C¨®mo amar a los insectos
UNA TERRAZA, un grupo de amigos y un poquito de brisa que alivia el calor. De repente, alguien se levanta de golpe y empieza a moverse de manera extra?a. Da manotazos al aire acompa?ados por unos movimientos bruscos para esquivar una amenaza que a los ojos de los dem¨¢s resulta invisible. Luego m¨¢s manotazos y puede que alg¨²n que otro grito acompa?ado de improperios exclamativos. Seguro que hemos vivido esta escena. ?El culpable? Un insecto. Tal vez una abeja, una avispa, un moscard¨®n, un t¨¢bano¡, qui¨¦n sabe. Pocos son los que se han adentrado en los territorios de la entomolog¨ªa, es decir, el estudio de los insectos. La mayor¨ªa de nosotros, lejos de aprender de ellos, los aplastamos como no har¨ªamos con ning¨²n otro bicho viviente del planeta. ?Por qu¨¦? Asco. Repulsi¨®n.
Una de las terapias que m¨¢s se usan para tratar la fobia a los insectos es asistir a clases de entomolog¨ªa.
Incomprensi¨®n. Sea como sea, el miedo irracional a los insectos, entomofobia, es uno de los m¨¢s extendidos entre los humanos. Puede tener varias formas, distintas intensidades, pero suele traducirse en que la simple proximidad nos altera la respiraci¨®n, nos provoca sudoraci¨®n y, si no, unos instintos asesinos impropios de una sociedad que est¨¢ despertando en su conciencia animal. Tanto es as¨ª que toleramos una industria que se encarga de matarlos de las maneras m¨¢s crueles: desde la gasificaci¨®n hasta el envenenamiento de sus colonias mediante comidas trampa. ?Por qu¨¦? Pregunta compleja. La psicolog¨ªa no encuentra una sola raz¨®n. Una de las explicaciones cl¨¢sicas es que esto ocurre por aprendizaje. Simplificando mucho, vendr¨ªa a decir que durante la infancia vivimos un acontecimiento traum¨¢tico con un insecto y lo reproducimos en la edad adulta. Pero la gran mayor¨ªa de nosotros no hemos tenido ning¨²n episodio traum¨¢tico con ning¨²n bicho. ?Qu¨¦ factores, pues, pueden estar relacionados con la entomofobia? Hay tres que sobresalen.
Factores gen¨¦ticos. Cierto es que los insectos transmiten enfermedades y que algunas de sus picaduras duelen e, incluso, en algunos casos pueden ser mortales, como la de la abeja o la ara?a. As¨ª, transmitir de generaci¨®n en generaci¨®n la fobia a los insectos es una manera que el ser humano tiene para protegerse.
Factores por observaci¨®n. Tambi¨¦n nos remontamos a la infancia. Si de peque?os vemos que nuestros padres tienen una reacci¨®n exagerada ante un insecto, sea uno en concreto como la cucaracha o todos en general, interiorizaremos esta reacci¨®n y la imitaremos de adultos.
Factores culturales. Aqu¨ª entrar¨ªa en juego, por ejemplo, el imaginario popular extendido y difundido por pel¨ªculas, novelas y cualquier forma de narraci¨®n que, por lo general, son poco amistosas con los insectos (basta recordar las formas del bicho de Alien: el octavo pasajero, la pel¨ªcula de Ridley Scott). Pero tambi¨¦n parece haber una relaci¨®n entre aquellas culturas en las que los insectos son un producto gastron¨®mico y las que no. Nosotros, por lo general, no nos los comemos, y as¨ª, al no darles ese valor, los vemos solo como una amenaza. Por el contrario, en aquellos lugares en los que los insectos son un manjar exquisito, la entomofobia tiene una incidencia mucho menor.
Transformar el miedo en admiraci¨®n
Una cosa es identificar las razones por las que los insectos nos causan esa mezcla de sentimientos y reacciones y otra es saber qu¨¦ hacer con ese asco a las cucarachas, o ese pavor a las ara?as, o lo que sea. ?Se puede llegar a amar algo que nos repugna? ?O simplemente tolerar? S¨ª. Se puede. Pero, como en muchas situaciones de la vida, hay que pasar por tres estadios.
Conocimiento. Una de las terapias que m¨¢s se usan para tratar la fobia a los insectos es la de asistir a clases de entomolog¨ªa, que sirven a los pacientes para familiarizarse con la vida de los insectos y sus particularidades. Hay datos, sin duda, sorprendentes en relaci¨®n con los insectos, como que son el grupo m¨¢s diverso del planeta, con m¨¢s de un mill¨®n de especies conocidas y muchas a¨²n pendientes de ser descritas por la ciencia. O que por cada humano hay 200 millones de insectos. O que, por ejemplo, de lo que habitualmente llamamos cucaracha hay m¨¢s de 3.000 especies solo en Espa?a, y que este es uno de los animales m¨¢s resistentes del planeta, el ¨²nico que podr¨ªa sobrevivir en una guerra nuclear. En definitiva, conocer es empezar a comprender, y comprender es la antesala de la tolerancia y, qui¨¦n sabe, del amor.
Exposici¨®n. Una cosa es entenderlos y leer sus par?ticu?laridades e incluso fascinarnos, pero otra muy distinta es controlar nuestras reacciones ante su presencia. ?C¨®mo hacerlo? Poco a poco, es decir, mediante exposiciones breves, acostumbr¨¢ndonos a su presencia sin perder el control. En este contexto, la tecnolog¨ªa nos puede ayudar. En nuestro pa¨ªs ya hay empresas pioneras en el uso de la realidad virtual para el tratamiento de todo tipo de fobias. Es el caso de Psious, que suministra esta tecnolog¨ªa a terapeutas para que superemos el miedo a volar, a los espacios cerrados y, tambi¨¦n, a los insectos. Como dice su fundador, Xavier Palomer, ¡°es un modo de exponernos inmersivamente a nuestros miedos, pero de forma controlada y monitorizada por un profesional que nos gu¨ªa y acompa?a en el proceso¡±.
Inspiraci¨®n. Despu¨¦s de conocer, entender y estar en contacto con los insectos, ?por qu¨¦ no aprender de ellos? S¨ª, aprender. Y es que los insectos son una fuente de inspiraci¨®n casi infinita. En rob¨®tica, por ejemplo, la bion¨¦mesis trata de imitar la fisonom¨ªa de distintos tipos de insectos para crear robots. Y en temas de flujos de gente se estudia el comportamiento de las ?comunidades de ciertos insectos, como las hormigas, para aplicarlo a las aglomeraciones y de esta manera evitar congestiones. Y hay m¨¢s, mucho m¨¢s. En el mundo del arte, de la criminolog¨ªa, de la cocina y de lo que ni podemos imaginar. Aunque si hemos de quedarnos con una inspiraci¨®n, cabe recordar la frase de Anita Roddick, fundadora de The Body Shop: ¡°Si crees que eres demasiado peque?o para producir alg¨²n impacto, trata de irte a la cama con un mosquito en la habitaci¨®n¡±.
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