Terrazas
Agosto no tiene la culpa si no podemos dormir tranquilos. No es el calor ni la resaca, es la mala conciencia de todo un pa¨ªs encarnada en sus l¨ªderes
Despu¨¦s del testimonio de Rajoy durante una de las ramificaciones de la trama Correa, refulge a¨²n m¨¢s su capacidad para salir de los atolladeros m¨¢s complicados. Tanto es as¨ª que en los d¨ªas siguientes corri¨® a convocar una rueda de prensa donde participaba a los espa?oles de la buena marcha de la econom¨ªa nacional. En lo que vino a ser el mensaje para recordar durante el mes de agosto, las cifras del paro se alzaron como la buena noticia de todas las buenas noticias. El detalle menor de que el ¨²ltimo arre¨®n de creaci¨®n de empleo se basara nada menos que en un 50% ¨²nicamente en el sector hostelero no agu¨® la fiesta. Rumbo hacia una ciudadan¨ªa plena de camareros, daban ganas de ponerle al presidente una copa en su terraza mental. Pero si resulta cierto que Espa?a endereza su econom¨ªa bien mereciera oscurecer con ese sol tantas y tantas sombras.
La principal de todas tiene que ver con la propia declaraci¨®n de Rajoy como testigo. En su tan comentado estrado, entre concursante de tele y alguacil de juicio norteamericano, declar¨® alto y claro que jam¨¢s ha cobrado sobresueldos de la contabilidad extracontable de su partido y que las anotaciones de B¨¢rcenas son falsas. Esta es una l¨ªnea de defensa m¨¢s que un testimonio, pero conviene no pasar por ella de puntillas. Porque en su d¨ªa el propio partido present¨® una querella contra el peri¨®dico que public¨® los papeles de B¨¢rcenas, pero la retir¨® cuando el tesorero corrobor¨® que las anotaciones eran todas reales, los peritos lo reafirmaron y quien filtr¨® las fotocopias lo corrobor¨®. Esto nos conduce a un desconcierto absoluto y por m¨¢s que anhelamos la estabilidad pol¨ªtica, es imposible alcanzarla con una rueda de molino tan brutal pendiente de ser ingerida.
?Qu¨¦ va a ser de nosotros cuando termine agosto? Tenemos tantas p¨¢ginas que pasar que a ratos nos sucede como a esos ansiosos lectores que nada m¨¢s comprarse un libro ya se est¨¢n leyendo el final para ver c¨®mo acaba. Pero hay que ir por orden. Nos encantar¨ªa terminar de una vez con estas pesadillas, y otras ya eternizadas, calcificadas en el d¨ªa a d¨ªa del pa¨ªs. Pero no hay manera. Porque nos hacen trampas, porque no nos dicen la verdad, porque les puede la prisa por tapar el agujero antes de mirar lo que hay dentro y porque demasiados se ocupan tan solo de preservar su taburete de poder. Agosto no tiene la culpa si no podemos dormir tranquilos. No es el calor ni la resaca, es la mala conciencia de todo un pa¨ªs encarnada en sus l¨ªderes.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.