¡°En Colombia la verdad y la memoria deben estar al servicio de la paz¡±
Camilo Gonz¨¢lez Posso, fundador del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz, invita a la sociedad colombiana a "mirarse en el espejo del horror"
En el punto m¨¢s negro de la guerra en Colombia, en el a?o 1984, cuando parec¨ªa que nadie quer¨ªa ver una soluci¨®n, Camilo Gonz¨¢lez Posso (Popay¨¢n, Colombia, 1964) ech¨® a andar el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz Indepaz. ¡°Necesit¨¢bamos acompa?ar a todos lo que quer¨ªan hacer pedagog¨ªa de la paz¡±. Y en 2002 cuando el gobierno colombiano cortaba toda v¨ªa de di¨¢logo, Gonz¨¢lez impuls¨® la construcci¨®n del Centro de Memoria y Paz de Bogot¨¢, como basti¨®n de los que s¨ª quer¨ªan dialogar. Durante tres d¨¦cadas, ha convocado a j¨®venes, v¨ªctimas y acad¨¦micos ¡°a mirarse en el espejo del horror¡± para acabar con ¨¦l. Tambi¨¦n le ha dado tiempo a ser Ministro de Sanidad (1990-1992), fundador de la revista Punto de Encuentro y parte de la Comisi¨®n de Garant¨ªas de Seguridad de los Acuerdos de Paz de la Habana. Durante el 80? aniversario del bombardeo de Gernika, ha recorrido las calles de la villa vizca¨ªna invitado por Gernika Gogoratuz y Cear Euskadi para contagiar a otros su fe ciega en la memoria como herramienta de paz hasta en los tiempos de guerra.
??Qu¨¦ papel tiene la memoria hist¨®rica en el conflicto de Colombia?
En medio de una situaci¨®n de conflicto y de guerra, hablar de memoria ayuda a interpelar a la conciencia de la gente. Desde Indepaz apostamos fuerte a los acuerdos de paz, aunque en los nueve primeros fracas¨¢ramos, aunque tras ellos llegaran los a?os m¨¢s oscuros, los m¨¢s cruentos, porque sab¨ªamos que era necesario que una instituci¨®n se mantuviera siempre firme con la memoria como herramienta de paz. Necesit¨¢bamos ser el soporte de los gestores de paz, su basti¨®n. Y ese ha sido nuestro papel, ser un puente entre la academia que investiga el horror y la acci¨®n social que la denuncia, planta cara y consigue acabar con ella. La memoria ha sido durante todo el proceso, nuestra herramienta para la construcci¨®n de la paz.
?Una memoria que no busca culpables sino evitar la repetici¨®n de los horrores?
La memoria es algo movilizador. Es decirle a la sociedad que las cosas no pueden seguir como antes
La memoria es algo movilizador. Es decirle a la sociedad que las cosas no pueden seguir como antes; que el horror que se ha vivido puede ser superado, basta con poner los medios. Hemos impulsado una memoria para reflexionar la tragedia y crear esperanza. Quer¨ªamos apelar al sentimiento, a los valores para generar movilizaci¨®n social. Por eso, hay una diferencia entre la memoria y la verdad hist¨®rica. Es ¨¦sta ¨²ltima la que debe realizar el an¨¢lisis de las causas y sus consecuencias.
?C¨®mo se consigue ser justos con la historia en la memoria?
La memoria es siempre un proceso, es subjetiva, est¨¢ llena de pasiones, de ilusiones, de recuerdos parciales. Por eso, las memorias son traum¨¢ticas, implantadas y siempre existe el riesgo de no ser justas. Nos gusta siempre hablar de un conflicto de memorias por las diferentes narrativas y m¨¢s cuando en Colombia hemos trabajado la memoria en plena guerra. El reto ha pasado siempre por superar las memorias heroicas en las que cada guerrero justifica sus causas. Hemos necesitado construir un discurso mayor con un gran foco com¨²n, en el que remarcar que es posible superar la violencia, respetar los Derechos Humanos y construir el futuro en democracia. ?sta es la memoria que nos ha interesado, la que se vuelve intencionada con visi¨®n de futuro.
?Entonces, es la historia la que har¨¢ justicia a esa memoria intencionada?
El sentido de la memoria est¨¢ en el camino que exige recorrer: dialogar entre diferentes. El di¨¢logo de memorias cruzadas y antag¨®nicas se pone al servicio de la paz. Es un reto dif¨ªcil y m¨¢s en medio del proceso. Nosotros estamos en el a?o 37 de Gernika: en el del bombardeo. Aqu¨ª celebran su 80? aniversario y lo celebran en medio de silencios. Muchos echan de menos un pronunciamiento del Gobierno espa?ol, del Gobierno italiano... Nosotros ya llegaremos a este nivel tambi¨¦n. Eso s¨ª, evitaremos siempre la tentaci¨®n de colocar a la verdad en el centro de la guerra. La verdad y la memoria deben estar al servicio de la paz. Deben ser una memoria transformadora y una verdad creativa contra la guerra de intereses. Y en eso hemos trabajado y trabajamos: en hacer memoria en medio de la guerra para hacer la paz.
La mayor amenaza para la paz es lo polarizada que est¨¢ la sociedad
Una memoria que tambi¨¦n se ha querido hacer tangible con el Centro de Paz y Memoria de Bogot¨¢.
En el momento m¨¢s atroz, en el a?o 2002, decidimos crear el centro de Memoria de Bogot¨¢. El Gobierno dec¨ªa que cerraba todo di¨¢logo con la guerrilla. Pensamos que la mejor manera de desbloquear la situaci¨®n era con la memoria y apelando desde ella a la conciencia. Coincidi¨® con un momento de grandes movilizaciones de los movimientos de v¨ªctimas. El Centro se construy¨® en medio de toda la efervescencia y se plante¨® como un espacio de encuentro de todos ellos.
Un punto de encuentro y tambi¨¦n de trabajo.
Trabajamos mucho: recopilamos testimonios, realizamos talleres con v¨ªctimas, mapeamos la ciudad para que todos los actos de violencia fueran transformados en actos para la reflexi¨®n. As¨ª hicimos de Bogot¨¢, una ciudad memoria en di¨¢logo con todos movimientos sociales. Tuvimos el aporte hasta de tierra para la construcci¨®n del edificio y 44.000 nombres de v¨ªctimas han quedado inmortalizados para siempre en sus paredes.
?Ahora qu¨¦ papel ocupa el Centro?
Ahora se ha desatado una red nacional de lugares de memoria y de iniciativas de la sociedad. Ahora tenemos centenares de municipios con centros. El papel de las sociedades ha tomado mayor importancia que el de la instituciones porque son muchos los que quieren fortalecer la paz, profundizar en ella, avanzar. La paz ha brotado y debemos cuidarla para que se quede con nosotros para siempre. Aunque el complejo paramilitar contin¨²a, aunque hay guerrillas activas, aunque siguen asesinando a l¨ªderes, aunque intereses pol¨ªticos y econ¨®micos siguen generando violencia.
Entonces, ?cu¨¢l es hoy la principal amenaza de la paz?
Lo polarizada que est¨¢ la sociedad. El contrario no es un enemigo a destruir sino un adversario, que es c¨®mo se le llama en la pol¨ªtica. Debe de haber un nuevo pacto de conciencia entre todos para entender que no se puede desaprovechar esta oportunidad para cerrar d¨¦cadas de violencia en Colombia. Debemos dar espacio al di¨¢logo para construir una narrativa de esperanza a trav¨¦s de la memoria.
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