La loba que alimenta al distrito 18 de Par¨ªs
HA ABIERTO EN Par¨ªs un supermercado francamente peculiar: las personas que transitan por sus pasillos son due?os, trabajadores y clientes. S¨ª, es cooperativo, participativo y no lucrativo. Los accionistas son los que compran y los que trabajan en labores como limpieza, mantenimiento, venta o reposici¨®n. Se llama La Louve (La Loba) y tiene al distrito 18 encandilado.
Un martes por la tarde me acerco hasta el 116 de la Rue des Poissonniers y, en la puerta, dos se?oras ¡ªaccionistas, obvio¡ª me piden el n¨²mero de socio. Tras un par de bromas, acceden a dejarme pasar a condici¨®n de que no divulgue sus nombres. Una se ofrece a acompa?arme y comentamos el origen del proyecto. Los fundadores son Brian Horihan y Tom Boothe, dos estadounidenses afincados en Par¨ªs. El modelo viene exportado (c¨®mo no) de Brooklyn, donde existe un lugar similar desde ?1973!
Los detalles que atrajeron a Boothe fueron la buena comida, el buen precio y el buen ambiente, lo que ¨¦l llama ¡°ambiente no consumista¡±, o sea, el hecho de no estar rodeado de ciudadanos inactivos. Por eso, aqu¨ª los socios no son simples ¡°receptores de cosas¡±, aqu¨ª hacen cosas. En una entrevista, Boothe se?alaba: ¡°Si compras en un supermercado tradicional, no hay manera de saber lo que comes, los que venden no piensan en tu bienestar y los due?os solo lo hacen en la rentabilidad. Aqu¨ª no, aqu¨ª decidimos sobre nuestro peque?o universo¡±.
Los accionistas de este supermercado son los que compran y los que trabajan en labores como limpieza, mantenimiento, venta o reposici¨®n.
Por los pasillos veo precios m¨¢s baratos que en cualquier otro comercio bio. ¡°Se trata directamente con peque?os productores ?franceses y respetuosos con el medio ambiente. Hay que comer bien y defender lo que comes, por eso nos llamamos as¨ª¡±. ?C¨®mo? ¡°La loba es ese animal que come, da de comer y al mismo tiempo protege a los suyos¡±.
Al despedirnos, la simp¨¢tica trabajadora-accionista-cliente me recomienda ver el v¨ªdeo sobre el Park Slope Food Coop de Brooklyn. Desde el metro llamo a mi t¨ªa Guilaine, que es socia de La Louve y quien me puso sobre aviso de su existencia. Cuando le digo que empiezo a entender por qu¨¦ es capaz de embarcarse en un trayecto de m¨¢s de 20 minutos en tren de Nation a Marcadet para hacer la compra, me contesta: ¡°Me gusta comprar y saber que est¨¢s ayudando a un agricultor. Por cierto, tengo para cenar ensalada de kale con pipas de calabaza y hamburguesa vegetal de lenteja roja y ch¨ªa, ?vienes?¡±.
Una vez m¨¢s le digo ¡°no, gracias¡±. Llego a casa, abro el ordenador y tecleo en Google: ¡°Reportage sur la Park Slope Food Coop¡±. Mientras veo r¨²cula fresca (de esa que cruje y pica) muerdo mi barra de pan de ayer y descubro que en la cooperativa de Brooklyn hay 16.000 socios y 60 trabajadores a tiempo completo (adem¨¢s de los voluntarios). Las colas son tan largas que han creado una publicaci¨®n denominada La Revista de los que Hacen Cola. Hay voluntarios que limpian una vez al d¨ªa los juguetes que se encuentran esparcidos por la sala donde est¨¢ el servicio de guarder¨ªa mientras los padres hacen la compra.
Dejo de comer. Me apunto a la lista de espera de La Louve y bajo a la calle. En el metro saco el m¨®vil: ¡°T¨ªa, que s¨ª voy, esp¨¦rame, porfa¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.