Alexandre Mars, revolucionario por una buena causa
ALEXANDRE MARS siempre tuvo claro que para cambiar realmente el mundo hace falta tener mucho dinero. ¡°Sin eso y sin buenos contactos no haces nada¡±. Por eso mismo, desde que a los 17 a?os fund¨® su primera empresa ¡ªcon la que promocionaba conciertos en los liceos de Par¨ªs¡ª, su meta fue amasar una gran fortuna. Y lo ha conseguido. A sus 41 a?os, este franc¨¦s es un exitoso hombre de negocios, que ya en 2015 figuraba en la exclusiva lista de fil¨¢ntropos m¨¢s importantes del mundo menores de 40 a?os del peri¨®dico The New York Observer. Su fulgurante carrera se debe a la creaci¨®n de cuatro compa?¨ªas relacionadas con la publicidad online y la telefon¨ªa m¨®vil que le han reportado importantes beneficios. Sobre todo, despu¨¦s de vender dos de ellas (ScrOOn y Phonevalley) a firmas tan relevantes como Blackberry y la agencia de marketing digital Publicis. Despojado de casi todas sus obligaciones empresariales, Mars comenz¨® su aventura solidaria. Hace tres a?os creaba Epic Foundation, una organizaci¨®n sin ¨¢nimo de lucro que capta fondos para sacar de la pobreza a ni?os y j¨®venes de todo el mundo. El hombre de negocios pretende ahora ¡°revolucionar la filantrop¨ªa¡± aplicando las claves de su ¨¦xito en el sector digital. ¡°Nuestra misi¨®n es conectar a gente joven que tiene recursos, nuevos inversores y compa?¨ªas con el universo de las donaciones¡±, cuenta entusiasmado desde un pub de la ribera del Tajo a su paso por Lisboa. Mars viaj¨® desde Nueva York, donde reside, hasta la capital portuguesa para participar en la ¨²ltima edici¨®n del Web Summit, la conferencia internacional sobre nuevas tecnolog¨ªas.
El tel¨¦fono m¨®vil es uno de los mejores aliados de su fundaci¨®n. ¡°Los millennials est¨¢n siempre pendientes del smartphone y quieren ver resultados inmediatos¡±. El en¨¦rgico Mars saca las gafas de realidad virtual que guarda en su mochila para mostrar un v¨ªdeo que grab¨® en India. ¡°Gracias a este tipo de material nuestros donantes pueden ver, sentir c¨®mo sufre la gente en las calles de Nueva Delhi. As¨ª sabr¨¢n en qu¨¦ proyectos est¨¢n colaborando¡±, explica Mars, conocido ya como el Bill Gates franc¨¦s.
¡°Mucha gente no da m¨¢s dinero porque no conf¨ªa lo suficiente en las instituciones, no tienen tiempo o les falta m¨¢s conocimiento sobre d¨®nde va a parar su aportaci¨®n¡±, sostiene. Epic Foundation, con seis sedes repartidas en Estados Unidos, Europa y el sureste asi¨¢tico, hace de intermediario entre el donante y una treintena de organizaciones solidarias. Tienen proyectos en 11 pa¨ªses, centrados en la salud, educaci¨®n y protecci¨®n de los j¨®venes. La instituci¨®n asegura que el 100% del dinero recaudado se destina a estas entidades. El sueldo del equipo (son unos 30 empleados) y los dem¨¢s gastos corren a cargo de monsieur Mars. El emprendedor puso dos millones de d¨®lares de su bolsillo para abrir la fundaci¨®n. Ahora invierte en grandes compa?¨ªas tecnol¨®gicas a trav¨¦s de Blisce, su ¨²ltima empresa. Todo esto le permite seguir llevando la vida de un exitoso y encantador parisiense que reside en Brooklyn y trabaja en Manhattan, desde donde intenta cambiar el mundo.
Procedente de una acomodada familia francesa, confiesa que fue su madre quien le ense?¨® el valor del altruismo. ?l hace lo mismo con sus tres hijos de 13, 11 y 6 a?os. Su esposa y ¨¦l decidieron viajar durante medio a?o con toda la familia por pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo para ¡°explorar sobre el terreno la situaci¨®n de los m¨¢s vulnerables¡± y conocer el verdadero impacto de las ONG. Ahora le encanta contar que hace unos meses a su hija peque?a se le cay¨® el primer diente. Al d¨ªa siguiente, encontr¨® dos d¨®lares bajo su almohada. Entonces le dijo: ¡°Pap¨¢, el dinero se lo damos a los ni?os de Epic Foundation¡±. Parece que la gran inversi¨®n de Mars est¨¢ dando los mejores resultados.
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