Supervivientes
Un campo de refugiados es el escenario que m¨¢s se acerca al esp¨ªritu puro de la supervivencia precaria y robinsona
En las televisiones se ofrecen programas-realidad donde los integrantes de un grupo de concursantes se vuelven robinsones en islas paradisiacas y remotas. Esa visi¨®n rom¨¢ntica del superviviente no est¨¢ acorde con nuestros tiempos. Los concursantes, casi siempre urbanitas, pescan en el mar, buscan cocos, hacen fuego y realizan grotescos juegos eliminatorios. Me pregunto si los guionistas y productores no se han dado cuenta de las posibilidades de un programa aut¨¦ntico, en el que la supervivencia se celebre cada instante. ?Se han planteado mandar a los concursantes a un campo de refugiados durante varios meses? Vivir el d¨ªa a d¨ªa, por ejemplo, con esos miles de personas abandonadas a su suerte que deambulan por las fronteras de Europa. Dormir en tiendas de campa?a precarias, pasar el d¨ªa esperando a que lleguen los miembros de alguna ONG con algo de esperanza y apoyo, o las noticias tristes de aquellos pa¨ªses que tantos han tenido que abandonar con urgencia. Administrarse los escas¨ªsimos recursos y desesperarse junto a los que lo han perdido todo. Nuestros concursantes podr¨ªan regresar a Espa?a en cualquier momento, solo ser¨ªan simulacros temporales que emular¨ªan la vida de esos infelices.
?No les parece que a la audiencia le entretendr¨ªa much¨ªsimo ver a concursantes VIP como refugiados a la deriva en un programa de supervivencia que se emitiera las 24 horas? Dicen que esos concursos-realidad son experimentos sociol¨®gicos que hacen reflexionar a los telespectadores. En estos tiempos, hay que destacar que un campo de refugiados es el escenario que m¨¢s se acerca al esp¨ªritu puro de la supervivencia precaria y robinsona.
Un equipo de grabaci¨®n filmar¨ªa a todas horas a nuestros concursantes: en la cola del agua potable, buscando le?a, cocinando mejunjes de no se sabe bien qu¨¦ o pasando las horas sin poder hacer absolutamente nada. Sin agua corriente, sin posibilidad de ducharse o asearse, a no ser que caiga un buen chaparr¨®n. Deber¨ªan aprovechar el agua de lluvia si no les inunda sus tiendas de campa?a y lo embarra todo. Los juegos eliminatorios tal vez pudieran tener un sentido solidario y algunos d¨ªas podr¨ªan ayudar a los voluntarios a construir letrinas y barracones m¨¦dicos, o dar clases de espa?ol a los refugiados, pues quiz¨¢s algunas de esas pobres gentes, que son millones, que malviven en todos esos campos de refugiados por todo el mundo, tengan una segunda oportunidad en uno de los pa¨ªses donde se habla espa?ol. Tengo verdadera curiosidad por conocer el d¨ªa a d¨ªa de los que habitan sin nada en tierra de nadie.
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