?Para qui¨¦n se construye en Nairobi?
La nueva l¨ªnea de tren hacia Mombasa no acabar¨¢ con la marginaci¨®n del 60% de la ciudad

La nueva y flamante estaci¨®n de ferrocarriles de la capital keniana, construida por China, ha costado 4.000 millones de d¨®lares al gobierno keniano. Esto repesenta una quinta parte de su presupuesto nacional. La v¨ªa f¨¦rrea, que cubre 472 kil¨®metros hasta el puerto de Mombasa, es el proyecto de infraestructura m¨¢s costoso en el que Kenia ha invertido desde su independencia, hace 54 a?os. El presidente, Uhuru Kenyatta, lo ha defendido a capa y espada argumentando que el ferrocarril aumentar¨¢ el producto interior bruto del pa¨ªs en un 1,5 por ciento.?
Kenyatta, cuyo partido - Julibee- podr¨ªa verse relevado de la presidencia en las elecciones generales que se celebrar¨¢n en agosto, es consciente de que la infraestructura f¨ªsica es un requisito previo para generar crecimiento econ¨®mico. Una receta irresistible, y con tanto atractivo para urbanistas y l¨ªderes pol¨ªticos, como para aquellos que diariamente, se ven atrapados durante horas entre el tr¨¢fico de la ciudad de Nairobi.
Pero, ?para qui¨¦n se construye infraestructura?
Como en la gran mayor¨ªa de ciudades africanas, los or¨ªgenes coloniales de Nairobi segregaron a la poblaci¨®n local en ciertas zonas de la ciudad, fuera de la planificaci¨®n formal y sin servicios financiados por el Estado. La infraestructura y el transporte p¨²blico, as¨ª como las carreteras principales, estaban localizados en las partes m¨¢s ricas de la ciudad. Tras la independencia, y a medida que la ciudad iba albergando a m¨¢s personas, esas ¨¢reas marginadas crecieron a mucha m¨¢s velocidad que las m¨¢s adineradas, tradicionalmente ocupadas por los colonos brit¨¢nicos. Y hoy, la cartograf¨ªa de la capital keniana est¨¢ ¨ªntimamente ligada a la gesti¨®n de la Nairobi colonial. Solo que en la actualidad, los colonos han sido relevados por los ricos y la clase media, sea cual sea su origen.
Seg¨²n ONU Habitat, el 60 por ciento de la poblaci¨®n de Nairobi ocupa el 6 por ciento del suelo urbano, mientras que el 40 por ciento de los nairobenses ocupan el otro 94 por ciento de la ciudad. Y es que el desplazamiento de los pobres hacia ¨¢reas sin planificaci¨®n urbana adecuada ha empeorado en los ¨²ltimos a?os. El boom de la construcci¨®n, que ha hecho que de 2007 a 2014 el precio de la vivienda se multiplicara por 5, ha contribuido a cronificar estas din¨¢micas. As¨ª, centros comerciales y viviendas de lujo han "colonizado" la ciudad, y los espacios ocupados por una minor¨ªa adinerada, han ido apartando, cada vez m¨¢s, a los pobres hacia barrios marginales como Kibera.
Esa doble realidad urbana que viven muchas ciudades de ?frica, y que encontramos en otras urbes como Maputo, tiene consecuencias nefastas para los residentes de los barrios informales o slums. No tener infraestructuras adecuadas provoca un incremento de los precios de bienes b¨¢sicos como el agua (en forma de segregaci¨®n l¨ªquida), que siendo un Derecho Humano reconocido por las Naciones Unidas desde 2002, se acaba pagando a un precio m¨¢s caro en los barrios pobres que en los m¨¢s bienestantes. Pero adem¨¢s, la informalidad vulnera los derechos de los residentes, que pueden ser desalojados sin compensaci¨®n, como vemos en otras ciudades africanas como Lagos.
Tal como explica Peris Jones, profesor asociado en el Centro Noruego para los Derechos Humanos en un reciente art¨ªculo para el peri¨®dico keniano The Star, a pesar de la existencia de la Ley 56 de 2012 para la Prevenci¨®n, Protecci¨®n y Asistencia a los Desplazados Internos y Comunidades Afectadas?para proteger a las personas contra el desplazamiento arbitrario, incluso debido a proyectos de desarrollo a gran escala; en 2015 saltaron las alarmas con el "caso ferroviario", que desaloj¨® a cientos de personas en Kibera y Mukuru. Durante las negociaciones con el gobierno local, se acab¨® por tachar a sus residentes como "ocupantes ilegales" y se utiliz¨® esa "ilegalidad" como pretexto para su posterior desalojo. En la mayor¨ªa de los casos, no hubo compensaci¨®n econ¨®mica ni reubicaci¨®n de la poblaci¨®n. La operaci¨®n se critic¨® por falta de transparencia por parte de las autoridades locales y privaci¨®n de participaci¨®n a las comunidades afectadas.
La respuesta de "?para qui¨¦n se construye en Nairobi?" nos lleva irremediablemente al "para qui¨¦n no se construye en la capital keniana". Mitigar las diferencias entre ricos y pobres,"legales" e "ilegales", formales e informales, tiene que ir de la mano de cualquier pol¨ªtica en favor del desarrollo de infraestructuras. Y es que propiciar una mejor conectividad de los barrios informales o mejorar los servicios en este 60% de la ciudad, tambi¨¦n podr¨ªa tener cierta repercusi¨®n en el PIB del pa¨ªs. Quiz¨¢s, incluso, mayor de lo esperado.
Las estad¨ªsticas dicen que mientras la econom¨ªa informal emplea a m¨¢s del 80 por ciento de los kenianos, s¨®lo Nairobi representa el 24 por ciento de los trabajadores informales del pa¨ªs. ?C¨®mo beneficiaria construir infraestructuras pensadas para los residentes informales al desarrollo de Nairobi y de Kenia en general? ?C¨®mo podr¨ªa afectar a las arcas del Estado que aquello que se considera informalidad pudiera ser incluido dentro del sistema formal? ?Puede convertirse una ciudad como Nairobi en un actor de desarrollo sin construir infraestructuras adecuadas - electricidad, carreteras, saneamiento...- para el 60% de sus residentes?
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