Frontera
Las dudas que algunos tienen a la hora de honrar la memoria de Blanco vienen marcadas por el sectarismo pol¨ªtico
No entiendo lo que ha pasado. Quiz¨¢ no quiero entenderlo. Porque ni la m¨¢s paciente explicaci¨®n logra convencerme de las razones que han podido hacer dudar de que colgara del Ayuntamiento de Madrid una pancarta recordando la injusta, la cruel muerte de Miguel ?ngel Blanco hace 20 a?os.
Y si la mujer a la que he votado para ser la alcaldesa de mi pueblo es quien ha dudado para tomar la decisi¨®n, lo entiendo mucho menos.
Bueno, Carmena ha rectificado y mi voto por ella se ha hecho m¨¢s firme de lo que era, porque puedo pasar por un error en la gesti¨®n de la limpieza, pero no por uno en la consideraci¨®n de los derechos humanos.
Se han manejado estos d¨ªas muchos argumentos al respecto. El m¨¢s utilizado ha sido uno de los m¨¢s miserables: que el PP pretende utilizar el asunto. Puede ser que sea verdad. ?Y qu¨¦? Porque yo creo que es obligatorio que lo utilicen todas las fuerzas y las instituciones democr¨¢ticas, ya que la rebeli¨®n que empez¨® en Ermua uni¨® a la gente contra ETA y su entorno como nunca lo hab¨ªa estado antes.
Y conmemorar el asesinato de Miguel ?ngel Blanco sigue siendo, por desgracia, una frontera en Espa?a, que no es entre la derecha y la izquierda sino entre la decencia y la indecencia.
?Y por qu¨¦ ¨¦l, precisamente ¨¦l? Pues porque esa gran movilizaci¨®n unitaria se dio con su muerte. ?Podr¨ªa haberse hecho con otro? Pues a lo mejor, pero a m¨ª me parece dif¨ªcil encontrar un caso m¨¢s adecuado, y el que fuera un modesto concejal, sometido como cualquier militante del PSOE, IU o PP, a la amenaza terrorista o a la mirada de odio cotidiana de quien te vende el pan, por ejemplo, lo convert¨ªa en alguien admirable que representaba muy bien lo que fue la vida de tantos modestos h¨¦roes que lucharon contra ETA y su entorno con el simple hecho de vivir.
Ese entorno que sigue echando de menos a los pistoleros que les garantizaban el confort ideol¨®gico y est¨¦tico que daba ¡ªy todav¨ªa da en otras latitudes¡ª estar contra Espa?a.
Mucho me temo que las dudas que algunos tienen a la hora de honrar la memoria de Blanco vienen marcadas por el sectarismo pol¨ªtico. Porque todav¨ªa quedan resabios en alguna parte de la izquierda que hacen que parezca m¨¢s natural tomarse unas ca?as con alguien de Bildu que con un militante del PP de Guipuzcoa.
Miguel ?ngel Blanco, su asesinato, marc¨® una frontera. Despu¨¦s de aquello ya no valen subterfugios.
Gracias, alcaldesa.
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