La ¡®princesa¡¯ de los Rolling Stones
Josephine Loewenstein, esposa del contable de los rockeros, retrata en su autobiograf¨ªa la vida alegre de la alta sociedad
La princesa Josephine Loewenstein nunca fue una groupie, pero ha compartido con los Rolling Stones la trastienda de numerosas giras, intimado con sus miembros (en el sentido m¨¢s casto de la palabra) y tambi¨¦n conocido al dedillo las jugosas finanzas de la banda. La relaci¨®n con los rockeros es una de las piezas del calidoscopio que conforma la reci¨¦n publicada autobiograf¨ªa de esta arist¨®crata, testigo en las ¨²ltimas d¨¦cadas de la vida alegre de la alta sociedad, de las escapadas caribe?as de la hermana menor de Isabel II, los festejos de los maharaj¨¢s de la India o los escarceos de playboydel magnate Gianni Agnelli.
Cumplidos los 86 a?os, esta brit¨¢nica que ingres¨® en el Gotha europeo tras su matrimonio con el pr¨ªncipe alem¨¢n Rupert Loewenstein ha abandonado su habitual discreci¨®n para trazar un retrato amable del antiguo mundillo de la jet set internacional.
Los Stones tienen un protagonismo especial en el libro Wind in My Hair: A Kaleidoscope of Memories (Dovecote Press) porque el marido de la princesa ¡ªfallecido en 2014¡ª fue el hombre que los hizo ricos. Loewenstein, seg¨²n explica su viuda, no hab¨ªa o¨ªdo nunca hablar de ellos hasta que un amigo com¨²n le pidi¨® que revisara las cuentas de la banda a finales de los a?os sesenta: el ¨¦xito apenas se traduc¨ªa en dinero. Despu¨¦s de romper los contratos de los Stones con su casa de discos y su agente, y de trasladar su residencia fiscal al sur de Francia para pagar menos impuestos, el pr¨ªncipe ejerci¨® como su contable durante 34 a?os.
Josephine describe a ¡°sus sat¨¢nicas majestades¡± como unos personajes entra?ables, en especial el guitarrista Keith Richards (¡°amable, encantador y brillante¡±), quiz¨¢ para contrarrestar el enfado de Mick Jagger cuando Rupert Loewenstein escribi¨® un libro sobre su carrera como asesor financiero de los Stones. ¡°Ser¨¦ un anticuado, pero no creo que tu excontable deba difundir en p¨²blico tus asuntos personales¡±, declar¨® el vocalista de los Stones a ra¨ªz de la publicaci¨®n de A Prince Among Stones, en 2013.
Gestor, psiquiatra y ni?era
La arist¨®crata reivindica al tiempo el trabajo de su marido, quien a pesar de su mote Rupie el Grupie era un aficionado a la m¨²sica cl¨¢sica y abstemio, forzado a su pesar a permanecer en pie hasta altas horas de la noche dado que Jagger y sus colegas dorm¨ªan de d¨ªa y llevaban una vida ¡°muy salvaje¡±. Rupert, en palabras de quien fue su esposa durante 57 a?os, encarn¨® para los Stones a ¡°una combinaci¨®n de gestor, psiquiatra y ni?era¡±, a base de reestructurar sus finanzas, lidiar con sus enormes egos y no menor temperamento. Ilustra, por ejemplo, esta ¨²ltima aseveraci¨®n con una escena en la que Richards esgrimi¨® amenazador un cuchillo porque alguien se hab¨ªa comido su pastel favorito de carne que siempre tomaba antes de salir al escenario en los conciertos.
Pero el matrimonio tambi¨¦n lo pas¨® en grande con sus vacaciones en la Costa Azul junto al matrimonio Agnelli ¡ª¡±aunque Gianni era el m¨¢s glamuroso de los playboy, creo que Mariella llevaba mal estar casada con un mujeriego¡±, ha dicho Loewenstein¡ª o las escapadas invernales a la isla de Mustique, un para¨ªso al que fue asidua la princesa Margarita antes y despu¨¦s de su divorcio de lord Snowdon. La hermana menor de la Reina de Inglaterra era ¡°muy dulce, inteligente y leal a sus amigos¡±, subraya, pero tambi¨¦n ten¨ªa ¡°un car¨¢cter muy dif¨ªcil¡±. ¡°Le gustaban mucho las fiestas y estar siempre rodeada de gente¡±, a?ade Josephine sobre esa princesa que se aburr¨ªa con facilidad y por eso exig¨ªa al personal que la entretuviera constantemente. El matrimonio Loewenstein tambi¨¦n acompa?¨® a Margarita en un viaje privado a Alemania: ¡°Se llevaba muy bien con mi marido con quien compart¨ªa el inter¨¦s por la historia y la religi¨®n, adem¨¢s de la sangre alemana¡±, ha explicado la autora en entrevistas con la revista Tatler y el tabloide Daily Mail.
Mick Jagger y las drogas
En esta ¨²ltima confirma su estrecha amistad con la modelo y actriz texana Jerry Hall, la segunda mujer de Mick Jagger, con la que comparte vecindario en el opulento barrio de Richmond, al sudoeste de Londres. Josephine atribuye a Hall ¡ªhoy casada con el empresario Rupert Murdoch¡ª la despedida de Jagger de las drogas: ¡°Creo que le dijo que acabar¨ªan empeorando su aspecto f¨ªsico, y que eso bast¨®¡±.
El propio relato de la vida de Josephine Loewenstein bastar¨ªa para llenar todo el libro. La sangre azul de su marido, un pr¨ªncipe b¨¢varo cuyo linaje se remonta al siglo XV, no se correspond¨ªa con una engrasada cuenta corriente cuando lo conoci¨® en Oxford en 1957.
La exbailarina londinense, que hab¨ªa pasado los cinco a?os anteriores disfrutando de la dolce vita en Roma, se cas¨® a los pocos meses con el yerno menos ideal para sus padres (protestantes): ¡°alem¨¢n, cat¨®lico y sin un penique¡±. Rupert acab¨® haciendo dinero en la banca y a¨²n consigui¨® mucho m¨¢s de la mano de los Stones; tuvieron tres hijos y disfrutaron de una vida en la alta sociedad que en aquellos tiempos era ajena a la luz y los taqu¨ªgrafos.
Josephine Loewenstein lo cuenta ahora en un libro que se guarda los esc¨¢ndalos de muchos de sus protagonistas, y que contiene un recuerdo especial para esa banda de rockeros que, al igual que ella, todav¨ªa siguen en pie de guerra.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.