Subir los salarios
El ajuste salarial, eficaz hasta hoy, tiene que dar paso a un aumento de rentas
La elevada tasa de crecimiento en el segundo trimestre del a?o, a un ritmo del 3,1% anual, y las excelentes estad¨ªsticas de la encuesta de poblaci¨®n activa, EPA (el paro ha bajado de los cuatro millones tras una ca¨ªda notable en el segundo trimestre en 340.700 personas) han disparado el optimismo del Gobierno y han confirmado que la econom¨ªa recupera los niveles de crecimiento previos a la crisis. La evoluci¨®n sigue una trayectoria firme ¡ªcrecimientos superiores al 3%¡ª y la recesi¨®n ha sido superada (aunque con casi 2 millones de empleos menos que en los a?os previos a la crisis), gracias a una ganancia intensa de productividad y al crecimiento espectacular de una modalidad del empleo que se caracteriza por salarios bajos y precariedad. El motor de este crecimiento es el turismo.
No hay pues milagro, ni factores ocultos ni una gesti¨®n pol¨ªtica por encima de la media. La macroeconom¨ªa nos dice que la recesi¨®n est¨¢ superada y sugiere que la econom¨ªa, en fase de recuperaci¨®n, mantendr¨¢ la tendencia a los salarios bajos y a los empleos precarios. La producci¨®n puede hacerse con dos millones de trabajadores menos que en 2008.
Editoriales anteriores
Pero a la satisfactoria evoluci¨®n de la macroeconom¨ªa hay que a?adir un factor m¨¢s realista: la renta disponible, que mide aproximadamente el bienestar de los espa?oles, no recuperar¨¢ los niveles previos a la crisis hasta la pr¨®xima d¨¦cada. Hay una desigualdad evidente en la salida de la recesi¨®n; no todos la han dejado atr¨¢s con la misma intensidad ni con igual rapidez.
Un bienestar econ¨®mico m¨¢s equilibrado exige una pol¨ªtica econ¨®mica cuyo objetivo sea la recuperaci¨®n de las rentas salariales. El modelo de ajuste aplicado hasta hoy, basado en recortes de empleo o de salarios, est¨¢ agotado. Es una evidencia en la que coinciden casi todas las instituciones econ¨®micas (empezando por el Banco de Espa?a). La econom¨ªa necesita otra pol¨ªtica de rentas, que impulse un crecimiento sostenido de los salarios y acabe con la p¨¦rdida intensa de poder adquisitivo de los asalariados.
Las cautelas que haya que imponer a ese crecimiento salarial son discutibles y negociables, desde admitirlo en los mercados o sectores que hayan recuperado los beneficios hasta relacionarlos en algunos casos con la productividad y otros con el IPC, all¨¢ donde la situaci¨®n lo permita; pero no hay duda de que los salarios deben subir. Su participaci¨®n en el PIB tiene que aumentar, por razones de estabilidad social y financiera: protecci¨®n al desempleo, pensiones y salud fiscal.
La ruptura de la negociaci¨®n entre empresarios y sindicatos es una mala noticia, incluso aunque la ruptura obedezca a motivos exclusivamente t¨¢cticos. El mercado de trabajo necesita ya un pacto para el nuevo rumbo en el que est¨¦ garantizada una recuperaci¨®n de las retribuciones y el mantenimiento del poder adquisitivo. No deber¨ªa ser un pacto dif¨ªcil si se tiene en cuenta que la inflaci¨®n est¨¢ en niveles muy moderados. Por cierto, no es del todo exacto que el Gobierno no tenga nada que decir en las conversaciones sobre un pacto salarial. Aunque no intervenga en ellas, tiene muchos recursos para favorecerlas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.