Otra abstenci¨®n
Pedro S¨¢nchez ahonda en la confusi¨®n con su rechazo a apoyar el tratado con Canad¨¢
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El pasado 15 de febrero, el Parlamento Europeo aprob¨® por 408 votos a favor, 254 en contra y 33 abstenciones el Tratado Econ¨®mico y Comercial entre la UE y Canad¨¢, conocido como CETA. El Tratado cont¨® con el voto favorable de los 14 eurodiputados espa?oles adscritos al grupo socialista europeo, que se implicaron de manera muy intensa en que dicho acuerdo reflejara sus preocupaciones acerca de las cuestiones legales, medioambientales y laborales en disputa.
Las negociaciones, de gran complejidad, han desembocado en un Tratado que marca un hito y que la UE espera convertir en un modelo para otras negociaciones con terceros pa¨ªses. Acuerdos como el CETA ofrecen una v¨ªa para poder gobernar la globalizaci¨®n de acuerdo a normas y est¨¢ndares europeos, por lo que deben ser celebrados, y a¨²n m¨¢s en un momento dominado por el auge del proteccionismo de Trump y los populismos. Se trata de un acuerdo meritorio y que merece apoyarse.
As¨ª lo entend¨ªan hasta ayer los socialistas, y as¨ª lo defendi¨® su portavoz en la Comisi¨®n de Asuntos Exteriores al anunciar el voto favorable de su grupo en el pleno del Congreso del pr¨®ximo martes. Sorprende por ello que, tras un anuncio en Twitter de la nueva presidenta del partido, Cristina Narbona, y sin ning¨²n debate previo o explicaci¨®n detenida, el secretario general del PSOE, Pedro S¨¢nchez, haya anunciado que retira el apoyo de su partido a la ratificaci¨®n parlamentaria de dicho Tratado.
Su decisi¨®n ha sido jaleada por los l¨ªderes de Podemos, que han celebrado que el nuevo PSOE se sume a sus posiciones proteccionistas en materia comercial y a su caduco discurso antieuropeo sobre la soberan¨ªa. Con un matiz: exigen a S¨¢nchez que no se quede a mitad de camino, sino que vote no al CETA y acuda al Tribunal Constitucional para impugnar un Tratado que, sostienen, viola los derechos humanos y amenaza la democracia.
No le falta raz¨®n a Pablo Iglesias al se?alar las contradicciones en las que cae este nuevo PSOE, que recurre a la abstenci¨®n para mostrar su firmeza ante el PP y, a la vez, su distancia de Podemos. En ¨²ltimo extremo, el PSOE se refugia en una abstenci¨®n que delata una triste realidad: que m¨¢s all¨¢ del deseo de recibir la bendici¨®n ideol¨®gica de Podemos como partido de izquierda, carece de una posici¨®n propia. No compartimos, pero podr¨ªamos llegar a entender, que el PSOE se opusiera al Tratado. Pero lo que en ning¨²n caso es admisible es que un partido que pretende tener responsabilidades de Gobierno no tenga una opini¨®n clara. Por lo dem¨¢s, no deja de ser sint¨®matico que las dos grandes decisiones que ha tenido que tomar el PSOE en la etapa de S¨¢nchez ¡ªla moci¨®n de censura contra Rajoy y esta sobre el Tratado con Canad¨¢¡ª se hayan resuelto con sendas abstenciones. El comisario Moscovici, socialista, ha sido claro en su mensaje a S¨¢nchez: ser de izquierdas no es estar en contra de la globalizaci¨®n. El oportunismo no es una pol¨ªtica, es una receta segura para el fracaso.
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