Cors¨¦ y cicatriz
Las mujeres solo queremos justicia, igualdad y equidad, ante la ley y ante los que marcan salarios
Hay palabras que nunca se deber¨ªan traducir: ¡°Empowering¡±, o sea, ¡°empoderamiento¡±, es una de ellas. Cada vez que la escucho o la leo, no puedo evitar un involuntario estremecimiento de repulsi¨®n. Suena rematadamente mal. Suena como si a una manada de ocas con cabezas de mujer se les ¡ªnos¡ª suministrara, a trav¨¦s de un embudo, una mescolanza de consignas de autoayuda, fanfarria y falsedad. Uno de los grandes misterios del ¨¦xito de la pel¨ªcula Wonder Woman es la unanimidad con que se le ha calificado de obra maestra ¡°empoderante¡±. Conste que me parece una pel¨ªcula esplendorosamente dirigida y producida, y es estupendo que haya obtenido ese dineral en la taquilla y que por fin una pel¨ªcula dirigida por una mujer, Patty Jenkins (la directora de Monster), le pase la mano por delante a los blockbusters?del insufrible Zack Snyder.
Otros art¨ªculos de la autora
Ojal¨¢ estas cifras de recaudaci¨®n allanen el camino para que otras mujeres dirijan pel¨ªculas con presupuestos millonarios, aunque pondr¨ªa la mano en el fuego a que solo allanar¨¢n el camino para producir m¨¢s de lo mismo. Pero si hay que sacar conclusiones de este ¨¦xito, estamos donde est¨¢bamos. Una superhero¨ªna que vive en lo que parece un campamento de verano para mujeres megaempoderadas (salido directamente de un cap¨ªtulo de la genial y llorada Futurama), poseedora de un cuerpo perfecto, con un cors¨¦ salido de un escaparate de L¡¯agent Provocateur (aunque a la hora de saltar a las trincheras debe resultar sumamente inc¨®modo), lista, buena, inocente y con un desconocimiento abismal de la historia contempor¨¢nea, decide parar la I Guerra Mundial porque se apiada (y enamora) de un esp¨ªa aliado: un puro disparate que resulta veros¨ªmil y entretenido en las p¨¢ginas de un c¨®mic pero que en la pantalla deviene cansino, aunque ahora el superh¨¦roe se sonroje al recibir cumplidos, califique de esclavas a las secretarias y presumiblemente tenga s¨ªndrome premenstrual.
Si el efecto que se quiere conseguir es que las ni?as del mundo se sientan fortalecidas al ver a una mujer de rostro sin poros, que salta, grita, distribuye mamporros, destruye tanques, se convierte en flecha, l¨¢tigo y pesadilla de malos estereotipados, seguramente se ha conseguido, al menos durante el tiempo que dura la digesti¨®n del barril de palomitas. ?Y qu¨¦ pasa despu¨¦s? ?Cuando la ni?a, a la que le han regalado la Barbie wonder woman, crece y llega a la universidad y es la primera de su clase pero en el mercado laboral, antes que a ella, contratan a un hombre con la mitad de sus calificaciones? ?Qu¨¦ pasa cuando desde que tienes uso de raz¨®n te bombardean con im¨¢genes de una perfecci¨®n que solo se consigue gracias al misericordioso Photoshop y a la cirug¨ªa est¨¦tica que t¨² te empe?as, porque te han criado para ser tu peor enemiga, en creer real? ?Qu¨¦ pasa cuando te tienes que pasar la mitad de tu vida explic¨¢ndote, justific¨¢ndote y disculp¨¢ndote por haber nacido con ovarios?
Si de verdad queremos un mundo m¨¢s humano y menos raro, dej¨¦monos de empoderamientos y boludeces
Si de verdad queremos un mundo m¨¢s humano y menos raro, dej¨¦monos de empoderamientos y boludeces y cont¨¦mosles a las ni?as y a las mujeres que no se hayan enterado que las mujeres maravilla del mundo no tienen superpoderes ni cors¨¦s ni muslos de ensue?o. Tienen estr¨ªas, ojeras, arrugas, lorzas. Limpian la mierda que dejamos en las habitaciones de hotel, investigan como pueden en los laboratorios, transportan barriles de agua durante kil¨®metros, son vendidas por sus familias, son asesinadas por sus parejas, curan, cuidan, miman, piensan, escriben, sufren, se emborrachan, cometen errores, son ninguneadas en absurdos informes seudocient¨ªficos, meten la pata, lloran, bromean, se comportan a veces como hombres, a veces como ni?as de siete a?os guillotinando a sus barbies wonder woman.
Son tontas, listas, divertidas, aburridas, solemnes, mezquinas, generosas, hilarantes.
Son profundamente imperfectas.
Solo quieren ¡ªqueremos¡ª justicia, respeto, igualdad y equidad, ante la ley y ante los que marcan los sueldos. Un lugar en la mesa del poder y las decisiones. Y, si puede ser, ya, ayer mismo.
El mejor momento de Wonder Woman es cuando al personaje de Doctor Poison, encarnada con br¨ªo por Elena Anaya, se le cae la m¨¢scara, y vemos la cicatriz que le cruza el rostro. Esa cicatriz es m¨¢s maravillosa y empoderante o lo que sea que todos los cors¨¦s del mundo.
Isabel Coixet es directora de cine.
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