Los refugiados clim¨¢ticos de Somalia ya no pueden esperar mucho m¨¢s
Los recursos escasean y la poblaci¨®n se desplaza mientras que la comunidad internacional no asume su responsabilidad ni toma medidas definitivas
Tras la reuni¨®n de los l¨ªderes mundiales en la cumbre del G-20 celebrada en Hamburgo este julio, los investigadores del Think Tank Samuel Hall abogan por que se realice con urgencia una reforma legislativa y se hagan inversiones con el fin de proteger a los refugiados del clima y ayudarlos a mejorar su capacidad de respuesta ante el desastre.
A los siete a?os, Hodo hered¨® una obligaci¨®n sagrada para su comunidad: cuidar de las cabras de la familia. Un a?o despu¨¦s ella sigue saliendo cada d¨ªa en Habas Weyn, al oeste de Somalilandia, para ocuparse de las pocas que han sobrevivido a la grave sequ¨ªa que atenaza a su comunidad desde el a?o pasado. Sus obligaciones han dejado de ser un modo de vida y se han convertido en una cuesti¨®n de supervivencia.
Aunque Hodo no haya pisado nunca un aula, le gustar¨ªa ir al colegio, pero en estos momentos, las posibilidades de que lo haga son a¨²n menores. Su familia se ha quedado en la indigencia y se traslada a menudo debido la devastadora sequ¨ªa de Somalia. Los recursos escasean cada vez m¨¢s, as¨ª que los ni?os como Hodo, los m¨¢s vulnerables entre los desplazados, asumen pesadas responsabilidades para garantizar la supervivencia de su familia, de su ganado, y de ellos mismos.
La sequ¨ªa afecta a la poblaci¨®n de toda la regi¨®n, como a Ahmed, un pastor de la vecina Putlandia, que perdi¨® el 90% de sus 150 animales como consecuencia de la sequ¨ªa en el Cuerno de ?frica. Son personas que casi no tienen medios para compartir informaci¨®n, que desconocen el sufrimiento de los dem¨¢s y tambi¨¦n los mecanismos que existen para sobrellevarlo mejor. Es as¨ª una evidencia que el cambio clim¨¢tico no solo empuja a la gente a abandonar sus hogares, sino que tambi¨¦n genera problemas colaterales. La destrucci¨®n ambiental puede agravar los conflictos sociales y pol¨ªticos al alterar las trayectorias de comunidades enteras.
Las cat¨¢strofes clim¨¢ticas que suceden paulatinamente, como la sequ¨ªa de larga duraci¨®n, dificultan a¨²n m¨¢s la reintegraci¨®n de los desplazados. Aun as¨ª, a menudo no se reacciona hasta que se convierten en desastres atroces que destruyen los ecosistemas locales, como ocurri¨® con la ¨²ltima hambruna de Somalia en el a?o 2011.
Se prev¨¦ que hasta 2050 los refugiados del clima alcancen los 150 millones
En todo el mundo, los episodios relacionados con el cambio clim¨¢tico son una causa de emigraci¨®n cada vez m¨¢s habitual, y se prev¨¦ que, de aqu¨ª a 2050, los refugiados del clima alcancen los 150 millones. Esta clase de cat¨¢strofes obligan a desplazarse dentro de su pa¨ªs a tres veces m¨¢s personas que los que se trasladan por conflictos, seg¨²n el ¨²ltimo Informe Mundial sobre Desplazamiento Interno, y se hace caso omiso de estos movimientos por nuestra cuenta y riesgo.
De qu¨¦ manera el cambio clim¨¢tico fuerza el desplazamiento
El cambio clim¨¢tico produce un impacto especialmente agudo en las comunidades rurales con una econom¨ªa de subsistencia. La degradaci¨®n del ecosistema del lago Chad, que condujo a la emigraci¨®n forzosa y conllev¨® el agravamiento de las tensiones sociales, es un ejemplo reciente de la conexi¨®n entre el cambio clim¨¢tico, los desplazamientos y los conflictos. Sin embargo, el traslado recurrente de las poblaciones que viv¨ªan alrededor del lago se pas¨® por alto en gran medida hasta que los insurrectos de Boko Haram acapararon las noticias.
Hoy en d¨ªa, la poblaci¨®n de Nigeria, un pa¨ªs con abundantes recursos y relativamente rico, pasa un hambre feroz debido a la combinaci¨®n de conflicto con la p¨¦rdida de tierras y de ganado. Actualmente, en la regi¨®n del lago Chad, que se extiende por Camer¨²n, Chad, N¨ªger y Nigeria, m¨¢s de nueve millones de personas necesitan ayuda humanitaria, los desplazados superan los dos millones doscientos mil, y cinco millones se mueren de hambre.
En Siria, si bien es demasiado simplista establecer una relaci¨®n causal directa entre el cambio clim¨¢tico y el conflicto, muchos expertos afirman que la emigraci¨®n interna debida a la sequ¨ªa provocada por estas modificaciones y a la desertizaci¨®n ha hecho que, en poco tiempo, la poblaci¨®n se traslade a las ciudades. Paulatinamente, esta combinaci¨®n de fricciones sociales, econ¨®micas y pol¨ªticas acab¨® en el estallido de la guerra actual. Para revertir la cadena de acontecimientos que llevaron al enfrentamiento y garantizar que los ciudadanos puedan volver alg¨²n d¨ªa ser¨¢ necesario favorecer la formaci¨®n de comunidades capaces de adaptarse a los cambios ambientales.
En la Siria posb¨¦lica, los refugiados y los desplazados que regresen se tendr¨¢n que repartir de una manera m¨¢s sostenible ente las zonas urbanas y las rurales con el fin de aliviar la presi¨®n sobre el medio ambiente y crear una econom¨ªa m¨¢s estable. Lo mismo se puede decir de otros pa¨ªses de la zona tambi¨¦n en conflicto, como Yemen, Libia e Irak.
Sin embargo, a pesar de estas crisis, las pol¨ªticas de los pa¨ªses m¨¢s poderosos del mundo est¨¢n gobernadas por la inercia. Las recientes conversaciones del G-7 y la reuni¨®n del G-20 de principios de julio brindan la oportunidad de concretar acciones para hacer frente a los desplazamientos relacionados con el cambio clim¨¢tico y desarrollar unas normas internacionales de protecci¨®n.
Reconocer a los refugiados clim¨¢ticos
Las cat¨¢strofes clim¨¢ticas que suceden paulatinamente dificultan a¨²n m¨¢s la reintegraci¨®n de los desplazados
Cuando los refugiados del clima cruzan las fronteras nacionales, la legislaci¨®n internacional los abandona a su suerte, ya que la Convenci¨®n de Naciones Unidas sobre los Refugiados de 1951 no incluye la protecci¨®n en caso de desplazamiento por causas clim¨¢ticas. No obstante, el Acuerdo de Par¨ªs sobre el clima exige que se constituya un grupo de trabajo que "desarrolle recomendaciones para que se adopten estrategias integradas que eviten, reduzcan al m¨ªnimo y den soluci¨®n al desplazamiento relacionado con las consecuencias adversas del cambio clim¨¢tico". Sin embargo, no resuelve la falta de estatus legal o de directivas claras para las personas desplazadas por fen¨®menos relacionados con el clima.
A la larga, los efectos del campo clim¨¢tico repercutir¨¢n sobre todos nosotros. Aun as¨ª, los l¨ªderes que debaten estos temas no se han hecho responsables, ya sea financieramente o por otros medios, del da?o ambiental que han causado sus pa¨ªses. La retirada de Estados Unidos del Acuerdo de Par¨ªs pondr¨¢ en grave peligro los esfuerzos por contener el aumento de las temperaturas en el planeta, causa principal de los efectos dr¨¢sticos del cambio clim¨¢tico y de los consiguientes desplazamientos a escala mundial. Estados Unidos ?que es responsable de las mayores emisiones de gases de efecto invernadero tanto por habitante como acumulativas?, as¨ª como otros pa¨ªses desarrollados, deben elaborar planes de emergencia a escala mundial con el fin de reforzar los sistemas locales de apoyo a los refugiados del clima.
El proceso debe empezar por la adopci¨®n de consensos ratificados internacionalmente que reconozcan a los refugiados del clima y ampl¨ªen las convenciones con el fin de dar un mejor apoyo a los desplazados internos (IDP, por sus siglas en ingl¨¦s). Este reconocimiento oficial deber¨ªa estar respaldado por unos mecanismos de protecci¨®n ?servicios de socorro en caso de emergencia y establecimiento de unas bases de apoyo para las comunidades migrantes? a escala regional, nacional y local.
Capacidad de respuesta ante el desastre
Con independencia del ritmo de la acci¨®n pol¨ªtica, hay que proteger a las poblaciones m¨¢s afectadas por el cambio clim¨¢tico para que puedan hacerle frente. Muchas de estas comunidades son resilientes por naturaleza y cuentan con mecanismos de respuesta s¨®lidamente establecidos. Los pastores somal¨ªes, por ejemplo, poseen desde hace mucho tiempo t¨¦cnicas de adaptaci¨®n al entorno hostil en el que cr¨ªan sus reba?os. El nomadismo permite a los pastores tener flexibilidad para trasladarse a nuevas fuentes de agua, elegir entre una variedad de especies animales y dividir sus reba?os en funci¨®n de las necesidades. Las comunidades mantienen estrechos v¨ªnculos sociales que las ayudan a sobrevivir a las estaciones dif¨ªciles.
Pero la intensidad y la frecuencia de los desastres clim¨¢ticos, unida a la reestructuraci¨®n de la propiedad de la tierra ?con la menor accesibilidad a los pastos y el pastoreo excesivo consiguientes? est¨¢n desgastando estas estrategias de respuesta tradicionales. ?Cu¨¢l es la mejor manera de ayudar a estas comunidades? No hay respuestas sencillas. El impacto potencial de la sequ¨ªa y las inundaciones en las diferentes comunidades de la regi¨®n var¨ªa dependiendo de su forma de subsistencia, de su entorno y de los mecanismos de adaptaci¨®n preexistentes. Debemos escuchar a cada comunidad y entender lo que quiere y lo que necesita.
Las organizaciones humanitarias tienen que dejar de reproducir unos esquemas verticales basados en expectativas preconcebidas sobre c¨®mo se construye la resiliencia. Prestar apoyo a nuevas formas de respuesta exigir¨¢ dedicaci¨®n e inversiones a largo plazo por parte de estos organismos, as¨ª como de Naciones Unidas, los Gobiernos y las comunidades afectadas. La resiliencia no se puede desarrollar de la noche a la ma?ana.
Mientras tanto, en Somalia la sequ¨ªa se agrava poco a poco. Los somal¨ªes ven c¨®mo desaparecen los modos de vida aut¨®ctonos debido al impacto del cambio clim¨¢tico. Ellos no pueden permitirse el lujo de esperar.
Este texto fue publicado originalmente en ingl¨¦s en la p¨¢gina web de Newsdeeply en este enlace.
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