La cultura es la arquitectura invisible de una ciudad
Sobre las edificaciones, la movilidad o las sinergias que se crean en las urbes sobrevuela la necesidad de pensar en la belleza y la sostenibilidad. As¨ª lo creen en la Red Mundial de Ciudades y Gobiernos Locales
¡°Hemos construido m¨¢s que todas las generaciones juntas, pero en nuestro legado no habr¨¢ nunca pir¨¢mides¡±. Lo dijo hace unos a?os el arquitecto holand¨¦s Rem Koolhaas, se?alando esa volatilidad que caracteriza lo moderno. Relaciones interpersonales, edificios o arte: todo pende sobre el hilo de lo cambiante. Y sin solidez, el concepto de cultura se queda vac¨ªo de contenido. Est¨¦ril ante un presente que aboga por lo pasajero antes que por lo estable. Para que algo germine, y sin necesidad de retroceder hasta los griegos o los egipcios, hace falta voluntad. Estrategia. No solo en un ¨¢mbito concreto, sino en cada una de las sinergias que se crean en cualquier entorno.
En el urbano, el flujo es mayor. Movilidad, dise?o o medio ambiente se conjuran para que la herencia futura no pase desapercibida en los libros de historia. Cada regi¨®n tiene el significado que el tiempo le ha dado, se escuch¨® en la II Cumbre de Cultura de la Red Mundial de Ciudades y Gobiernos Locales (CGLU, en sus siglas en ingl¨¦s), celebrada en la isla de Jeju (Corea del Sur) en mayo. Ese poso de saberes comienza con el propio lenguaje y con la batalla por infundir una belleza duradera a nuestro alrededor.
¡°Hay que buscar m¨¦todos de articulaci¨®n de la cultura en otras ¨¢reas de la intervenci¨®n municipal¡±, adelant¨® Catarina Vaz Pinto, concejala de cultura del ayuntamiento de Lisboa. Siguiendo los dos documentos internacionales que se han propuesto hacer de esto una realidad -la Agenda 21 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, acordados por la Organizaci¨®n de las Naciones Unidas (ONU)- los centenares de participantes, representantes locales de los cinco continentes, expresaron sus propuestas, analizaron proyectos e intercambiaron ideas para hacer realidad ese aforismo tomado al autor uruguayo Eduardo Galeano: ¡°Tenemos mucho pasado por delante¡±.
Con un sistema de transporte p¨²blico que lleva a entre un 30 y un 40% de sus vecinos a moverse en bici a diario o con un programa de hasta 300 espect¨¢culos en verano, Malmoe (Suecia) abandera el lema de que ¡°la cultura es un derecho humano¡±
Dentro de esta narrativa com¨²n, el an¨¢lisis, la adecuaci¨®n de recursos y la expansi¨®n de una mentalidad de lo sostenible deben ser el eje sobre el que encarar el ya adolescente siglo XXI. Un ejemplo es Malmoe, en Suecia. Con un sistema de fomento del transporte p¨²blico que lleva a entre un 30 y un 40% de sus vecinos a moverse en bici a diario o con un programa de hasta 300 espect¨¢culos en verano, esta ciudad abandera el lema de que ¡°la cultura es un derecho humano¡±. ¡°Malmoe cuenta con unos 320.000 habitantes; la mitad son menores de 35 a?os; conviven 178 nacionalidades y el 12% proviene de padres nacidos fuera¡±, enumer¨® Carina Nilsson, la vicealcaldesa. ¡°Esa diferencia es la que crea cultura, que necesita una infraestructura para poder crecer¡±, apunt¨®.
Nada surge de la nada. Si no hay acciones precisas, si no se muestran las alternativas, la frase de Koolhaas seguir¨¢ vigente hasta la eternidad. Que el encuentro tuviera lugar en Jeju (despu¨¦s de pasar por Bilbao en 2015) tuvo un valor a?adido. Esta isla volc¨¢nica ha tenido que enfrentarse ¨²ltimamente a la desenfrenada erupci¨®n de la tecnolog¨ªa en Corea del Sur. Incluida en 2011 entre las Siete Maravillas Naturales del Mundo, las autoridades han invertido billones de wones (la moneda nacional) para atraer empresas y visitantes sin que se perdiera la riqueza ambiental, de 134 especies end¨¦micas. De 74 kil¨®metros de largo y 41 de ancho, sus neones aflorados con el desembarco de turistas peninsulares tambi¨¦n esconden un sistema de reciclaje minucioso o una protecci¨®n ac¨¦rrima de la masa forestal en el Monte Halla, el m¨¢s alto del pa¨ªs (1.950 metros).
?C¨®mo imitarla? ¡°Necesitamos opiniones concretas para objetivos concretos¡±, resalt¨® Jordi Balt¨¢. El asesor de la comisi¨®n de cultura de CGLU insisti¨® en la idea de pensar en perspectiva para, desde un nivel local, acercarse a una red universal. M¨¢s o menos el sentido hacia el que se dirigi¨® Sakina Khan, subdirectora de la oficina de planificaci¨®n de Washington DC. ¡°La capital de Estados Unidos es una metr¨®poli muy grande, pero es una poblaci¨®n de barrios y comercios locales¡±, expuso. ¡°Toda infraestructura es un escenario y cada residente es un performer¡±, agreg¨®. ¡°Cada uno tiene en s¨ª mismo la habilidad de ser un artista, solo depende de c¨®mo extraigas esa expresi¨®n¡±, subray¨®. ¡°Hemos aprendido que hab¨ªa que contar la historia de todas las comunidades y que la calle es una construcci¨®n colectiva¡±.
No faltaron ejemplos de estas peque?as actuaciones desde lo pr¨®ximo, como la Biblioteca Municipal de Marvila, en Lisboa. Su construcci¨®n en 2016 ha revitalizado este barrio del noreste, otorgando espacios de intercambio para todos los residentes. Inmuebles vanguardistas y ¨²tiles que Violeta Seva, asesora del alcalde de la ciudad de Makati, quiere adoptar en este centro financiero de 27 kil¨®metros cuadrados que pasa de 500.000 a 3.000.000 de habitantes por el d¨ªa. ¡°Estamos convencidos de que la cultura tiene un papel fundamental. Incluso haciendo planes de futuro tenemos que pensar en nuestro antepasados¡±, concluy¨®, haciendo hincapi¨¦ en ¡°acercar la cultura t¨¦cnica a la gente¡±.
Porque a veces parece que la cultura es solo lo que se encuentra entre cuatro paredes: los cuadros de un museo, los libros de una biblioteca o las proyecciones en peque?os c¨ªrculos cinematogr¨¢ficos. Y, si nos acercamos a la definici¨®n oficial, es todo el c¨²mulo de conocimientos. De lo tangible hasta lo et¨¦reo. Y no es algo estanco: cambia con el devenir de las generaciones. Se modifica seg¨²n las nuevas corrientes, da marcha a tras, se reinventa. ¡°Cultura no es solo de quien se dedica a ello sino del desarrollo que produce: social, urbano, humano y econ¨®mico¡±, se afirmaba en cada intervenci¨®n de las jornadas.
La resiliencia, el anglicismo que define la capacidad para superar los cambios, se utiliza para las personas, pero las ciudades han de incluirla en su vocabulario teniendo en cuenta su fugaz transformaci¨®n
Tambi¨¦n se habl¨® de resiliencia, ese anglicismo que define la capacidad para superar los cambios. Se utiliza para las personas, pero las ciudades han de incluirla en su vocabulario teniendo en cuenta su fugaz transformaci¨®n. En 2030, seg¨²n c¨¢lculos de la ONU, habr¨¢ 8.501 millones de personas en la Tierra (frente a los 7.349 de 2015, a?o del informe). El crecimiento m¨¢s r¨¢pido se dar¨¢ en ?frica, donde la gente se concentrar¨¢ en medios urbanos y alimentar¨¢ al 66% que ¨Cprev¨¦ la organizaci¨®n¨C vivir¨¢ en ciudades, cuando hasta hace unas d¨¦cadas imperaba la vida rural.
¡°Necesitamos democracia, participaci¨®n y reciclaje de espacios vac¨ªos¡±, zanj¨® Lorena Z¨¢rate, presidenta de la Coalici¨®n Internacional H¨¢bitat. ¡°Solemos hablar de las ciudades como una construcci¨®n ascendente, siempre m¨¢s y m¨¢s. Pero si queremos sostenibilidad y bien com¨²n, tenemos que pensar en la reordenaci¨®n de n¨²cleos urbanos¡±. Quiz¨¢s as¨ª sedimente un acervo f¨¦rreo, en contra de la cita de Koolhaas sacada del libro Pr¨®logo para una guerra, de Iv¨¢n Repila, donde tambi¨¦n se dice que ¡°la arquitectura es la voluntad de una ¨¦poca trasladada al espacio: vivo, cambiante, nuevo¡±.
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