?Socorro!

Aquel alpinista resbal¨® fatalmente y pend¨ªa aferrado con tres dedos a un m¨ªsero reborde sobre el abismo. No era muy creyente, pero recuper¨® la fe: ¡°?Oh, cielos! ?Me arrepiento de mis blasfemias! ?Alguien me escucha? ?Salvadme!¡±. Una voz dulce y grave repuso desde las alturas: ¡°Hijo m¨ªo, tu fe te ha salvado. No temas, su¨¦ltate. Volar¨¢s como una pluma hasta lugar seguro¡±. Y el accidentado contest¨®: ¡°Ya, muchas gracias. Y ?hay alguien m¨¢s por ah¨ª?¡±. Esto ¨²ltimo tambi¨¦n deben hab¨¦rselo preguntado muchos votantes del PSOE tras el debate del pasado lunes. Aparte de los defectos mutuos que denunciaban, nada destacaba por encima del nivel de la peor tertulia. En lo que opinaban de los dem¨¢s los tres llevaban raz¨®n... pero no hab¨ªa m¨¢s razones. Por lo visto y o¨ªdo, el gran proyecto del centroizquierda es acabar con el gobierno del centroderecha, descalificado como un endriago podrido, extorsionador, criminal... y votado mayoritariamente. Pero de las alternativas concretas poco o nada se supo. En la cuesti¨®n de los separatismos en marcha, nuestro peor problema, s¨®lo definiciones cautelosas, sin medidas para atajarlos. Y al parecer todos consideran su visi¨®n de izquierdas compatible con la fiscalidad desigual del cupo, con la inmersi¨®n ling¨¹¨ªstica, con la designaci¨®n pol¨ªtica del poder judicial... o sea que son m¨¦dicos creyentes en la homeopat¨ªa. ?No hay nadie m¨¢s por ah¨ª?

?Primarias? Lo malo no es la cacareada desafecci¨®n de los partidos, que a veces propicia una visi¨®n menos sectaria y m¨¢s pragm¨¢tica de las siglas. Peor son los afiliados, un pu?ado recalcitrante y posesivo casi siempre entusiasta del candidato m¨¢s ¡°suyo¡± y por tanto indigerible para el resto de los votantes. Mejor ser¨¢ importar a un l¨ªder que no sea ¡°pata negra¡± ni patoso, como las ciudades griegas procuraban que sus leyes las dictase un sabio extranjero...