El Gobierno discrimina a los cient¨ªficos
El autor, investigador del CSIC, exige cobrar en funci¨®n de su m¨¦ritos cient¨ªficos, sin sobresueldos discrecionales
El pasado martes 27 de junio asist¨ª junto a otros compa?eros al Congreso de los Diputados para seguir el debate de una Proposici¨®n No de Ley del grupo socialista, relativa al incumplimiento de la Ley de la Ciencia, la Tecnolog¨ªa y la Innovaci¨®n. La ponente de la misma, Mar¨ªa Gonz¨¢lez, tuvo que volver a recordarle al Gobierno que tiene un deber inexcusable de cumplir la Ley vigente. Una Ley que fue aprobada con el voto afirmativo un¨¢nime del Partido Popular y que viene siendo incumplida por el Gobierno desde su entrada en vigor.
En este caso el art¨ªculo vulnerado era el 25, que dispone que a partir del 1 de enero de 2014 todos los cient¨ªficos de plantilla que dependen directamente del Estado tendr¨ªan que pasar a cobrar una parte significativa de sus sueldos en funci¨®n de sus m¨¦ritos cient¨ªficos y tecnol¨®gicos, evaluados por comisiones externas. Aquellos que tras la evaluaci¨®n de sus m¨¦ritos no alcanzasen a computar el sueldo que actualmente cobran, dice la Ley, obtendr¨ªan un complemento transitorio para que nadie sufriera merma en sus retribuciones anuales.
Tenemos derecho a la seguridad de que las leyes aprobadas por el ¨®rgano de la soberan¨ªa nacional van a aplicarse
Todos los grupos, desde el PP a Podemos, parec¨ªan estar de acuerdo en aprobar la Proposici¨®n No de Ley que instaba al Gobierno a cumplir la Ley en el plazo de tres meses, lo que implicaba que ten¨ªa que promulgar un Real Decreto incluyendo los criterios de evaluaci¨®n. Hasta que Ciudadanos introdujo una enmienda de adici¨®n que acotaba la inactividad del Gobierno: mientras el Gobierno siga sin cumplir la Ley vigente, los cient¨ªficos que as¨ª lo soliciten podr¨¢n ser evaluados conforme a los mismos criterios y procedimientos que se aplican actualmente a los investigadores del CSIC.
El portavoz del PP, visiblemente contrariado, anunci¨® su voto en contra si el PSOE no rechazaba incorporar la enmienda de Ciudadanos a su Proposici¨®n No de Ley. La enmienda de Ciudadanos elevaba el coste de la foto para el PP, puesto que introduc¨ªa exigencias concretas e inmediatas que, de cumplirse, obligar¨ªan al Gobierno a mover ficha de forma acelerada, por primera vez en cinco a?os. Y el PSOE dijo que no, que la enmienda de Ciudadanos se incorporaba a su?Proposici¨®n No de Ley y se votar¨ªa conjuntamente. Su aprobaci¨®n estaba asegurada y la ¨²nica opci¨®n del PP era sumarse a la mayor¨ªa o posicionarse contra una?Proposici¨®n No de Ley que exig¨ªa al Gobierno cumplir una Ley vigente. Demasiado con la que est¨¢ cayendo. Un par de llamadas y lleg¨® la autorizaci¨®n de la superioridad para votar a favor de la propuesta enmendada. Aprobada por unanimidad. Despu¨¦s se nos dijo con la boca peque?a que eso no significaba nada, pues decenas de?Proposiciones No de Ley aprobadas por el Congreso iban semanalmente a la papelera.
El problema de acostumbrarse a incumplir las leyes y acuerdos es que se acaban vulnerando los derechos esenciales de los ciudadanos. Tenemos derecho a la seguridad de que las leyes aprobadas por el ¨®rgano de la soberan¨ªa nacional van a aplicarse, o bien cambiarse o derogarse. Tenemos derecho a que se nos apliquen las leyes a todos por igual; a que no nos traten de forma arbitraria. Al menos los art¨ªculos 14 y 9 de la Constituci¨®n tienen que ver con ello.
Qu¨¦ decir de los directivos que atisban que les van a mermar la cantidad de zanahorias a repartir
Una de las iniciativas que tramita el Congreso, una pregunta al Gobierno presentada por el grupo parlamentario de Ciudadanos, deja bien a las claras que el Gobierno est¨¢ haciendo lo contrario de lo que dice (miente); est¨¢ tratando de forma desigual a personas que se encuentran en el mismo supuesto legal (discrimina) y act¨²a seg¨²n le va pareciendo (con arbitrariedad). O sea, la Constituci¨®n, como las leyes y las Proposiciones No de Ley, tambi¨¦n es soslayable.
Es claro que este dislate no puede ocultarse a todo el mundo durante todo el tiempo y, en las ¨²ltimas semanas, se han sumado a la lista de los que deploran estas pr¨¢cticas casi 1.300 cient¨ªficos del CSIC y de las universidades. Y m¨¢s de 40 sociedades cient¨ªficas de toda Espa?a. Por su parte, el colectivo organizado de solicitantes, la Plataforma 5s6s, engloba a un 50% de afectados potenciales.
Llevar adelante estas demandas no est¨¢ resultando sencillo. Hace ya tiempo que se lanzan infundios desde varios frentes. Los m¨¢s infamantes son los que se impulsan desde la burocracia que se resiste a ver mermado el contenido de la bolsa de reparto discrecional y se dedica a difamar y a calentar la oreja a los pol¨ªticos. Desde que no hemos superado oposiciones, que nos han eximido del doctorado, que pretendemos ganar m¨¢s que los compa?eros del CSIC y la universidad con menos m¨¦ritos, que queremos dejar a los t¨¦cnicos sin sus complementos salariales¡ Todo mentira.
Lo que verdaderamente exaspera a los bur¨®cratas es que si una parte de los fondos de productividad que hoy se le asignan, para su reparto discrecional, a su organismo ¡ªen funci¨®n del n¨²mero de empleados y del nivel profesional que tenga¡ª pasan a ser asignados individualmente por evaluaci¨®n de m¨¦ritos, las cantidades que se ven¨ªan entregando al organismo para este n¨²mero de empleados y categor¨ªa profesional por dicho concepto ya no estar¨¢n disponibles para su reparto discrecional entre el resto. Si, por ejemplo, existiese una desigualdad marcada en el reparto de los fondos de productividad, ser¨ªa bastante l¨®gico que los que saben que est¨¢n recibiendo por encima de la media hiciesen todo lo posible para evitar que se cumpliese la Ley y afectase a dicha asimetr¨ªa. Y qu¨¦ decir de los directivos que atisban que les van a mermar la cantidad de zanahorias a repartir¡
La verdadera conclusi¨®n de todo este desaguisado ¡ªen vez de mantener un ¡°no pasar¨¢n¡± a la aplicaci¨®n de la Ley, a base de mentiras¡ª deber¨ªa ser que todos los empleados p¨²blicos tienen que ser remunerados conforme a sus m¨¦ritos objetivos, tal como lo son el profesorado y la mayor¨ªa de los investigadores. S¨®lo as¨ª llegaremos a tener una funci¨®n p¨²blica independiente, m¨¢s dif¨ªcil de doblegar, que pueda informar de lo que hacen y mandan los que muchas veces tienen por ¨²nico m¨¦rito el dedo del pol¨ªtico que les nombr¨®.
Luis V. Garc¨ªa es investigador del CSIC. Las opiniones expresadas en el art¨ªculo son estrictamente personales y no corresponden a ning¨²n colectivo.
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