Los ni?os de Juana y el iceberg
NO S? QU? habr¨¢ pasado con el caso de Juana Rivas para cuando salga este art¨ªculo (ya saben que tarda quince d¨ªas en imprimirse). Juana es esa mujer espa?ola que huy¨® con sus ni?os, de 3 y 11 a?os, para no tener que entregarlos a su exmarido, un italiano que se los iba a llevar a su pa¨ªs. Que conste que defiendo el derecho de paternidad de los hombres, y que para m¨ª la relaci¨®n que tienen con sus hijos es tan importante como la de las mujeres. Pero es que ese tipo tiene una sentencia firme por maltratar a Juana. S¨¦ que este caso es tremendamente pol¨¦mico y que los abogados se est¨¢n tirando los trastos, es decir, las versiones, a la cabeza. Pero, insisto, ¨¦l tiene una sentencia por maltrato. ?Fue injusta? Puede, pero tambi¨¦n es cierto que todos los culpables (de este y de otros delitos) suelen declararse inocentes. En cualquier caso, creo que en situaciones as¨ª hay que extremar la prudencia, y no ya por los derechos de la mujer o del hombre, sino por los peque?os. Son esos ni?os quienes deben ser defendidos por la ley ante el menor indicio de sospecha. Y me parece evidente que un maltratador (sea hombre o mujer) debe ser alejado de sus hijos. Seg¨²n el Convenio de Estambul, el ni?o se considera v¨ªctima de la violencia de g¨¦nero con s¨®lo haber sido testigo de esa violencia, sin necesidad de padecerla en primera persona.
Sin embargo, un tribunal italiano le dio la patria potestad al padre y conden¨® a Juana por haberse fugado. Al parecer esta sentencia fue propiciada por la desidia de nuestro sistema judicial: he le¨ªdo que nunca se lleg¨® a enviar a los jueces italianos la condena por maltrato. En este pa¨ªs nos llenamos la boca hablando de la violencia de g¨¦nero, pero luego el sistema est¨¢ oxidado, las medidas preventivas no funcionan y terminan pasando cosas como ¨¦sta. En lo que va de a?o, seis ni?os han sido asesinados por sus padres varones a causa de la violencia de g¨¦nero. Y desde 2013 hasta ahora van contabilizados 22 asesinatos de este tipo, con los que los hombres intentaron herir a las mujeres en lo que m¨¢s les dol¨ªa. Eso es lo que Juana dice temer de su exmarido. Desde luego no resulta muy edificante incumplir una resoluci¨®n judicial y desaparecer con tus ni?os, pero, si las cosas son como la madre dice, yo hubiera hecho exactamente igual que ella.
La indefensi¨®n de los hijos de Juana no es m¨¢s que la punta de un atroz iceberg, el del maltrato de los ni?os en Espa?a, un horror cotidiano al que nadie parece prestar la menor atenci¨®n.
Ahora bien, la indefensi¨®n de los hijos de Juana no es m¨¢s que la punta de un atroz iceberg, el del maltrato de los ni?os en Espa?a, un horror cotidiano al que nadie parece prestar la menor atenci¨®n. En 2016, tras el asesinato en Almer¨ªa de un beb¨¦ de 45 d¨ªas por su padre, la prestigiosa ONG Save the Children calific¨® de ¡°intolerable¡± nuestro sistema de protecci¨®n infantil: no s¨®lo falla calamitosamente la prevenci¨®n, sino que la mayor¨ªa de los casos de violencia contra los menores no se denuncian, y no existe un sistema de recogida de datos. Es decir, ni siquiera sabemos lo que sufren nuestros ni?os.
Esta falta de datos revela la incomprensible indiferencia, la repugnante incuria de nuestra sociedad ante la atrocidad del maltrato infantil. Desde 2013, el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad est¨¢ registrando los ni?os asesinados por sus padres varones dentro de la violencia de g¨¦nero. Pero ?y todos los dem¨¢s? ?Y los asesinados por sus madres, por ejemplo? Que, por desgracia, hay bastantes, aunque son dif¨ªciles de rastrear, e incluso de googlear, porque, ya est¨¢ dicho, no se recogen. Al parecer, la mayor¨ªa de los infanticidios cometidos por las madres son poco despu¨¦s del parto (quiz¨¢ por presi¨®n social), pero hay otros casos exactamente iguales a los de la violencia de g¨¦nero, como esa mujer de 34 a?os que, el pasado mes de abril, ahorc¨® a su ni?a de 18 meses y luego se suicid¨® en Mallorca, porque su marido le hab¨ªa dicho que se iba a separar. El pobre hombre gritaba: ¡°?Has matado a mi ni?a, has matado a mi ni?a!¡±. Pues bien, ese crimen no ha entrado en ninguna estad¨ªstica.
No es la primera vez que escribo de esto. No entiendo qu¨¦ nos pasa, qu¨¦ podredumbre anida en nuestro coraz¨®n para que sigamos sin tomar medidas nacionales para proteger a los peque?os. Que quede claro: el maltrato de ni?os no es un ap¨¦ndice de la violencia de g¨¦nero, sino una tragedia monumental y mucho m¨¢s compleja, una causa en s¨ª misma que debemos combatir urgentemente. Eso aparte, y tal como hoy se ven las cosas en el momento en que redacto este art¨ªculo, #YoTambi¨¦nSoyJuana, desde luego.
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