ajenos a la pol¨ªtica¡ª es arriesgada, pero seguramente necesaria.
Macron no dispone de un partido con veteran¨ªa suficiente como para asegurarse una mayor¨ªa parlamentaria que respalde sus pol¨ªticas. La configuraci¨®n de su gabinete puede garantizarle la estabilidad que necesita para su acci¨®n de gobierno, presidido, por cierto, por un conservador moderado alineado con Alain Jupp¨¦, el hombre al que las primarias de Los Republicanos arrebataron su augurada victoria para ocupar el El¨ªseo. En este sentido, Macron, que hizo una campa?a a favor de romper la tradicional frontera entre izquierda y derecha y que dedic¨® algunos comentarios elogiosos a Jupp¨¦, es realista. ¡°As¨ª lo decidieron los franceses en las urnas¡±, alega tras nombrar primer ministro a ?douard Philippe.
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Tras su discurso europe¨ªsta, reformista y renovador capaz de galvanizar dentro y fuera del pa¨ªs, Macron no solo exhibe atrevimiento en la conformaci¨®n de su Gobierno; tambi¨¦n coherencia y astucia. No pacta con los grandes partidos, pero ficha a los pol¨ªticos del ala m¨¢s moderada de uno y otro lado ensanchando enormemente su centro pol¨ªtico. Erosiona a los grandes partidos, margina los extremos de la izquierda alternativa de Jean-Luc M¨¦lenchon y la ultraderecha de Marine Le Pen y respeta con escrupulosidad num¨¦rica la paridad, como hab¨ªa prometido.
El nuevo presidente de Francia tiene cinco a?os por delante para llevar a cabo la inmensa tarea, en sus propias palabras, de dinamizar la econom¨ªa con medidas tan pol¨¦micas como la reforma laboral o el recorte del n¨²mero de funcionarios, en las que puede haber serias discrepancias dentro del propio Ejecutivo.
Los conservadores, que obtuvieron un 20% de los votos en la primera vuelta de las presidenciales, se sienten especialmente perjudicados y prometen plantar cara a Macron, que no contar¨¢, por tanto, con su respaldo sistem¨¢tico en la Asamblea Nacional. Ello obliga al nuevo Gobierno a ganarse cada batalla que emprenda en caso de no obtener una holgada mayor¨ªa en las legislativas que se celebran el 11 y 18 de junio. Tiene un mes para sumar todos los apoyos posibles. De ah¨ª la importancia de estos pasos iniciales.
La primera iniciativa gubernamental ser¨¢ poner en marcha las nuevas normas de regeneraci¨®n pol¨ªtica, ya aplicadas con el an¨¢lisis exhaustivo del curr¨ªculo de los nuevos ministros antes de ser nombrados en busca de perfiles intachables. Es una l¨ªnea que ya inici¨® el denostado Fran?ois Hollande y que su disc¨ªpulo pol¨ªtico impone ahora desde el centro; un preludio de esa nueva Francia que el resto de Europa espera con entusiasmo.
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