En Jaipur a¨²n existe un maharaj¨¢ y se codea con los herederos de la corona brit¨¢nica
Sawai Padmanabh Singh, ¡®Pacho¡¯, tiene 19 a?os y es uno de los grandes jugadores de polo del mundo
Ni los maharaj¨¢s ni el polo son t¨¦rminos muy comunes para un occidental, salvo honrosas y brit¨¢nicas excepciones. El primero suele remitir a los relatos de Las mil y una noches, con poderosos reyes rodeados de riquezas y concubinas. El segundo se relaciona a un deporte con se?ores a caballo que portan un mazo con el que intentan, desde esas alturas, colar una pelota en la porter¨ªa del contrario. Algo que nos retrotrae a las colonias o a encuentros de altos vuelos en la campi?a inglesa o en la urbanizaci¨®n gaditana de Sotogrande.
En este retrato de trazo grueso lo que no muchos conocen es que sigue existiendo un maharaj¨¢ de Jaipur y que tiene 19 a?os. Se llama Sawai Padmanabh Singh, Pacho de Jaipur para su gente de confianza, y desde los 12 a?os, cuando fue coronado en el palacio de la Ciudad Rosa de la capital del estado indio de Rajast¨¢n, es el heredero de un t¨ªtulo centenario y de una fortuna que se calcula en m¨¢s de 550 millones de euros. En la ceremonia de su coronaci¨®n hubo pompa, fastos, turbantes y espadas con incrustaciones de metales y piedras preciosas pero Pacho no tiene poder real. La autoridad de los maharaj¨¢s, que en otro tiempo gobernaron sobre la vida y la muerte de sus s¨²bditos, desapareci¨® en 1971 cuando Indira Gandhi aboli¨® sus privilegios y el derecho a utilizar sus t¨ªtulos. Sin embargo muchos de ellos contin¨²an ejerciendo fascinaci¨®n entre los ciudadanos locales. Sus riquezas heredadas y la explotaci¨®n de los bienes que conservan ¡ª-algunos de sus palacios, por ejemplo, siguen albergando sus residencias privadas pero tambi¨¦n son explotados como atracci¨®n tur¨ªstica¡ª hacen que todav¨ªa sean figuras importantes por sus relaciones con los pol¨ªticos locales, con hombres poderosos de todo el mundo y por su poder econ¨®mico. Aunque en una urbe de tres millones de habitantes con todo por hacer desde el punto de vista social, el pueblo no se sienta excesivamente identificado con ellos ni con sus exc¨¦ntricos derroches de anta?o.
Pacho re¨²ne en su corta historia componentes de cuento. Es nieto del ¨²ltimo maharaj¨¢ de Jaipur con autoridad reconocida, Bhawani Singh que falleci¨® en 2011 a los 70 a?os. Diya Kumari, su ¨²nica hija, y madre de Pacho, se cas¨® con un empleado de la familia real, lo que caus¨® todo tipo de recelos familiares y sociales. Finalmente el abuelo, conocido con el sobrenombre de Bubbles (Burbujas) por la cantidad de champ¨¢n que se derroch¨® para celebrar su nacimiento y por su car¨¢cter chispeante, termin¨® por adoptarle en 2003, para poder convertirle en su heredero.
De momento el joven maharaj¨¢ sigue la tradici¨®n familiar y es un experto jugador de polo. Forma parte de la selecci¨®n de su pa¨ªs y se codea con jugadores como Guillermo de Inglaterra y su hermano Enrique, con quienes ha coincidido en el campo de juego. Pero su relaci¨®n con la corona brit¨¢nica tiene lazos m¨¢s fuertes, ya que el pr¨ªncipe de Gales, Carlos de Inglaterra, es su padrino. En un reportaje aparecido a finales de julio en la revista Hola, Pacho dice al respecto: "Le visito cada verano en su casa de Highgrove. El pr¨ªncipe se interesa por la situaci¨®n pol¨ªtica de nuestro pa¨ªs y suele hacer preguntas. Todos mis cumplea?os me manda regalos: acuarelas pintadas por ¨¦l, chocolate de Highgrove y un libro que me recomend¨®".
Educado en el Mayo College de la India, que se publicita en su p¨¢gina web como uno de los internados m¨¢s conocidos del mundo, y en la escuela Millfield de Somerset, un exclusivo colegio privado ingl¨¦s, Singh est¨¢ disfrutando de un a?o sab¨¢tico dedicado por entero a su pasi¨®n: el polo. Tambi¨¦n ha manifestado su inter¨¦s por la Historia y que estudiar¨¢ Ciencias Pol¨ªticas en la Universidad de Nueva York, donde ya cursa carrera su hermana, Gauravi.
Afirma estar preocupado por la educaci¨®n y que quiere utilizar el deporte para ayudar a los m¨¢s desfavorecidos de su pa¨ªs. Pero por ahora, va adonde le lleva el polo, como ha manifestado ¨¦l mismo no ha tenido tiempo de leer el libro que le recomend¨® el pr¨ªncipe Carlos, y su vida es tan rosa como la ciudad en la que se encuentra su palacio. Un color que en la zona se relaciona con la buena suerte, aunque ¨¦sta sea m¨¢s generosa con unos que con otros.
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