Los premios son tambi¨¦n se?ales
Echar carreras contra la Academia sueca es una estrategia discutible. Y no premiar a m¨¢s mujeres es un mal plan para el futuro
A nadie le amarga un premio. Con las excepciones cl¨¢sicas de Jean Paul Sartre (que rechaz¨® el Nobel), Woody Allen (que no fue a recoger el Oscar) y Grigori Perelman (que pas¨® de la medalla Fields y se fue a vivir con su madre en San Petersburgo), la experiencia suele mostrar que recibir un premio deja mucho mejor ¨¢nimo que no recibirlo. Pero los premios son tambi¨¦n una se?al: les dicen a los colegas por d¨®nde van los tiros de la ¨¦lite cient¨ªfica ¨Cque es la que forma los jurados¡ª y sugieren a la gente joven, los que ahora mismo est¨¢n decidiendo qu¨¦ carrera estudiar, por d¨®nde puede ir su futuro. Esta ha sido la semana de los premios, como puedes leer en Materia. Lo que sigue son un par de reflexiones sobre su funci¨®n de se?al.
Cuando los premios Princesa de Asturias reconocieron a Jennifer Doudna y Emmanuelle Charpentier ¨Clas mismas que han recogido esta semana el premio Fronteras del Conocimiento del BBVA junto al espa?ol Francis Mojica¡ª, hace dos a?os, hubo altas fuentes cient¨ªficas que mostraron en privado un cierto disgusto. No porque Doudna y Charpentier no merecieran el premio, sino por todo lo contrario. Las dos cient¨ªficas eran ya (y siguen siendo) un Nobel tan cantado que darles el Princesa de Asturias parec¨ªa m¨¢s una operaci¨®n para anticiparse a la Academia sueca que lo que estos galardones hab¨ªan sido anteriormente: una sonda para descubrir tesoros ocultos, el tipo de joyas de talento cient¨ªfico que se le suele escapar a Estocolmo. El premio de este a?o, anunciado esta misma semana, parece incidir en la misma l¨ªnea: las ondas gravitatorias, otro Nobel cantado. Todo esto est¨¢ perfecto para la funci¨®n tradicional de cualquier premio, que es reconocer un logro, pero quiz¨¢ no tanto para su funci¨®n de se?al. Para atraer al talento joven a la ciencia.
La otra reflexi¨®n son las mujeres, y ello pese a que Dudna y Charpentier est¨¢n en el candelero estos a?os. Huelga decir que un premio, en su funci¨®n de reconocimiento, no tiene por qu¨¦ ser paritario. Las mujeres han estado tan discriminadas en la ciencia del ¨²ltimo siglo que no es extra?o que la gran mayor¨ªa de los premiados sean hombres. En su funci¨®n de se?al para las j¨®venes generaciones, sin embargo, los jurados deber¨ªan ser m¨¢s conscientes del mensaje que transmite tanta dominancia viril en los fastos y en las fotos. Para las chavalas que est¨¢n ahora mismo decidiendo qu¨¦ estudiar, ser¨ªa una buena se?al ver a m¨¢s gente de su sexo subida al podio. Y, como dec¨ªa Fraga, esto es todo lo que ten¨ªa que decir.
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