¡®Cassini¡¯ prepara su gran final
La sonda pasar¨¢ hoy por ¨²ltima vez a la vista de Tit¨¢n. El encuentro es muy lejano pero suficiente para ponerla en trayectoria de impacto con Saturno
Lleva veinte a?os en el espacio y trece dando vueltas alrededor de Saturno. Ha transmitido miles de fotograf¨ªas no s¨®lo del planeta sino tambi¨¦n de su espectacular sistema de anillos y, sobre todo, de las docenas de peque?os mundos que giran a su alrededor, muchos de ellos, desconocidos hasta que aparecieron en alguna imagen. Pero ahora, est¨¢ condenada. El 15 de septiembre, la sonda Cassini se incinerar¨¢ en las capas superiores de la atm¨®sfera de Saturno. Es el final de una operaci¨®n que los propios t¨¦cnicos de la NASA ha bautizado, con ciertos tintes wagnerianos, ¡°el Gran Final¡±.
Los dep¨®sitos de combustible de la Cassini est¨¢n casi secos. No los necesita para desplazarse por el espacio (estas naves vuelan por pura inercia, a motor parado), sino para sus reactores de orientaci¨®n. De ellos depende su capacidad para orientarse y dirigir su trayectoria. Si se le permitiese seguir girando indefinidamente sin control alrededor de Saturno, podr¨ªa alg¨²n d¨ªa impactar por accidente con alg¨²n sat¨¦lite. La posibilidad es remot¨ªsima pero la NASA no quiere correr riesgos. Sobre todo cuando hay al menos dos ¨CEncelado y Tit¨¢n- que ofrecen ciertas posibilidades de albergar vida. Si Cassini se estrellase en alguno de ellos ¨Co incluso en cualquiera de los otros- podr¨ªa contaminarlos con sus propias bacterias terrestres que hayan sobrevivido al proceso de esterilizaci¨®n que sufri¨® antes de abandonar la Tierra.
El suicidio de Cassini ha sido un proceso largo, que empez¨® en abril, cuando pas¨® por las cercan¨ªas de Tit¨¢n. Ya hab¨ªa visitado ese sat¨¦lite en un centenar de ocasiones. La primera, aprovech¨® para desprender una c¨¢psula de aterrizaje que lleg¨® al suelo y consigui¨® transmitir datos e im¨¢genes de un paisaje eternamente oculto por las nubes. Luego, en pases sucesivos, la c¨¢mara infrarroja de la Cassini fue desvelando un mundo parecido a una Tierra primitiva con monta?as, ca?ones, r¨ªos y lagos, no de agua sino de metano l¨ªquido. Su geograf¨ªa ya est¨¢ tachonada de nombres de lugares fant¨¢sticos: el mar del Kraken, las dunas de Xanad¨², la llanura de Shangri-La, las colinas de Bilbo o Gandalf¡
Tit¨¢n fue desde el primer momento un objetivo prioritario. Pero tambi¨¦n un elemento vital en programar la trayectoria de la sonda. Cada vez que la Cassini pasaba por sus cercan¨ªas, la atracci¨®n del astro desviaba su trayectoria, de forma que pudiese dirigirse hacia otros objetivos, generalmente los otros sat¨¦lites del sistema. As¨ª, poco a poco y sin apenas gasto de combustible, pudieron estudiarse en detalle pr¨¢cticamente todos los miembros de la numerosa familia de Saturno.
En 1980, antes de la exploraci¨®n por sondas autom¨¢ticas, se conoc¨ªa s¨®lo una docena de sat¨¦lites de Saturno; hoy, son m¨¢s de sesenta. Por lo menos ocho de ellos se han descubierto en las im¨¢genes enviadas por la Cassini. Y su ¨¢lbum de fotos incluye vistas fascinantes de otros mundos. Desde Encelado, cubierto por un oc¨¦ano helado, que podr¨ªa ofrecer un ambiente tolerable para la vida, hasta Iapetus, la luna ying-yang, con una mitad blanca y otra, negra como el carb¨®n. Algunos, como el peque?o Mimas, muestran la cicatriz de un impacto de meteorito que casi lo destruy¨® en ¨¦pocas remotas. Otros, simples pedruscos de roca y hielo de agua que ni siquiera pudieron adoptar forma esf¨¦rica. Son tantos que para bautizarlos se han agotado los nombres de la mitolog¨ªa grecorromana y ha habido que acudir a tradiciones n¨®rdicas o incluso esquimales¡
Antes de la exploraci¨®n por sondas autom¨¢ticas, se conoc¨ªa s¨®lo una docena de sat¨¦lites de Saturno; hoy, son m¨¢s de sesenta
Los anillos de Saturno ¨Cla joya del Sistema Solar- forman una estructura de casi 300.000 kil¨®metros de di¨¢metro m¨¢ximo pero s¨®lo diez metros de espesor. En muchos puntos son transparentes. Los forman millones y millones de fragmentos sueltos que orbitan de forma independiente. La influencia gravitatoria de los sat¨¦lites de Saturno hace que se agrupen formando miles de anillos conc¨¦ntricos, como los surcos de un antiguo vinilo. Entre ellos se mueven otros peque?os sat¨¦lites, de unos pocos kil¨®metros de di¨¢metro, que unas veces deforman la estructura de los anillos y otra se encargan de mantenerlos agrupados. Un ballet incre¨ªble que s¨®lo ha sido posible conocer en detalle mediante las pel¨ªculas transmitidas, foto a foto, la Cassini..
Durante los ¨²ltimos meses, de resultas del ¨²ltimo empuj¨®n impartido por Tit¨¢n, la sonda ha abandonado sus confortables ¨®rbitas a gran altura para zambullirse pasando por el estrecho margen entre el planeta y los anillos. Esto le ha permitido obtener datos extraordinariamente detallados tanto de las nubes del primero como de la estructura fina de los anillos. En el momento de m¨¢xima aproximaci¨®n, vol¨® a menos de 4.000 kil¨®metros de las nubes m¨¢s altas, donde la presi¨®n atmosf¨¦rica ya es equivalente a la de la Tierra.
Cassini no ha logrado ayudarnos a saber cu¨¢nto dura un d¨ªa en Saturno
Esta es una zona que se cre¨ªa poblada de part¨ªculas de polvo o hielo. Cada vez que la Cassini pasaba por ah¨ª, maniobraba orientando su gran antena de tres metros de di¨¢metro como escudo para protegerse de impactos. S¨®lo en algunos momento, el detector de polvo c¨®smico asomaba brevemente para poder capturar alguna muestra.
Parad¨®jicamente, una inc¨®gnita que no ha podido resolverse en estos trece a?os es cu¨¢nto dura un d¨ªa en Saturno, entendiendo por d¨ªa lo que tarda en girar su n¨²cleo s¨®lido, oculto bajo miles de kil¨®metros de espesas nubes. La Cassini lo ha intentado observando la rotaci¨®n de su campo magn¨¦tico pero s¨®lo para detectar que su eje coincide, con asombrosa exactitud con el eje del planeta. As¨ª que por ahora no ha habido forma de medir algo tan b¨¢sico como la verdadera duraci¨®n del d¨ªa saturniano.
En sus cinco ¨²ltimas revoluciones (cada una durar¨¢ alrededor de una semana terrestre), la sonda entrar¨¢ brevemente en la atm¨®sfera superior. Ser¨¢ la primera vez que pueda realizarse un an¨¢lisis directo, en especial de su densidad, estudiando la p¨¦rdida de altura y velocidad a consecuencia del frenado. La operaci¨®n durar¨¢ pocos segundos para evitar da?os a la nave; y se emplear¨¢ parte del poco combustible que queda para volver a remontar a un nivel m¨¢s o menos seguro o compensar los bamboleos que puedan producirse.
Hoy, 11 de septiembre, la Cassini pasar¨¢ por ¨²ltima vez a la vista de Tit¨¢n. El encuentro es muy lejano pero suficiente para alterar por ¨²ltima vez la ¨®rbita y ponerla en trayectoria de impacto con Saturno. Los t¨¦cnicos de la NASA lo llaman ¡°el beso de despedida¡±. A partir de ah¨ª, el fin ya estar¨¢ muy cerca.
Los instrumentos de a bordo seguir¨¢n funcionando hasta el final, sobre todo los que analizar¨¢n datos como abundancia de ox¨ªgeno y amon¨ªaco. O las c¨¢maras de v¨ªdeo, que deber¨¢n tomar una in¨¦dita imagen de los anillos tal como se ven desde la capa de nubes. En todo caso, la sonda reservar¨¢ sus ¨²ltimos 60 segundos de combustible para mantener su antena apuntada hacia la Tierra mientras env¨ªa los ¨²ltimos paquetes de informaci¨®n. Instantes despu¨¦s, el rozamiento de la atm¨®sfera la incinerar¨¢, convirtiendo la Cassini en una estrella fugaz en el cielo de Saturno.
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