Los dos caminos de redenci¨®n de Cristiano Ronaldo
Todo el mareo de ¡°me voy, pero me quedo¡± y la victimizaci¨®n pringosa del jugador es chatarra verbal para encorsetar la acci¨®n de la justicia
Pues bien, Cristiano Ronaldo (CR para los Deportivos), acusado de cuatro delitos fiscales, tiene ante s¨ª dos caminos de redenci¨®n, uno seguro y otro arriesgado. Despojado el caso de los p¨ªfanos medi¨¢ticos, que en este caso suenan con especial intensidad, el jugador del Real Madrid puede ¡ªy seguramente es lo que har¨¢¡ª declararse culpable, pagar los 14,7 millones que Hacienda le reclama (y no como demostraci¨®n de buena voluntad, sino porque es lo que establece el protocolo de arrepentimiento en el C¨®digo Penal), colaborar en todo en el esclarecimiento del presunto montaje construido sobre cesiones fingidas de derechos a la sociedad de las Islas V¨ªrgenes, con una sociedad irlandesa que cobra de los anunciantes m¨¢s una cuenta en Suiza y acogerse a la clemencia del tribunal. El segundo camino, una senda tenebrosa, es presentarse en el tribunal, defender su inocencia sobre el supuesto de que no hubo conducta dolosa, arrostrar el riesgo de que el juez no rebaje un solo grado de las penas solicitadas (si considera que es culpable) y acabar en la c¨¢rcel.
La probabilidad de ¨¦xito de la segunda v¨ªa es pr¨¢cticamente nula; va a ser muy dif¨ªcil convencer al juez de que no hay conducta dolosa si, como se acaba de publicar, hubo falsificaci¨®n en uno de los contratos de la estructura fiscal ronaldiana. CR no est¨¢ en las mismas condiciones judiciales de partida que Messi, por ejemplo. Al astro del Bar?a bast¨® con rebajarle un grado la petici¨®n de pena para garantizar que no pisar¨ªa la trena; pero a CR tendr¨¢n que rebaj¨¢rsela al menos en dos o tres grados para conseguir el mismo resultado. Tanta rebaja graciable exige pagar de entrada y mucha colaboraci¨®n con Hacienda y el juez.
Pero lo m¨¢s divertido del caso CR est¨¢ en los flancos del meollo jur¨ªdico-tributario. Conocida la acusaci¨®n, el gallinero se alborot¨®, surgieron defensas espont¨¢neas ¡ª?por qu¨¦ est¨¢ su club, el Real Madrid, seguro de su inocencia?, ?acaso le hicieron las declaraciones los autores del comunicado oficial?¡ª y el jugador cay¨® en un trance de narcisismo convulso que no es muy diferente del que exhibe en el campo. A trav¨¦s de terceros filtr¨® su deseo de abandonar Espa?a, luego se lo repens¨®, pero las ¨²ltimas noticias llegadas de cristianorolandia (un reino difuso formado por sus asesores, subalternos y monosabios que hablan todos a la vez) aseguran que el PSG presentar¨¢ una oferta millonaria. Desde el club teorizan (el presidente P¨¦rez el primero) que no se puede tratar a CR como a un criminal. Gran verdad, mientras esa afirmaci¨®n en nada obstaculice el derecho del Estado a combatir la evasi¨®n tributaria.
Todo el mareo de ¡°me voy, pero me quedo¡± y la victimizaci¨®n pringosa de CR es chatarra verbal para encorsetar la acci¨®n de la justicia. Si CR quiere dejar Espa?a porque el Estado le acusa de delito fiscal, v¨¢yase enhoramala, pero despu¨¦s de pagar lo que los tribunales decidan. Si quiere afrontar su suerte, que es lo correcto, estupendo. Y, de paso, que vayan a declarar tambi¨¦n (y as¨ª lo hagan a partir de ahora) los asesores fiscales que montan los f¨¦tidos tingladillos paradis¨ªacos. Son cooperadores necesarios.
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