El valor geopol¨ªtico del CETA
El tratado comercial de la UE con Canad¨¢ es un buen acuerdo para la gobernanza de la globalizaci¨®n
La negativa del PSOE a apoyar la ratificaci¨®n del CETA ha puesto los acuerdos comerciales en la primera l¨ªnea medi¨¢tica. Es sin duda positivo que la opini¨®n p¨²blica se interese (por fin) por estos temas. El comercio internacional es la infraestructura de la globalizaci¨®n, genera ganadores y perdedores y, adem¨¢s, como los acuerdos modernos como el CETA versan m¨¢s sobre est¨¢ndares y normativas que sobre niveles arancelarios, son esenciales para construir la cada vez m¨¢s necesaria gobernanza de la globalizaci¨®n. Sin embargo, debatir sobre temas tan t¨¦cnicos en la plaza p¨²blica obliga a un ejercicio de transparencia y rigor que, desgraciadamente, todav¨ªa no hemos alcanzado.
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El CETA no es perfecto, pero es un buen acuerdo tanto para la UE como para Espa?a. Tiene el potencial de aumentar el comercio y el crecimiento (aunque no demasiado dada la escasa intensidad de la relaci¨®n econ¨®mica bilateral); no reduce los est¨¢ndares laborales o medioambientales europeos porque Canad¨¢ es, en muchos temas, m¨¢s europeo que Europa; e incorpora un nuevo mecanismo de arbitraje en caso de conflictos entre inversores y Estados (que es el tema que m¨¢s preocupa a la opini¨®n p¨²blica y al PSOE) que ofrece m¨¢s garant¨ªas que los actualmente existentes y que pretende ser un modelo para futuros tratados. Pero m¨¢s all¨¢ de todo esto, el aut¨¦ntico valor del CETA es geopol¨ªtico. En un contexto en el que EE UU ha tomado una deriva nacionalista y est¨¢ haciendo esfuerzos por socavar la credibilidad del sistema multilateral de comercio, aquellos pa¨ªses como Canad¨¢ o los miembros de la UE que se sienten c¨®modos con un orden econ¨®mico liberal y abierto basado en reglas, deben dar un paso adelante para proteger y renovar el sistema. De lo contrario, el riesgo de deriva hacia una globalizaci¨®n salvaje que acabe dando lugar a guerras comerciales que nos har¨¢n a todos m¨¢s pobres, aumentar¨¢.
En todo caso, defender el CETA no equivale a negar que el libre comercio genere perdedores. Aunque el cambio tecnol¨®gico destruye mucho m¨¢s empleo que la liberalizaci¨®n comercial, quienes se quedan en la cuneta porque las importaciones destruyen sus puestos de trabajo, que adem¨¢s suelen ser los mismos a quienes las pol¨ªticas de austeridad han golpeado con mayor virulencia, necesitan del apoyo p¨²blico para reinventarse. Sociedades ricas como las europeas tienen recursos suficientes para establecer estos programas de apoyo que, adem¨¢s, son cada vez m¨¢s necesarios para evitar la deslegitimaci¨®n de la globalizaci¨®n. Sin embargo, es exigible que, al igual que es la UE quien negocia los acuerdos comerciales en nombre de sus Estados miembros, sea tambi¨¦n la Uni¨®n la que establezca estos mecanismos de compensaci¨®n a nivel europeo. Por eso una uni¨®n fiscal, con un pilar social, es cada vez m¨¢s necesaria en Europa.
Federico Steinberg es investigador del Real Instituto Elcano y profesor de la Universidad Aut¨®noma de Madrid.
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