Rajoy en directo

La decisi¨®n de la Audiencia Nacional de obligar al presidente del Gobierno a comparecer f¨ªsicamente como testigo en el caso G¨¹rtel es una p¨¦sima noticia para el afectado, pero muy buena para la credibilidad y la confianza de los ciudadanos en la independencia de la justicia. Mariano Rajoy deber¨¢ acudir al tribunal que instruye la trama de presunta financiaci¨®n irregular del Partido Popular y que, con sus ramificaciones, ha puesto al partido gobernante en el centro del hurac¨¢n de los peores casos de corrupci¨®n de la democracia espa?ola.

Rajoy comparece como testigo, un dato a tener muy en cuenta que no le ahorrar¨¢, sin embargo, presentar la in¨¦dita y embarazosa imagen de un presidente del Gobierno en ejercicio testificando ante un tribunal de justicia. La simb¨®lica estampa quedar¨¢ irremediablemente en el recuerdo del imaginario colectivo, ligada a los esc¨¢ndalos de corrupci¨®n en los que est¨¢ embarrado el PP.

El auto es un doble rev¨¦s para Rajoy. El presidente del Gobierno asegur¨® estar a lo que decidieran los tribunales cuando supo el 19 de abril pasado que le convocaban como testigo. Acto seguido, sin embargo, intent¨® zafarse de tan inc¨®moda cita con explicaciones sobre su seguridad y su apretada agenda, que el tribunal ha considerado inconsistentes con s¨®lidos argumentos. Otro razonamiento de peso es que Mariano Rajoy no comparece como presidente del Gobierno, sino como ciudadano por hechos que se est¨¢n juzgando en raz¨®n de los cargos que ten¨ªa en el PP. Ello, a su vez, lanza un mensaje n¨ªtido acerca de la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley, un mantra muy utilizado por los pol¨ªticos que recurren, sin embargo, al testimonio por escrito o por v¨ªdeo siempre que pueden. Rajoy ha repetido ahora que est¨¢ a lo que decidan los tribunales. No tiene otra opci¨®n.

Esta decisi¨®n judicial es importante porque consolida una jurisprudencia ya existente respecto al uso de la videoconferencia en la instrucci¨®n de sumarios. Los magistrados de la Audiencia Nacional dicen que la proximidad f¨ªsica y personal ¡°entre las fuentes de prueba y el tribunal que ha de valorarlas¡± es una ventaja de la que hay que prescindir solo cuando haya razones de peso que as¨ª lo aconsejen. No era el caso esta vez y la estrategia de Rajoy ha quedado a¨²n m¨¢s al descubierto.