Lo que cuentan 20 escritoras africanas
Casa ?frica y Baile del Sol publican la primera antolog¨ªa en castellano de autoras de habla inglesa. Hablamos con el editor Federico Vivanco
Todo libro suele tener, al menos, dos historias dentro. Una, la que se encuentra escrita entre sus tapas y la otra, la transcurrida hasta que la obra ve la luz. Ellas [tambi¨¦n] cuentan puede presumir de contener 20 voces; cada una de ellas, con un relato diferente. Y otra que nos habla de la pasi¨®n, la sensibilidad y el trabajo necesario, tantas veces desconocido, para que esta antolog¨ªa, segundo n¨²mero de la reci¨¦n estrenada colecci¨®n de Casa ?frica y Baile del Sol, se publique y nosotros tengamos ocasi¨®n de leerla.
Ese momento, en el que se origin¨® el movimiento suficiente para comenzar a andar, la sit¨²a en 2012. Federico Vivanco, editor y traductor de la antolog¨ªa, trabajaba en la Oficina de Asilados y Refugiados de Madrid, como traductor e int¨¦rprete de las entrevistas que se realizaban a aquellos que interpon¨ªan una petici¨®n de asilo o refugio. ¡°Sus historias ya todos las conocemos¡±, explica, ¡°pero a¨²n son m¨¢s terribles cuando te las cuentan de primera mano. La realidad superaba la ficci¨®n y me pregunt¨¦, al escucharles y observar su destreza al narrarlas, c¨®mo ser¨ªa su literatura¡±. Pero, de entre todas aquellas voces silenciadas, apartadas o negadas, le impresionaron de manera definitiva las voces ocultas: las femeninas. As¨ª fue c¨®mo surgi¨® en ¨¦l la idea de recopilar un pu?ado de relatos de mujeres escritoras africanas.
A¨²n queda por hacer
No hace mucho en este blog nos quej¨¢bamos del escaso espacio y visibilidad que tienen las escritoras africanas, en general, entre nosotros. Aquello no fue un mero lamento, al contrario, se trataba de una queja fundamentada. ?ngeles Jurado (autora en este blog) que participa con Casa ?frica en un proyecto de ACNUR Euskadi para dar visibilidad a estas escritoras, nos da una medida de lo que estamos hablando. A partir de los datos extra¨ªdos de la tesis doctoral de Blanca Rom¨¢n Aguilar, la periodista enumera: ¡°Seg¨²n esta fuente y tomando como referencia los a?os 1990 a 2015, la media de obras escritas por mujeres de origen subsahariano que han conseguido ser traducidas y publicadas en Espa?a al a?o es de tres. Pero es importante indicar que ha habido periodos de tiempo en los que no ha visto la luz ninguna novela o recopilatorio de cuentos y relatos o ensayos, y que en el a?o 2011, por ejemplo, se aglutina el 10,8% del total de las obras traducidas y publicadas de estas autoras en nuestro pa¨ªs¡±.
Sorprende, no obstante, el vibrante comienzo editorial de este a?o, en el que los nombres de mujeres han tomado el protagonismo.
Nubes de lluvia (Bessie Head, Palabrero Press)
Canci¨®n dulce (Leila Slimani, Cabaret Voltaire)
El libro de Memory (Petina Gappha, Harper Collins)
Volver a casa (Yaa Gyasi, Salamandra)
Como el viento intocable (antolog¨ªa po¨¦tica de mujeres, Baphala)
El papel de la mujer santotomense en la lucha por la liberaci¨®n y la igualdad (Lurdes Mar¨ªa Viegas Pires Dos Santos, Los libros de la Catarata)
Los cuentos del erizo y otros cuentos de las mujeres del S¨¢hara (Libros de las Malas Compa?¨ªas).
Junto a las obras anteriores, las palabras de Chimamanda Ngozi Adichie en Querida Ijeawele. C¨®mo educar en el feminismo (Literatura Random House) en el que escribe: ¡°Por supuesto que estoy enfadada. Estoy enfadada con el racismo. Estoy enfadada con el sexismo. Pero ¨²ltimamente me he dado cuenta de que me enfada m¨¢s el sexismo que el racismo¡±.
A pesar de esta esperanzadora tendencia no podemos olvidar la bruma en la que se tienen que mover las voces femeninas. Ahora que otra nueva antolog¨ªa se une a las anteriores, basta recordar las palabras de su editor Federico Vivanco, poniendo en contexto la literatura africana con nombre de mujer: ¡°De las 270 obras publicadas por Heinemman, en la reputada colecci¨®n African Writers Series, entre 1962 y 1985, tan solo 14 pertenecen al g¨¦nero femenino¡±.
Tres a?os de trabajo
Esa invisibilidad, sin duda, empuj¨® a Vivanco a buscar y localizar autoras durante tres largos a?os, a entablar centenares de conversaciones, a intercambiar infinitos correos electr¨®nicos (confiesa que con alguna de ellas ha conseguido crear un v¨ªnculo de amistad). A intentar hacer realidad aquel sue?o: presentarle a un p¨²blico ajeno a las letras africanas una antolog¨ªa que reuniese a 20 escritoras de 11 pa¨ªses africanos de habla inglesa. ¡°Es dif¨ªcil definir los sentimientos ante este proyecto. Durante este proceso hubo momentos de felicidad, cuando una autora consagrada me confirmaba su participaci¨®n en la antolog¨ªa. De ¨¦xtasis, cuando logr¨¦ dar, despu¨¦s de un a?o y medio de b¨²squeda, con un familiar de la escritora sierraleonesa Gladys May Casely-Hayford que hab¨ªa fallecido hac¨ªa casi 70 a?os. De tristeza, cuando despu¨¦s de un a?o de gestiones fallece Grace Ogot, la primera escritora keniata. De frustraci¨®n, al darme cuenta de que los tiempos de publicaci¨®n resultan m¨¢s largos de lo que yo esperaba y de encontrarme con algunas piedras por el camino". En pocas palabras: fueron "tres a?os de espera, b¨²squeda, traducci¨®n, ilusi¨®n, pero con la seguridad de que iba a llegar este d¨ªa¡±, comenta.
Vivanco: ¡°De las 270 obras publicadas por Heinemman, 14 pertenecen al g¨¦nero femenino¡±
?An¨¦cdotas ocurridas en esos momentos de b¨²squeda, de ilusiones y de frustraciones?, le preguntamos.? Vivanco no duda al narrar un acontecimiento que ¨¦l atribuye al destino. ¡°Comenzada la labor de traducir, me encontr¨¦ con una de las poes¨ªas de Gladys May Casely-Hayford que hab¨ªa sido escrita en ingl¨¦s y en krio (lengua criolla de base l¨¦xica inglesa de Sierra Leona). No consegu¨ªa que nadie me ayudara con la traducci¨®n del krio al castellano o, al menos, al ingl¨¦s. Estuve meses buscando un traductor para estos versos y, sin saber ya qu¨¦ hacer, me vino a la mente el nombre de Chema Caballero (autor tambi¨¦n en este blog) quien hab¨ªa vivido 20 a?os en Sierra Leona y habla el krio como si hubiera nacido all¨ª. No lo conoc¨ªa en persona, sino por su libro ¡ªLos hombres leopardo se est¨¢n extinguiendo¡ª, y por sus art¨ªculos en prensa y blogs y me daba much¨ªsimo reparo pedirle ayuda con la traducci¨®n del poema. Despu¨¦s de meses, me di unos d¨ªas m¨¢s de tiempo para conseguir a alguien o descartar el poema. Esa misma semana me encontr¨¦ por casualidad en el metro de Madrid a Chema Caballero. Tras presentarme, le habl¨¦ sobre mi proyecto y los versos en krio. En menos de 48 horas ten¨ªa un correo de ¨¦l con la traducci¨®n de esos versos¡±.
Escapando de las etiquetas
El mismo Vivanco, que huye a toda costa de estereotipos y clich¨¦s, es consciente de lo reduccionista que es considerar a la antolog¨ªa un reflejo del rico y diverso tapiz de las letras que en/desde el continente se han ido generando a lo largo de los a?os, ya que para comenzar tan solo aparecen escritoras de expresi¨®n inglesa. En este sentido, esta obra completa otra excelente colecci¨®n de cuentos, una antolog¨ªa de la incombustible Inmaculada D¨ªaz Narbona. Su t¨ªtulo: Las africanas cuentan (Publicaciones de la Universidad de C¨¢diz, 2013), que nos adentra en otro de estos mundos, el de expresi¨®n francesa, con nueve relatos. Entre ellos, El camino de la salvaci¨®n de Aminata Ma?ga Ka que la editorial 2709books rescat¨® para la lectura en formato electr¨®nico.
Ellas [tambi¨¦n] cuentan est¨¢ divida en tres partes: una dedicada a narrativa, otra a poes¨ªa y una tercera parte a ensayo. Junto a los nombres m¨¢s conocidos de Minna Salami, Lola Shoneyin o Zoe Wicob o Beatrice Lawkana, cuyo relato El Se?or de la casa se puede leer en la antolog¨ªa Los deseos afines. Narraciones africanas contra la homofobia, de la editorial Dos bigotes, nos encontramos con un pu?ado de escritoras de las que apenas tenemos referencia. Ante esto la pregunta parece obligada: ?por qu¨¦ estos nombres y no otros?. ¡°Cuando empec¨¦ a documentarme, sent¨ª la necesidad de abarcar tres generaciones de escritoras¡±, explica Vivanco.
Sorprende el vibrante comienzo editorial de este a?o, en el que los nombres de mujeres han tomado el protagonismo
El autor considera que adem¨¢s de ofrecerle al lector un primer contacto con las letras africanas, puede encontrar distintas tem¨¢ticas como la discriminaci¨®n, la violencia de g¨¦nero, el desgarro del exilio, la di¨¢spora, las migraciones internas y el regreso a casa o de aquellos que se quedan para ver a otros partir, la maternidad, el matrimonio y la mujer africana, la posguerra y sus desplazados, las tradiciones y la identidad, la afrofobia... "Un amplio espectro de perspectivas sobre diversas materias que desmitifican algunas ideas generalizadas y preconcebidas que tenemos en Occidente sobre el continente africano y por tanto sobre su literatura¡±, a?ade.
Vivanco sonr¨ªe satisfecho al contemplar, por fin, el libro terminado. Acaricia la portada y destaca lo que ¨¦l mismo ha escrito en el pr¨®logo: ¡°El fin es dar voz a aquellas mujeres que han sido relegadas por un sistema patriarcal, machista, comercial o editorial, y otorgarles su verdadero lugar¡±. Esta obra lo intenta a trav¨¦s de 20 voces que nos invitan a abrir otras tantas puertas. Una nueva oportunidad para tratar de escuchar y aprender.
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