Las bodas de Maradona y Messi, del exceso total a la m¨¢xima discreci¨®n
El matrimonio de Diego en 1989 fue la quintaesencia del desborde. Leo exhibe perfil bajo
Los dioses del f¨²tbol tambi¨¦n se casan y eso en Argentina es cosa seria. A Lionel Messi le llega el turno este viernes 30 de junio en Rosario, en una ceremonia para 260 invitados, entre ellos Neymar, Ronaldinho y Shakira (la esposa de Gerard Piqu¨¦, su compa?ero en el Barcelona), y con fuertes medidas de seguridad, aunque tampoco han trascendido detalles demasiado espectaculares, a tono con el habitual perfil bajo de Messi. Dime c¨®mo te casas y te dir¨¦ c¨®mo eres. Acostumbrado a un pa¨ªs en el que todo el tiempo es cotejado con Diego Maradona, la boda del futbolista del Barcelona parece discreta en comparaci¨®n al despampanante casamiento de Diego Maradona, 28 a?os atr¨¢s, con el qu¨ªntuple de invitados que Messi: 1.300 personas festejaron como si fuera el fin del mundo en el Luna Park de Buenos Aires. El f¨²tbol argentino podr¨ªa inaugurar un subg¨¦nero: las bodas de sus h¨¦roes.
De aquella ceremonia con Claudia Villafa?e del 7 de noviembre de 1989 se podr¨ªa escribir una cr¨®nica candidata a ganar un premio de literatura fant¨¢stica latinoamericana. La torta, por ejemplo, era m¨¢s alta que Maradona y la novia: med¨ªa 1,70 metros, contra los 166 cent¨ªmetros del futbolista. La pareja tuvo que cortarla arriba de una escalera. "Si el ma?tre no hubiera gritado a tiempo para que se alejasen, los novios hubieran quedado sepultados en merengue", public¨® la revista "Radiolandia 2000" sobre el momento de cortar la torta, seg¨²n recopil¨® el libro "Vivir en los medios", de Leandro Zanoni (Marea, 2006). "La fiesta sigui¨® durante toda la madrugada. Uno de los presentes asegura que nunca m¨¢s presenci¨® el nivel de descontrol que vio all¨ª", escribieron Guido Carelly Lynch y Juan Manuel Bord¨®n en Luna Park, un libro de reciente aparici¨®n (Sudamericana, 2017).
"No quiero hacer la cuenta de lo que gast¨¦ en el casamiento porque, si no, me desmayo", dir¨ªa Maradona pocas semanas despu¨¦s, convertido en una estampita de la mitolog¨ªa argentina desde que en 1986 hab¨ªa ganado el Mundial de M¨¦xico. Su casamiento se realiz¨® en un icono arquitect¨®nico porte?o, el estadio Luna Park, durante muchas d¨¦cadas el escenario principal del boxeo de Buenos Aires, pero que entones hab¨ªa mutado a un edificio multiuso. "Parec¨ªa un hotel de Las Vegas", escribi¨® la revista El Gr¨¢fico. "La noche anterior hab¨ªan jugado los Globetrotters, as¨ª que fue una marat¨®n de trabajo durante toda la madrugada y la ma?ana para las 80 personas que ten¨ªamos que reacondicionar el estadio", recuerda Alejandro Bagnati, realizador de la ambientaci¨®n del Luna Park junto al escen¨®grafo Miguel Caldentey. "Sobre una de las tribunas colocamos 6 mil plantas y sobre otra recreamos la ca¨ªda de una cascada artificial. Hasta pintamos los ba?os. La fiesta fue impresionante. Estaba todo el mundo", agrega.
La fiesta despert¨® pol¨¦mica en una Argentina arrasada por una hiperinflaci¨®n descontrolada, al punto que la pobreza hab¨ªa pasado del 25% de la poblaci¨®n a comienzos de 1989 al 47 % en octubre de ese a?o. "Y s¨ª, soy un cabecita negra, ?cu¨¢l es el problema? Nunca renegu¨¦ de mis or¨ªgenes. Les duele que haya hecho una fiesta as¨ª", respondi¨® Maradona a las cr¨ªticas del periodismo argentino (algunos dijeron que la ostentaci¨®n hab¨ªa sido consecuencia de su origen villero) e italiano, en donde se lleg¨® a publicar que "un enano como Maradona con el frac parec¨ªa una foca vestida de ping¨¹ino". "Por la ambientaci¨®n del Luna cobramos 300 mil d¨®lares, pero hab¨ªa tanta inflaci¨®n que nuestra rentabilidad fue de 2.500 d¨®lares", dice Bagnati.
El men¨² incluy¨® canap¨¦s de caviar, salm¨®n ahumado, trucha, jam¨®n serrano, langostinos, pavitas, lechones, centollas, 400 litros de vino blanco Castel Chandon, 500 de tinto Saint Felicien y 900 de espumante Baron B. Como el casamiento fue un martes, y el Napoli, su equipo, hab¨ªa jugado el domingo, Maradona alquil¨® un charter a cambio de 500 mil d¨®lares para que ¨¦l y sus compa?eros viajaran desde Italia, incluidos los jefes de la barra brava del club, Gennaro y Giorgi. El avi¨®n hizo escala en Madrid, en donde se subieron muchos de sus ex compa?eros del Barcelona e incluso Alfredo Di St¨¦fano, a quien Maradona hizo viajar en primera clase y trat¨® de manera reverencial. Cerca de 300 concurrentes fueron alojados en hoteles cinco estrellas de Buenos Aires. No asistieron tres pol¨ªticos invitados por Maradona: Fidel Castro; el entonces presidente argentino, Carlos Menem; ni el futuro primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi, aunque s¨ª estuvo presente el actual mandatario argentino, Mauricio Macri, entonces directivo de la automotriz Sevel.
Fiesta y tragedia
"La seguridad era impresionante, pero lo que m¨¢s recuerdo fue una reacci¨®n de (Carlos) Bilardo, el t¨¦cnico de la selecci¨®n", recuerda Eduardo Ramenzoni, conductor del canal TyC Sports. "Est¨¢bamos con otros periodistas, modelos (Graciela Alfano) y jugadores de la selecci¨®n, como (Oscar) Ruggeri, (Jorge) Burruchaga y (Jos¨¦ Luis) Brown. De repente los jugadores del Napoli subieron al escenario y entre ellos estaba (Ciro) Ferrara, defensor de la selecci¨®n italiana. Bilardo le empez¨® a decir a Brown 'dale Tata, and¨¢ all¨¢', y se lo repiti¨® dos o tres veces. No entend¨ªamos por qu¨¦, hasta que Bilardo explic¨®: 'Quiero ver cu¨¢nto mide para saber si lo puede marcar en un corner', respondi¨® Bilardo. Est¨¢bamos tomando champagne, ri¨¦ndonos y Bilardo segu¨ªa en la suya", sonr¨ªe Ramenzoni. A la hora de la m¨²sica, Bilardo tambi¨¦n le pidi¨® a la mujer de Ruggeri, Nancy, que llevara a su pareja a bailar cerca de Careca, delantero brasile?o del Napoli. "Quiero saber la altura de Careca para ver si lo puede parar mano a mano en el Mundial del a?o que viene", repiti¨® el t¨¦cnico.
El casamiento de Maradona volvi¨® a la agenda period¨ªstica en 1996, tras la muerte por SIDA del arquero del Napoli, Giuliano Giuliani (campe¨®n de la liga italiana en 1990, tambi¨¦n con el equipo de Maradona). El diario italiano Il Corriere della Sera public¨® entonces un rumor que especulaba sobre la posibilidad que el arquero hab¨ªa contra¨ªdo la enfermedad durante "una noche de locura" vivida en Buenos Aires, en noviembre de 1989, cuando asisti¨® junto a sus compa?eros a la boda de Maradona. "Podr¨ªa ser, qui¨¦n sabe. Nunca se sabr¨¢", dijo la viuda de Giuliani, Raffella Del Rosario, en 2010, cuando le preguntaron sobre esa versi¨®n. A las fiestas de los dioses no les falta ni la tragedia.
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