Restaurar la racionalidad
El ultim¨¢tum catal¨¢n y la cerraz¨®n de Rajoy abocan a la confrontaci¨®n
Cada d¨ªa que pasa, la posibilidad de que se abra un di¨¢logo genuino y de buena fe sobre la cuesti¨®n catalana parece m¨¢s remota. Al contrario, se agudiza el peligro de una confrontaci¨®n que doblar¨ªa el abismo de incomunicaci¨®n ya existente y cegar¨ªa a¨²n m¨¢s cualquier v¨ªa de salida negociada.
La probabilidad de que estemos en v¨ªsperas de una grave colisi¨®n es m¨¢s que veros¨ªmil desde que el president de la Generalitat, Carles Puigdemont, presentara en Madrid su ultim¨¢tum de refer¨¦ndum acordado; respondido por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, con una seca apelaci¨®n al uso ¡°de todos los instrumentos¡± a su disposici¨®n, y culminado en la insidiosa repregunta de si Rajoy estar¨ªa dispuesto a usar la fuerza. Extempor¨¢nea, porque no hace falta fuerza si pese a todos sus desplantes, el secesionismo acaba acatando ¡ªcomo hasta ahora¡ª las sentencias, cumpliendo las ¨®rdenes de los tribunales y las instrucciones de las polic¨ªas judiciales.
Es de lamentar la respuesta de la Generalitat, acelerando la deriva unilateral y antiestatutaria del proc¨¦s; marcando calendario para la fecha y la pregunta del supuesto refer¨¦ndum; dictando una autoritaria reforma del reglamento del Parlament para fraguar una ley de desconexi¨®n expr¨¦s autoritaria, que atenta contra los derechos individuales de los catalanes.
Esa estrategia radical esconde una flaqueza. Busca forzar la aquiescencia de los ¡°comunes¡± (Ada Colau, Iniciativa...), partidarios de una consulta legal, a su versi¨®n desnaturalizada e ilegal. Pablo Iglesias y su delegaci¨®n catalana ya han ca¨ªdo en la trampa de no dar p¨¢bulo legal vinculante al refer¨¦ndum pero bendecirlo como movilizaci¨®n callejera: ofrecen la envoltura ¡°de izquierdas¡± a la pretensi¨®n autoritaria del ¡°procesismo¡±. Si los ¡°comunes¡± incurren en el mismo error, se evaporar¨¢n como eventual alternativa s¨®lida e institucional, aunque sea en germen, a los secesionistas. Disponen, ellos y los dem¨¢s partidos, de mejor opci¨®n: la de rechazar la agenda oficialista del refer¨¦ndum unilateral: tan fantasmal, que ni lo postulaba en su programa electoral Junts pel S¨ª, por lo que carece de mandato electoral alguno.
Editoriales anteriores
El principal responsable del preocupante rumbo de los acontecimientos es el Govern catal¨¢n. Puigdemont y sus aliados hablan constantemente de iniciar una negociaci¨®n, pero solo est¨¢n dispuestos a que esta conduzca al ¨²nico resultado que saben inaceptable para el Gobierno: un refer¨¦ndum independentista. Tambi¨¦n proclaman con el mismo ¨¦nfasis el car¨¢cter democr¨¢tico y pac¨ªfico del proc¨¦s independentista, pero no esconden su disposici¨®n a ignorar la voluntad y derechos de la mitad de los catalanes, saltarse las normas e instituciones (el Estatut y el Parlament) que simbolizan la democracia que ellos mismos disfrutan y coaccionar a jueces, mossos y otros funcionarios para que cooperen en un proceso de secesi¨®n ilegal y fraudulento.
De seguir el rumbo que los independentistas se han trazado, el Gobierno, con el pleno apoyo de la legalidad y el resto de las fuerzas pol¨ªticas, se ver¨¢ obligado a hacer respetar la Constituci¨®n y las instituciones de autogobierno catalanes. Pero aunque la aplicaci¨®n y restauraci¨®n de la legalidad, en caso de quebrarse esta, sea obligatoria, es inevitable anticipar que dicha intervenci¨®n, legal y leg¨ªtima, enconar¨¢ a¨²n m¨¢s los ¨¢nimos y har¨¢ m¨¢s dif¨ªcil la vuelta del conflicto al ¨¢mbito pol¨ªtico, de donde nunca debi¨® salir.
Por eso, cuanto m¨¢s negras son las perspectivas de reencauzar los problemas, m¨¢s urgente es lanzar una llamada a los protagonistas para que act¨²en con responsabilidad y eviten un desbordamiento del marco constitucional de funestas consecuencias. Es hora de reactivar la agenda que pide la sociedad catalana. Dos tercios de la misma, seg¨²n la ¨²ltima encuesta de EL PA?S, propugnan la v¨ªa de un autogobierno reforzado mediante la negociaci¨®n, rechazan la desconexi¨®n autoritaria y creen inviable la salida separatista. A la vez que aumenta la demanda social de recuperar el di¨¢logo institucional, urgiendo a Puigdemont (y a Rajoy) a acudir al Congreso y rescatar la v¨ªa del PNV, ante la evidencia de su muy superior cosecha de resultados en temas clave para el mundo econ¨®mico: infraestructuras y financiaci¨®n.
Ante el golpe antiestatutario en marcha, urge un golpe de tim¨®n a cargo de las fuerzas catalanas para sustituir la actual din¨¢mica de choque por otra de pacto, Asegura Puigdemont que mantiene su compromiso de retirarse en breve. ?Con la responsabilidad de legar una derrota autoinferida, una situaci¨®n inmanejable y una desafecci¨®n de aquellos a los que su partido ilusion¨® con sue?os? Promete Rajoy que nada se har¨¢ contra la ley. ?A cuenta de respuestas susceptibles de destruir a la larga toda posibilidad de reconstruir puentes, psicol¨®gicos, personales, pol¨ªticos?
La hora es grave. Es el momento de las renuncias mutuas, de la grandeza moral, de restaurar la racionalidad democr¨¢tica y de asegurar la convivencia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.