¡°Si las mujeres no hablan, hablar¨¢n por ellas¡±

Labios rojos y una chapa con el s¨ªmbolo feminista, toda una declaraci¨®n de intenciones. Vildana D?ekman nos recibe en la sede, en Sarajevo (Bosnia y Herzegovina) de la Fondacija CURE (Fundaci¨®n Chicas). ¡°Es fundamental reivindicar que somos feministas¡±, sentencia. La Fondacija, que engloba el trabajo de 40 organizaciones, trabaja por los derechos de las mujeres en Bosnia partiendo de la premisa de aceptar el pasado para poder caminar hacia el futuro.

D?ekman?trabaja por la igualdad entre mujeres y hombres a trav¨¦s de programas art¨ªsticos, culturales y educativos. Un trabajo valiente en una sociedad inestable con una fuerte presencia de la religi¨®n en la sociedad y en la pol¨ªtica. Sin subvenciones ni apoyo de las instituciones.

Mientras Bosnia perteneci¨® a la Rep¨²blica Federativa Socialista de Yugoslavia, la mujer alcanz¨® una igualdad real pionera en Europa. Entre 1943 a 1992, las bosnias estaban representada pol¨ªticamente y disfrutaban de una igualdad salarial inimaginable hoy en d¨ªa. Tras la guerra y el posterior auge religioso, han perdido todos esos derechos. Adem¨¢s, la lucha feminista carga con el trauma de la injusticia y el abandono de las v¨ªctimas de violaciones masivas durante la guerra que vivi¨® el pa¨ªs en los a?os 90. La Yugoslavia de Tito y los derechos conseguidos son a?orados y percibidos como irrecuperables por la mayor¨ªa de mujeres bosnias.

Una de las tareas m¨¢s complicadas a las que se enfrenta D?ekman es llegar a las f¨¦minas que vivieron la guerra: ¡°Es muy complicado hacerles ver que tienen derechos cuando sus violadores siguen libres y sin condenar¡±. Por eso desarrollan actividades encaminadas a la conciliaci¨®n con el pasado, como el Tribunal de Mujeres de Sarajevo que se celebr¨® en mayo de 2015 en la capital bosnia. En ¨¦l participaron mujeres serbia, bosnias, croatas, eslovenas y kosovares que ¡°juzgaron¡± los cr¨ªmenes de guerra cometidos contra f¨¦minas durante las guerras de desintegraci¨®n de Yugoslavia. ¡°Debemos trabajar unidas, por encima de fronteras, etnias o religiones. No solo para denunciar la violencia durante las guerras sino tambi¨¦n las actuales. El Tribunal se organiz¨® para promover la paz¡±, explica la activista.

Pero en la fundaci¨®n tambi¨¦n trabajan por un futuro en el que la mujer bosnia recupere el lugar que le corresponde en la sociedad. La prioridad: ¡°conseguir la representaci¨®n femenina en los altos puestos pol¨ªticos para que se empiece a escuchar a las mujeres¡±, sentencia. Aunque el pa¨ªs posee una normativa de paridad en lista pol¨ªticas?D?ekman critica que ¡°no es real, solo se cumple en el papel y nunca en el reparto de cargos¡±. Hoy, tras mucha lucha, hay sobre la mesa una ley que garantizar¨ªa la igualdad parlamentaria y que convertir¨ªa a Bosnia en un ejemplo para los pa¨ªses de la zona.

¡°Es muy complicado hacerles ver que tienen derechos cuando sus violadores siguen libres y sin condenar¡±

D?ekman recuerda la importancia de que las mujeres ¡°hablen, escriban y cuenten su historia. Si no esas historias se pierden. Si las mujeres no hablan, hablar¨¢n por ellas¡±. La visibilizaci¨®n es una de las actividades fundamentales de la organizaci¨®n. As¨ª, todos los 8 de marzo celebran una ¡°Marcha por la Paz¡± por las calles de Sarajevo. Un acto que no cuenta con el apoyo de las instituciones bosnias pero s¨ª con el de otros organismos. Este a?o, por ejemplo, se unieron a la marcha representantes de la Embajada de Noruega. Tambi¨¦n realizan talleres formativos en las zonas rurales del pa¨ªs, donde el trabajo con mujeres se complica, y con la juventud. ¡°Tenemos que lograr que la igualdad llegue a la formaci¨®n oficial y se imparta¡±.

Uno de los proyectos de los que m¨¢s orgullosa se siente esta joven activista es el PitchWise. Un festival de arte y feminismo que organizan cada mes de octubre desde hace 12 a?os y que re¨²ne a artistas de los pa¨ªses de la zona. "Un espacio para que las mujeres mostraran su arte puesto que no pod¨ªan hacerlo en ning¨²n otro sitio¡±. De nuevo, sin apoyo institucional.

Otra de las lacras contra las que batallan es la violencia contra las mujeres. En los casos de violencia de g¨¦nero ¡°cuando se atreven a denunciar, las denuncias desaparecen; y si lo hacen p¨²blicamente son atacadas y culpabilizadas¡±, explica Vildana. La situaci¨®n se repite con las agresiones al colectivo LGTBI. La homofobia es otro de los grandes lastres de la sociedad bosnia: lesbianas, gais, transexuales y bisexuales son excluidos e ignorados. Por ello, seg¨²n D?ekman, es imprescindible la ¡°defensa de los derechos del colectivo LGTB y la creaci¨®n de un espacio com¨²n y seguro donde poder hacerse fuertes¡±. Ser mujer en Bosnia es dif¨ªcil. Ser mujer y feminista, m¨¢s. Ser homosexual, realmente complicado. Pero ser mujer, feminista y lesbiana es casi un imposible.

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