El cambio clim¨¢tico provocar¨¢ una explosi¨®n de vida en la Ant¨¢rtida
El deshielo facilitar¨¢ la expansi¨®n de especies, algunas invasoras, a costa de otras end¨¦micas
El cambio clim¨¢tico provocar¨¢ el deshielo de amplias zonas de la Ant¨¢rtida. Como ha sucedido en otras regiones y ¨¦pocas, la tierra liberada asistir¨¢ a una explosi¨®n de vida. Sin embargo, seg¨²n un estudio sobre el futuro del continente helado, la biodiversidad podr¨ªa sufrir con el calentamiento: las especies ant¨¢rticas son tan ¨²nicas y end¨¦micas que sucumbir¨¢n al avance de la fauna y la flora invasoras que se adapte mejor a unos tiempos m¨¢s c¨¢lidos.
De los 14 millones de kil¨®metros cuadrados (27 veces el tama?o de Espa?a) de extensi¨®n de la Ant¨¢rtida, apenas el 0,5% est¨¢ libre de hielo. Sin embargo, esta peque?a porci¨®n de terreno, casi toda concentrada en la costa, alberga mucha vida. Las zonas sin vegetaci¨®n son aprovechadas por las aves marinas, ping¨¹inos y mam¨ªferos marinos para formar grandes colonias de cr¨ªa. Pero tambi¨¦n hay ¨¢reas donde, como oasis en el desierto helado, medra el verde en forma de musgo, liquen, hongos y algas. Hay hasta dos especies de plantas vasculares. En estas islas de vida habitan muchas especies de microfauna, desde peque?os artr¨®podos hasta bacterias, pasando por extra?as criaturas como los osos de agua o los rot¨ªferos.
Para finales de siglo, esas islas de vida se ver¨¢n ampliadas en unos 17.600?kil¨®metros cuadrados. Ese es el principal dato que arroja un estudio realizado por investigadores de la misi¨®n ant¨¢rtica australiana y varias universidades de ese pa¨ªs reci¨¦n publicado en Nature. Y, como ya se ha visto en otras regiones, como el ?rtico o los Alpes, y en tiempos pasados, all¨ª donde se retira el hielo, avanza la vida.
En 2100 habr¨¢ 17.000 Km2 m¨¢s de tierra libre de hielo, la mayor¨ªa en la pen¨ªnsula ant¨¢rtica
"Aunque la Ant¨¢rtida es un continente enorme, la mayor parte (capa de hielo, glaciares, nieve) no es un h¨¢bitat apto para plantas y animales", dice la investigadora de la?Universidad de Queensland (Australia) y principal autora del estudio, Jasmine Lee. "Por eso, un incremento de 17.000 Km2 supone un aumento del 25% respecto del total habitable hoy. Eso es mucho m¨¢s h¨¢bitat disponible para las diferentes especies", a?ade.
Hasta ahora, casi todos los estudios sobre el impacto del cambio clim¨¢tico en la Ant¨¢rtida se hab¨ªan centrado en las consecuencias del deshielo para todos, menos para la vida de la Ant¨¢rtida. En particular, el inter¨¦s estaba en la incidencia del calentamiento global sobre el clima regional, la circulaci¨®n marina y el aumento del nivel del mar. En esta ocasi¨®n, Lee y sus colegas han modelado la evoluci¨®n del deshielo ant¨¢rtico y su posible consecuencia: la expansi¨®n de la vida por las tierras libres de hielo. Para ello, plantearon dos escenarios. En uno, se cumplen los acuerdos de Par¨ªs y se reducen las emisiones globales de CO2, conteniendo el aumento de la temperatura por debajo de los 2?. En el otro, m¨¢s extremo, siguen las emisiones y la temperatura media global sube por encima del objetivo de Par¨ªs.
En los dos casos habr¨¢ deshielo. En el peor escenario, habr¨¢ zonas de la Ant¨¢rtida, como la pen¨ªnsula occidental, donde se triplicar¨¢n las ¨¢reas libres de hielo. Eso har¨¢ que algunas islas de tierra se agranden y otras hoy separadas, se junten. El aumento de la radiaci¨®n solar y la disponibilidad de agua en estado l¨ªquido har¨¢n el resto: las especies que ahora se limitan a estrechas franjas costeras podr¨¢n avanzar hacia el interior. En principio, esto deber¨ªa ser bueno para la biodiversidad. Pero en la Ant¨¢rtida la l¨®gica de la vida es otra.
"No se sabe con certeza cu¨¢l ser¨¢ el impacto global sobre la biodiversidad aunque, sin duda, habr¨¢ ganadores y perdedores", comenta Lee. Lo observado en otras regiones hace pensar que muchas especies expandir¨¢n su rango geogr¨¢fico. Pero entre los ganadores probablemente est¨¦n algunas especies invasoras. "La Ant¨¢rtida est¨¢ hoy protegida por la dureza de su clima y una climatolog¨ªa extrema que impiden el establecimiento de las especies no nativas", recuerda la investigadora australiana. "Con el cambio clim¨¢tico, ser¨¢ m¨¢s f¨¢cil para esta especies establecerse", a?ade. Adem¨¢s, la conexi¨®n creciente entre las islas de tierra les permitir¨¢ desplazarse entre ellas. "Muchas especies invasoras son generalistas y es probable que desplacen a las especies nativas", concluye Lee.
Las dos ¨²nicas plantas vasculares se est¨¢n expandiendo hacia el sur del continente helado
Algunos de estos cambios ya est¨¢n sucediendo. Por ejemplo, la distribuci¨®n geogr¨¢fica de las dos especies de ping¨¹inos ant¨¢rticos, el emperador y el adelaida se est¨¢ contrayendo hacia el polo a medida que el hielo se retira. Entre los ganadores parecen estar las dos ¨²nicas plantas vasculares que aguantan el clima ant¨¢rtico. Tanto el clavel ant¨¢rtico (Colobanthus quitensis) como el pasto ant¨¢rtico (Deschampsia antarctica) se est¨¢n expandiendo al sur de la pen¨ªnsula ant¨¢rtica. Pero tambi¨¦n lo est¨¢ haciendo el pastito de invierno (Poa annua), una hierba de otras latitudes que ha desplazado a especies aut¨®ctonas en las islas m¨¢s cercanas a la Ant¨¢rtida.
Pero la mayor¨ªa de la vida ant¨¢rtica es microsc¨®pica o casi. Los animales terrestres m¨¢s grandes son los col¨¦mbolos y los ¨¢caros que, como mucho, miden 2 mm de largo. El bi¨®logo de la Universidad de Adelaida (Australia), el colombiano Alejandro Velasco se doctor¨® con un estudio sobre la microfauna de la Ant¨¢rtida. "Lo que ves en los suelos y lagos de la Ant¨¢rtida son cientos de especies (la mayor¨ªa de ellas no han sido descritas) que viven en refugios [libres de hielo]. Estas especies, en su gran parte, son end¨¦micas, solo las encuentras en esos lugares. Con el calentamiento global, lo que se espera es que esos refugios se homogene¨ªcen. Lo que conllevar¨ªa, por medio del deshielo, a que varios de estos refugios se vuelvan uno solo. De esta forma, las especies con m¨¢s tolerancia al incremento de temperatura, las que se acoplen m¨¢s r¨¢pido a los cambios ambientales, las que produzcan mayor descendencia y/o las que sean mejores competidoras van a prevalecer sobre las otras", sostiene este investigador.
Para el brit¨¢nico Matt Amesbury, miembro de la misi¨®n British Antarctic Survey, el estudio de Lee y sus colegas muestra la necesidad de extremar la vigilancia para proteger la fr¨¢gil biodiversidad de la Ant¨¢rtida. Este investigador public¨® hace apenas un mes un trabajo en el que destacaba el progresivo reverdecimiento del continente ant¨¢rtico. Para Amesbury, que no ha participado en esta investigaci¨®n, "debemos adoptar una enfoque muy rigoroso para asegurarnos de que no llegan especies invasoras desde fuera por la acci¨®n de los humanos".?
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