China tambi¨¦n quiere conquistar el espacio
La potencia asi¨¢tica quiere llegar a la Luna en 2030, adem¨¢s de explorar la cara oculta con un rover el a?o que viene y recoger muestras lunares en 2025
Dicen que a principios de los a?os 60 alguien pregunt¨® a von Braun qu¨¦ pensaba encontrar cuando llegase a la Luna. ¡°Rusos¡±, respondi¨®. Hoy, la misma pregunta podr¨ªa encontrarse una respuesta diferente: ¡°Chinos¡±
Los actuales planes de la NASA contemplan un vuelo a Marte a partir del 2030, precedido de algunas ¨Cpocas- misiones orbitales lunares o de exploraci¨®n de un asteroide cercano a la Tierra. Si se encuentra, porque parece que no hay muchos que se pongan razonablemente a tiro. Eso sit¨²a un posible alunizaje no antes del 2025 o, teniendo en cuenta los problemas presupuestarios y el retraso en la construcci¨®n de la nave Ori¨®n, bastante m¨¢s tarde.
China acaba de hacer p¨²blico su intenci¨®n de intentar un desembarco en la Luna hacia 2030.
El programa espacial chino resulta impresionante, m¨¢s a¨²n cuando se est¨¢ llevando a cabo apoy¨¢ndose exclusivamente en sus propios medios, sin apenas cooperaci¨®n internacional. En particular, han conseguido grandes ¨¦xitos en la exploraci¨®n de la Luna mediante sondas autom¨¢ticas. La ¨²ltima, la Chang¡¯e 3, lleg¨® all¨ª en diciembre de 2013. Hac¨ªa treinta y siete a?os que nadie lo consegu¨ªa.
La Chang¡¯e 3 deposit¨® en la Luna el ¡°Yutu¡± o ¡°Conejo de jade¡±, un peque?o veh¨ªculo aut¨®nomo que recorri¨® unas cuantas decenas de metros, transmitiendo fotograf¨ªas y analizando el terreno. Aunque un fallo mec¨¢nico lo inmoviliz¨® durante su segundo d¨ªa lunar (42 d¨ªas terrestres) las comunicaciones se mantuvieron durante dos a?os y medio: un aut¨¦ntico r¨¦cord para un veh¨ªculo en un entorno tan hostil.
Con el ¨¦xito del ¡°Yutu¡± se cerraba la segunda fase del programa de exploraci¨®n lunar china. Pero se hab¨ªan construido dos ejemplares, por si uno fallaba. ?Qu¨¦ hacer ahora con el otro? Pues aprovecharlo para una misi¨®n sin precedentes: Enviarlo a explorar una regi¨®n en la cara oculta de la Luna.
La Agencia Espacial China ya est¨¢ modificando ese rover con la intenci¨®n de lanzarlo el a?o pr¨®ximo. La operaci¨®n supone retos ins¨®litos, puesto que el terreno de la cara oculta, casi desprovisto de grandes llanuras, es mucho m¨¢s abrupto
La Agencia Espacial China ya est¨¢ modificando ese rover con la intenci¨®n de lanzarlo el a?o pr¨®ximo. La operaci¨®n supone retos ins¨®litos, puesto que el terreno de la cara oculta, casi desprovisto de grandes llanuras, es mucho m¨¢s abrupto. Habr¨¢ que refinar su sistema de aterrizaje aut¨®nomo. Adem¨¢s, para asegurar el enlace por radio, har¨¢ falta lanzar un sat¨¦lite auxiliar de comunicaciones. La idea es colocarlo en el punto de Lagrange 2, a 60.000 kil¨®metros al otro lado de la Luna, donde podr¨¢n verlo tanto el veh¨ªculo como las estaciones de seguimiento en la Tierra.
Entretanto, el pr¨®ximo mes de noviembre, China pondr¨¢ en marcha la tercera fase de su programa con el lanzamiento del Chang¡¯e 5 (el 4 es el que ir¨¢ destinado a la cara oculta, que volar¨¢ m¨¢s tarde, con la consiguiente inversi¨®n en su numeraci¨®n). El objetivo esta vez es mucho m¨¢s ambicioso: Obtener una muestra de material lunar.
Hasta ahora, solo los Estados Unidos y Rusia poseen muestras de nuestro sat¨¦lite. Los primeros, casi cuatrocientos kilos, recogidos por los propios astronautas; Rusia, unos 300 gramos que trajeron de regreso tres sondas autom¨¢ticas entre 1970 y 1976. China pretende obtener unos dos kilos.
La operaci¨®n es muy complicada, ya que el retorno de las muestras no se har¨¢ despegando directamente desde la Luna con destino a la Tierra. Por el contrario, la peque?a c¨¢psula portadora deber¨¢ entrar primero en ¨®rbita lunar, reunirse y atracar con otra nave mayor que la estar¨¢ esperando en ¨®rbita, transferir las muestras a una c¨¢psula de retorno aerodin¨¢mica y emprender el viaje de regreso. En esencia, un plan similar al que se utiliz¨® durante el programa Apollo, salvo que entonces hab¨ªa astronautas a bordo y esta vez, toda la operaci¨®n deber¨¢ ser ejecutada por robots.
Hace casi tres a?os, China ya hizo un ensayo de la c¨¢psula de retorno de muestras lunares. Se trata de un dise?o muy semejante a las naves tripuladas tipo Soyuz que normalmente utilizan los astronautas chinos, aunque bastante m¨¢s peque?a
Hace casi tres a?os, China ya hizo un ensayo de la c¨¢psula de retorno de muestras lunares. Se trata de un dise?o muy semejante a las naves tripuladas tipo Soyuz que normalmente utilizan los astronautas chinos, aunque bastante m¨¢s peque?a. Las implicaciones son claras: Si puede resistir una reentrada desde distancias lunares, ese mismo dise?o, ampliado, podr¨ªa llevar y traer una tripulaci¨®n humana. El objetivo del 2030 no parece tan descabellado.
Hoy por hoy, la mayor inc¨®gnita parece estar en los cohetes. La Chang¡¯e 5 despegar¨¢ a bordo del nuevo cohete Larga Marcha 5, el m¨¢s potente de la familia de lanzadores chinos, comparable a los Prot¨®n rusos o los Delta pesados americanos. Este veh¨ªculo podr¨ªa utilizarse para una eventual misi¨®n tripulada hacia la Luna, eso s¨ª, lanzando los diferentes componentes por separado y reuni¨¦ndolos en el espacio.
Pero los planes chinos incluyen otro modelo mucho m¨¢s ambicioso: el Larga Marcha 9, capaz de enviar 50 toneladas de una sola tacada hacia la Luna (la nave Apollo completa pesaba unas 45 toneladas). Con un tanque central de diez metros de di¨¢metro m¨¢s cohetes aceleradores a sus costados, el Larga Marcha 9 ser¨ªa similar al Saturno 5 americano, al fallido N1 lunar ruso o al SLS que prepara la NASA. Fecha prevista para el primer vuelo: Finales de 2025. Y visto el historial de ¨¦xitos que acumula China en el espacio, no es descartable que los pr¨®ximos hombres en pisar la Luna hablen mandar¨ªn.
Rafael Clemente es ingeniero industrial y fue el fundador y primer director del Museu de la Ci¨¨ncia de Barcelona (actual CosmoCaixa).
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