Un resistente, un defensor de la ley
La fulminante destituci¨®n/dimisi¨®n de Battle preanuncia el pozo al que se abisma el 'proc¨¦s'
Le marcaron a hierro en noviembre, cuando por orden de la justicia envi¨® a los Mossos a detener a la alcaldesa de Berga, Montse Ventur¨®s, delincuente electoral que se neg¨® dos veces a comparecer ante el juez.
Le desahuciaron los radicales en febrero, cuando dijo a Llu¨ªs Falg¨¤s (TVE) que tambi¨¦n arrestar¨ªa a la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, si lo ordenaba la justicia: los Mossos "hemos de cumplir la legalidad vigente; la polic¨ªa debe hacer esto, no puede hacer otra cosa".
Albert Batlle es un tipo de una pieza, aunque discreto. Su fulminante destituci¨®n/dimisi¨®n preanuncia el pozo al que se abisma el proc¨¦s. Veamos:
El Gobierno de la Generalitat planea provocar dramas de orden p¨²blico en torno al 1 de octubre. Artur Mas postula, en privado, realizar ocupaciones masivas de edificios estrat¨¦gicos. Para ello se requiere el apoyo o al menos la inhibici¨®n de los Mossos.
Con Batlle eso no ocurrir¨ªa: como polic¨ªas judiciales y servidores del orden estar¨ªan al servicio de la legalidad democr¨¢tica, a imagen de la Guardia Civil que defendi¨® en Barcelona la Rep¨²blica frente al golpe del 18 de julio de 1936. El Gobierno central confiaba en no recurrir ni al art¨ªculo 155 (intervenir la autonom¨ªa) ni revertir el 150 (por el que se ampli¨® la transferencia policial al Govern). Bastar¨ªan los Mossos.
Ahora, su conseller, Joaquim Forn, es un talib¨¢n curtido en los des¨®rdenes pujolistas contra los Juegos Ol¨ªmpicos de 1992: la pitada al Rey, la anticatalana campa?a Freedom for Catalonia . Azuzar¨¢ su intervenci¨®n ilegal, sediciosa incluso, si conviene. Solo pueden contrarrestarlo los sindicatos, que se manifiestan a favor del orden.
El borr¨®n a Batlle simboliza tambi¨¦n una acerada pugna. De un lado, el catalanismo cosmopolita: estuvo involucrado en los JJ OO con Narc¨ªs Serra, Pasqual Maragall y Enric Tru?¨®, y sucedi¨® a este en 1995 como concejal de Deportes. De otro, la endogamia: el c¨ªrculo corrupto y confeso del joven pol¨ªtico Pujol Ferrusola, encabezado por el convicto y corrupto secretario Llu¨ªs Prenafeta, organizador en 1992 del boicoteo a esa operaci¨®n clave para el lanzamiento internacional de Barcelona, y Catalu?a: de las que m¨¢s en la era contempor¨¢nea.
La cosa viene de lejos. Batlle viene de lejos. Joven socialista, dirigi¨® las prisiones con el tripartito y ha colaborado con unconseller nacionalista pero liberal (amante de la libertad), Jordi Jan¨¦. Es cat¨®lico, monta?ista, maratoniano, fue miny¨® escolta (boy scout), se encarama a las monta?as del Pirineo leridano.
En los albores de los a?os setenta, milit¨® en la resistencia democr¨¢tica, Facultad de Derecho. En las quintas de Josep Maria Bernat y Llu¨ªs Humet, Ramon Vagu¨¦ y Luisa Molina, Jordi Domingo y Dolors Alegre, Manolo Ballb¨¦ y Marta Gir¨®, Carles G¨¢llego y Albert Muix¨ª, ?lvar Font y Carlos Gonz¨¢lez, Carmen Canut y Emilio Perucho, Joan Botella y Joaqu¨ªn Mar¨ªa Molins, Xavier Arb¨®s y les trempolines ... ?tantos! Era la era de las duras, y el separatismo no comparec¨ªa. Solo hab¨ªa una excepci¨®n, Ramon Felip¨®. Y no le han dado ni la Creu de Sant Jordi.
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