El juego de la independencia y sus consecuencias
Los dirigentes catalanes reconocen en privado que lo m¨¢s probable es que no haya refer¨¦ndum
Dice In¨¦s Arrimadas que la ley de refer¨¦ndum que las fuerzas independentistas pretenden aprobar en agosto y sin debate parlamentario ¡°parece escrita por una persona de 14 a?os¡±. En efecto, a veces parece que ni siquiera ellos se toman en serio lo que est¨¢n haciendo, como si todo fuera un juego. Pero sus actos pueden tener consecuencias catastr¨®ficas para la ciudadan¨ªa y la econom¨ªa catalana, as¨ª que conviene no enga?arse al respecto. La frivolidad de nuestros gobernantes nos condena a competir mermados en diversos frentes importantes, como el de la elecci¨®n de la nueva sede de la Agencia Europea del Medicamento (AEM).
Barcelona es una ciudad atractiva, con una conectividad y unas infraestructuras excelentes, una industria farmac¨¦utica importante, centros de investigaci¨®n e innovaci¨®n reconocidos en todo el mundo y capacidad para atraer talento. Si a ello le sumamos la calidad de vida y el clima, no es de extra?ar que el personal de la AEM haya manifestado en una encuesta su preferencia por Barcelona. Sin embargo, sobre la aspiraci¨®n de Barcelona planea una amenaza que ¡°el resto de las candidaturas sin duda tratar¨¢n de aprovechar para llevarse el gato al agua¡±. Me lo dec¨ªa el otro d¨ªa uno de los m¨¢s prominentes farmac¨®logos catalanes, que se mostraba muy esc¨¦ptico sobre las posibilidades de Barcelona en el caso de que acabe calando entre las canciller¨ªas europeas la idea de que la amenaza secesionista del Gobierno catal¨¢n va en serio.
La situaci¨®n es perversa porque entramos en la fase decisiva del proceso para elegir la nueva sede de la AEM justo cuando Puigdemont ha anunciado para el 1 de octubre la celebraci¨®n de un refer¨¦ndum unilateral sobre la secesi¨®n. ¡°No parece demasiado l¨®gico que la AEM se tenga que trasladar porque Reino Unido abandona la UE y que se elija como sede una ciudad cuya continuidad en la UE est¨¢ en entredicho¡±, lamenta el cient¨ªfico. Y a?ade que ¡°si hay un sector en el que es fundamental la estabilidad del marco jur¨ªdico e institucional, ese es el de la investigaci¨®n m¨¦dica y farmac¨¦utica¡±, que se basa principalmente en proyectos a largo plazo que no pueden estar sujetos a las veleidades pol¨ªticas.
El Gobierno central, que es el primer interesado en que la AEM venga a Barcelona, es tambi¨¦n el primero en desdramatizar m¨¢s all¨¢ de nuestras fronteras la gravedad del desaf¨ªo secesionista, pero al mismo tiempo el Govern sigue tratando a toda costa de internacionalizar el proceso. Hablan de ¡°conflicto¡± y presentan Espa?a como un Estado autoritario y antidemocr¨¢tico que discrimina a los catalanes. Los ciudadanos de Catalu?a tenemos la suerte de que, hasta ahora, el empe?o internacionalizador del Govern ha fracasado estrepitosamente. ?No se dan cuenta Puigdemont y compa?¨ªa de que en su af¨¢n por desprestigiar Espa?a perjudican necesariamente los intereses materiales de Catalu?a? ?No entienden que, si por casualidad alguien diera cr¨¦dito a sus difamaciones, las posibilidades de Barcelona de acoger organismos como la AEM se reducir¨ªan dr¨¢sticamente?
Entramos en la fase decisiva del proceso para elegir la nueva sede de la AEM justo cuando Puigdemont ha anunciado para el 1 de octubre un refer¨¦ndum unilateral
Lo m¨¢s grotesco de todo es que, as¨ª como el Gobierno trata de minimizar la gravedad del tema fuera de Espa?a, en Catalu?a a menudo son los propios miembros del Govern quienes, en encuentros y foros sectoriales lejos de los micr¨®fonos y las c¨¢maras, intentan tranquilizar a empresarios, investigadores y otras fuerzas vivas que manifiestan su creciente preocupaci¨®n por lo que pueda ocurrir en los pr¨®ximos meses. Reconocen que lo m¨¢s probable es que no haya refer¨¦ndum y aseguran que no hay nada que temer. Pero si a alguno se le escapa algo parecido en p¨²blico, como al exconsejero Baiget, se le depura y sanseacab¨®. Vaya, que todo es un juego y se puede sostener una cosa en p¨²blico y, al mismo tiempo, la contraria en privado. Que se puede estar todo el d¨ªa diciendo que Espa?a nos oprime, que nos trata como a una colonia, que nos maltrata con unas infraestructuras tercermundistas, etc¨¦tera, y luego presentar una candidatura al amparo del Estado espa?ol para acoger la sede de la AEM destacando en primer t¨¦rmino que Barcelona tiene unas infraestructuras magn¨ªficas.
Cualquiera dir¨ªa que los l¨ªderes independentistas, que manifiestan a diario su desprecio por la Constituci¨®n y las resoluciones del Tribunal Constitucional, en el fondo conf¨ªan y desean que el Estado de derecho act¨²e, sofoque el desaf¨ªo que ellos mismos han planteado y evite las ominosas consecuencias de su propio proyecto rupturista. Y, de paso, prev¨¦n que la respuesta de nuestro Estado democr¨¢tico para evitar el desastre les permita a ellos seguir alimentando su proverbial victimismo. No parece que su objetivo sea resolver los problemas de los catalanes, sino perpetuar la confrontaci¨®n.
Cuando se cumplen 25 a?os del acontecimiento que cambi¨® la historia reciente de Barcelona, las Olimpiadas de 1992, conviene reivindicar la altura de miras que presidi¨® a la saz¨®n la actuaci¨®n de nuestros pol¨ªticos, que supieron aunar esfuerzos por un objetivo com¨²n, y no perder nunca de vista lo que dec¨ªa el entonces alcalde de Barcelona, el Maragall a?orado: ¡°Lo que es bueno para Barcelona es bueno para Catalu?a y lo que es bueno para Catalu?a es bueno para Espa?a¡±. En p¨²blico y en privado. De lo contrario, es dif¨ªcil resultar cre¨ªbles ante el resto de Europa y del mundo.
Ignacio Mart¨ªn Blanco es periodista y polit¨®logo.
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