Hablamos con el 'blackmetalero' que hace los v¨ªdeos de Madonna, Lady Gaga y Beyonc¨¦

Se supone que estoy llamando a Jonas ?kerlund para hablar de Rammstein: Paris, un espectacular concert flick de la banda industrial alemana, pero terminamos hablando de The Prodigy. De Scissor Sisters. De Blondie. No hablaremos de Metallica, de Britney Spears, ni de U2; pero podr¨ªamos, porque todos (pero todos) los dinosaurios pop-rock de las ¨²ltimas tres d¨¦cadas tienen, como m¨ªnimo, un videoclip de Akerlund en su haber.

"Todo esto ha ido m¨¢s all¨¢ de mis expectativas", dice sobre una carrera que, a mediados de los ochenta, cuando estaba aporreando la bater¨ªa en el grupo de black metal Bathory, Jonas no pod¨ªa siquiera so?ar. "Cuando descubr¨ª el mundo de los rodajes colgu¨¦ para siempre las baquetas. Me di cuenta que pod¨ªa ser mejor realizador que bater¨ªa".

Pregunta obligada: ?C¨®mo un metalero termina dirigiendo, qu¨¦ s¨¦ yo, Beautiful de Christina Aguilera? "Aunque mis gustos musicales van por otro lado, hay m¨¢s rock en Christina del que te podr¨ªas imaginar. Para m¨ª, en ese sentido, la diferencia entre el metal bueno y el malo es la misma que entre la buena y la mala m¨²sica pop". Bajo dicha m¨¢xima, este sueco es capaz de volver a casa despu¨¦s de grabar Dangerous de David Guetta y darse una ducha mientras suenan de fondo Rainbow o Iron Maiden. "Soy rocanrolero; siempre lo he sido. Es de donde vengo y, para escuchar m¨²sica, siempre tiro de material antiguo". Algunos de sus referentes, como Ozzy Osbourne o Iggy Pop, tambi¨¦n han terminado poni¨¦ndose a sus ¨®rdenes en sendos v¨ªdeos musicales.?"Creativamente, Iggy es el tipo m¨¢s ¨ªntegro que jam¨¢s he conocido", afirma.

Si bien fueron Roxette los primeros en dar visibilidad internacional al trabajo de Jonas ¡ªel arte del asombroso Room service es obra suya¡ª, Madonna fue para ¨¦l, en sus propias palabras, "una madre art¨ªstica". Desde Ray of light, de 1998, a Bitch I¡¯m Madonna, de 2015, la relaci¨®n entre diva y director ha sido m¨¢s que longeva, sobre todo para los est¨¢ndares de una Madonna en constante cambio. "Es obvio que se ha ido desarrollando como artista seg¨²n pasaban los a?os para hacer material joven y fresco; pero sus intenciones siguen siendo las mismas: provocar a la gente de la forma m¨¢s original posible", cuenta Akerlund. "Todo lo que s¨¦ lo aprend¨ª de ella". Y no es broma: dos a?os despu¨¦s de que Madonna abrazase a Pussy Riot en el concierto de Amnist¨ªa Internacional, Akerlund firmaba Make America great again. "Me alucina trabajar con bandas j¨®venes, como Pussy Riot".

La vor¨¢gine del name dropping, eso s¨ª, se detiene cuando hablamos de ella. "Conocer a Lady Gaga me cambi¨® la vida", sentencia el director. "Por aquella ¨¦poca casi hab¨ªa tirado la toalla con los v¨ªdeos musicales; sent¨ªa que hab¨ªan muerto", recuerda Akerlund, remont¨¢ndose a 2009. "Cuando el ¨¢lbum como formato f¨ªsico pas¨® a mejor vida, rodar videoclips perdi¨® sentido. Adem¨¢s, la MTV era la que mandaba. Ellos casi joden por completo este negocio, a la vez que nos impon¨ªan su censura". Pausa dram¨¢tica. "Entonces apareci¨® Lady Gaga y les mand¨® a tomar por culo: decidi¨® hacer sus v¨ªdeos directamente para Internet, el ¨²nico sitio donde pod¨ªamos devolverles la creatividad", a?ade. "Rodar Paparazzi con ella me hizo querer continuar con mi carrera".

Tras ese primer contacto, ?kerlund y Gaga coincidir¨ªan en el esplendoroso Telephone y en John Wayne, trabajo este ¨²ltimo del que el realizador se siente m¨¢s orgulloso. "Es mi preferido porque es el ¨²ltimo", reconoce. "?se el problema de hacer videoclips: envejecen muy, muy deprisa". El ¨²nico bien que el paso del tiempo le ha hecho a los v¨ªdeos musicales, reflexiona Akerlund, es lo barato que es producir uno hoy en d¨ªa. "Cuando yo empec¨¦, las c¨¢maras y las m¨¢quinas de edici¨®n eran enormes y muy caras. Pero, ?hoy? Solo tengo un consejo para todo aqu¨¦l que quiera hacer un videoclip: ru¨¦dalo. No importa si el resultado no es 100 % como t¨² esperabas", termina. "Simplemente, hazlo".